21. LA ESPERADA ENTREVISTA

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La maestra Meredith me había salvado de un futuro incierto y de fracaso, hasta me ayudó a llenar mi hoja de admisión, incluso le pidió, más bien le rogó al director una carta de recomendación, y aunque este se la negó no dejaba de ser la mejor maestra del universo.

Solo me faltaba completar la carta de presentación, recuerdo muy bien la noche cuando la terminé, solo me faltaba enviarla a la universidad, pero justo cuando iba a hacer "clik" en enviar, la pantalla se cerró y apareció un mensaje de error, de mi angustia comencé a presionar varias teclas y al instante me apareció otro mensaje, el cual recuerdo muy bien que decía: "perderás el documento en el que estás trabajando"

Como se podrán imaginar estaba que me desmayaba, todo lo que había hecho se iba a perder y hasta ese momento era el último plazo que tenía para mandar la carta, no tenía más tiempo para volverla a hacer, estaba muerta, definitivamente era la chica con más mala suerte del mundo. No paraba de llorar, así que mamá Georgia hizo que Sebastian me ayudara a recuperar el archivo.

— ¿Va bien? —preguntó mamá Georgia quien se encontraba muy angustiada.

— ¿Por qué instalaste todas esas cosas inútiles? —me preguntó Sebastian a regañadientes.

— No fui yo—dije mientras lloraba aún más fuerte— ¿Qué será de mí?

— Estarás bien Erika. No creo que lo vayas a perder—me dijo mamá para subirme los ánimos.

— Ya lo había terminado, solo lo tenía que mandar—seguía repitiéndolo una y otra vez, de verdad me sentía acabada.

— ¡Cállate! Me estás molestando—gritó muy fuerte Sebastian.

Aquel grito hizo de inmediato que dejara de llorar, pero aun así me sentía muy mal, todo mi esfuerzo y el de la maestra Meredith se habían ido a la basura. Cuando sentía que ya todo estaba perdido, escuché un sonido del computador. No sé cómo lo hizo, pero Sebastian logró recuperar la carta. Mamá y yo saltamos de alegría, sentía como mi alma regresaba a mi cuerpo, no estaba tan perdida después de todo. No sabía cómo agradecerle a Sebastian, quería abrazarlo fuertemente y... besarlo.

— Déjate de espectáculos y envíalo rápido—dijo mientras se paraba del asiento y se sentaba en mi cama.

— Apúrense y bajen a comer—dijo mamá Georgia.

— Gracias—le dije después de que mamá Georgia saliera de la habitación.

— ¿Universidad Lancaster, facultad de ciencias sociales? —me preguntó Sebastian quien aún seguía en mi habitación.

— Sí, pero no hay muchas posibilidades ya que mis notas son terribles.

— ¿Poca oportunidad e hiciste tanto alboroto? —pensé que me iba a subir los ánimos como todos, pero conociéndolo bien era normal en él ese tipo de comentarios.

— Al menos debo poner mi mejor esfuerzo.

—... ¿Por qué vas a la universidad? —me preguntó después de un corto silencio.

— ¿Por qué yo...?—la verdad no lo había pensado muy bien, nunca me había hecho esa pregunta—Tengo que estudiar—fue lo mejor que se me ocurrió.

— Tus calificaciones son malas y no te gusta estudiar, ¿no? —dijo mientras observaba mi oso de peluche— ¿Por qué?

— Estudiar no es la única razón. Averiguaré lo que me gusta hacer... ¿Qué es lo que me gusta? ¿En qué soy buena?

— ¿Cómo sabrías lo que te gusta?

— Claro que lo sé—dije con una sonrisa mientras voltee para verlo fijamente—Mi corazón late más rápido... cuando encuentras algo que te gusta, esa parte de ti late más rápido. Mi padre dijo que cuando huele el aroma de los fideos secándose su corazón aún se emociona—estaba perdida entre mis pensamientos, por supuesto que ese era el mejor sentimiento que una persona puede sentir...

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2018 ⏰

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