20. PLANES PARA EL FUTURO

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Jamás hubiese imaginado que yo estaría con Sebastian, en su cama, solos, él encima de mí haciéndome propuestas indecentes... pero a pesar de que es el chico que más me gusta en todo el mundo, no soy ese tipo de chicas... por así decirlo... de buena manera "fáciles" así que le propuse que debíamos comenzar con una cita sana para conocernos mejor... ¿saben lo que me dijo?

"¿Sana? ¿Y qué quieres decir con eso? "

El idiota mostró una sonrisa burlona, se apartó de mí y se siguió burlando. Estaba demasiado apenada como para seguir en esa habitación, así que salí rápidamente y me quedé justo afuera de su cuarto, intentando procesar lo ocurrido, pero me oculté en mi habitación al instante en que David estaba subiendo las escaleras.

Sentía que mi cara iba a explotar de lo roja que estaba, había olvidado todo, incluso el por qué había entrado a su habitación y me percaté que salí corriendo sin el libro, me imaginaba que en esos momentos estaría ojeando todas mis notas románticas y dibujos sobre él, pero no me importaba, ya no podía ser más humillada en mi vida. A ese odioso le encantaba hacerme broma todos los días... para él era gracioso pero para mí era demasiado doloroso porque jugaba con mis sentimientos, solo veía la carta de amor corregida por él y me preguntaba el por qué yo seguía siendo tan tonta, todos se burlaron de mí y aun así seguía teniendo sentimientos por él... ¿qué podía hacer para lograr que mi corazón me obedeciera?

AL OTRO DÍA EN LA ESCUELA....

Las nuevas notas de los exámenes habían sido publicadas, junto con estas la clasificación de los mejores estudiantes que podían entrar a la sala especial de estudio, como era lógico esta vez no clasifiqué, pero la verdad no me importaba, le había demostrado a todos que si quería lo podía lograr, además aquella sala era muy aburrida, no podía hablar ni comer, todos eran unos odiosos, no era un lugar para mí. Mientras todos veían las notas, mis amigas y yo pensábamos sobre nuestro incierto futuro.

— Volviendo al tema, hay muchas universidades... ¿pero no hay una a la que podamos entrar? —dijo Layla con cara de desilusión.

Aquellas palabras de mi amiga me dejaron pensativa, ya casi nos íbamos a graduar y no tenía ni la más mínima idea de lo que haría con mi vida en el futuro; la mayoría de personas ya tenían un plan, algunos se encargarían del negocio familiar, otros irían a grandes universidades, pero yo de verdad no quería encargarme del restaurante de mi padre y con mis notas no creía poder entrar a una gran universidad. Rápidamente busqué a la profesora Meredith para pedirle ayuda.

— Estoy segura que sí hay una universidad que te aceptará—dijo la profesora muy entusiasta mientras revisaba su gran libro de universidades y yo me preparaba para tomar notas.

Sin embargo me quedé esperando con el bolígrafo en mis manos, la profesora no encontró ninguna universidad para mí. Pero como la maestra Meredith nunca se rendía me propuso tratar con admisiones directas basadas en fortalezas especiales o talentos.

— ¿Las admisiones directas universitarias? —le pregunté un poco confundida.

— En realidad, para la facultad de efectos especiales tienes que tomar muchas, muchas pruebas y ganar muchos premios, debes tener algo muy sobresaliente. Por esto, seleccionarán a aquellos que no tienen nada especial ahora, pero que muestran un gran potencial—continuó mientras me mostraba una revista.

— ¡Ah! ¡Potencial! —dije con mucha energía.

— Correcto, veamos si hay algo para ti—la maestra comenzó a leer la revista entusiasmada al igual que yo— ¿tu abuelo paterno consiguió un logro mayor?

Viviendo con un odiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora