Doppelgänger.

- Lonely

　　( Disculpad por la tardanza, les tendré dos capítulos seguidos y dadle play a la canción mientras leen, gracias. ♡  )

     Afortunadamente el departamento que había dejado en San Antonio después de haberse mudado a Kansas estaba aún intacto, con un poco de polvo claro pero, jamás pensó volver a su lugar de origen. La morada tenía aproximadamente 95 metros cuadrados, dos recamaras, un pequeño estudio, un baño, cocina y sala/comedor. No era demasiado lujoso, los gustos de Dean podían recabar en lo vintage pero apenas contaba con los muebles necesarios, las paredes blancas permanecían intactas, el baño un poco más de luz, y ni hablar de su dormitorio, aun había ropa regada que había olvidado la noche que partió, si que se estaba poniendo demasiado nostálgico. Por más vergonzoso que sonase, tuvo que colocarse guantes, un cubre-boca y mandil para asear perfectamente el departamento; diablos, ¿tan descuidada había dejado su casa? juraba que ya era la cuarta cubeta con agua sucia que tiraba por la ventana. Rió con ganas al verse al espejo y recordarse a aquel chico del anime de Attack on Titan...¿como se llamaba? ¡Ah si! Levi.
Dadas las diez la noche por fin se podía oler a limpio y fresco cada centímetro del pequeño nuevo hogar de Dean; exhausto, se dejó caer sobre el sofá sacando su teléfono celular para observar la hora. Cabe aclarar que en cuanto llego a la ciudad cambio de número de teléfono, cerrando sus redes sociales excepto el típico WhatsApp, lugar donde se comunicaba de vez en cuando con Jared. Comenzó a llorar en silencio, solo se podían oír sus llantos a través de las paredes, las cuales hacían un terrible eco con cada jadeo y toma de aire del chico, pensándolo bien, Dean no había tenido buena oportunidad de sacar todo lo que traía; el empacar sus cosas rápido, comprar su boleto de emergencia a Texas, todo pasó demasiado rápido como para haber terminado de procesar la ruptura. Dios, después de un año de relación como pudo ser que todo acabara. Y, al menos para cuando Castiel regresase del viaje mirando que su novio no estaba ahí más, tuvo al menos la pequeña valentía de haberle escrito una carta al susodicho. Sobre aquella cama que ambos compartieron varias veces juntos. Castiel llegaría dentro de cuatro días, así que no podría imaginar la reacción de éste cuando leyese la carta.　　　

La cual, contenía lo siguiente:

　　　　　　　　　　　　　　　　　
　　　" Supongo que es el adiós entonces Castiel, ambos hemos pasado tiempo juntos, me había enamorado por primera vez en mi vida, sintiéndome cómodo con alguien hablando sobre cualquier tema. No sé siquiera porque hago esta pequeña carta, supongo para poder sacar cada venenosa toxina de mi cuerpo que lleve tu nombre y así, ser finalmente libre de mi dolor. Sabes lo impulsivo, vengativo y violento que puedo llegar a ser, podría hacerte la vida entera infeliz, sin embargo, ¿para que gastar mis energías en una escoria como tú? Me llevaste a el infierno, la confianza y comunicación fue algo invisible en la relación, un simple juguete o distracción para tu insignificante vida fui. No quiero oír tu versión de las cosas, porque ya todo esta bastante claro, no te acerques más a mi, no quiero saber nada, absolutamente nada. No te diré que saldré fácil de esta, esto es peor que tratar de buscar una salida en un callejón sin salida. Por ahora, planeo borrarte absolutamente de mi mente, y si llegas a mi de nuevo, créeme que no dudaré en sacar una maldita espada y clavarla en tu corazón. ¿O te da miedo el Dean molesto? Da igual, hijo de perra. Y esto, es un rencor que no se borrara fácil de mi corazón, ya sabes que hiciste.

Es un nuevo ciclo, sé que aprenderé ahora a no cometer los mismos errores que cometí contigo. El llorar por ti se acabo.

Aún si esto no te afecta en lo más mínimo y te deshiciste por fin de mi, me alegra. Así no tendré a un hipócrita más a mi lado.

Adiós Castiel, con odio, Dean Winchester. "

¿Había demasiado duro? Quizás, pero la punzada que sentía en su pecho era mayor.

Dicen que el dolor a veces nos hace más fuertes, ¿y dime entonces que podría ser alternativo a ese método? ¿es acaso es el único camino para llegar a ejercitar tu voluntad mental? ¿la felicidad? A este punto, Dean solo pensaba que sí, que solo llorar, llegar al punto de un dolor tan fuerte podría llegar a crecer tu carácter; después del llanto solo habría dejar que el tiempo curase lo que quedase de él, pero vamos, su última ruptura le tomo casi ocho meses sin contacto sentimental con otro ser humano. Bien, todo lo decidirá el tiempo dicho esta.

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Por la mañana siguiente el sonido del timbre lo despertó, ¿es que acaso tan temprano y el segundo día de mudarse iban a molestarle?. Observo el reloj, 11:35, ops, al parecer no era tan temprano como pensaba y por alguna razón se había quedado dormido sobre el sofá, con la radio encendida. A rastras camino hasta la puerta abriendola de mala gana; bien, tan temprano ya los vecinos le molestaban con comida de bienvenida. Después de media hora de charla con los vecinos (ganándose afortunadamente comida gratis) éstos abandonaron la casa de Dean, quedando en que algún domingo hiciesen una parrillada, lo hogareño no era mucha costumbre del rubio.
Entonces recordó que cinco calles abajo había visto una cafetería parecida a una de Kansas, seguro era la misma cadena de cafeterías. Debía de distraerse, para ello había regresado a San Antonio.

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— Un panini de jamón serrano, frapuccino de cajeta y la bolsa de café...serían veinte dólares con cincuenta centavos señor, por favor —expresó la cajera con una agradable sonrisa en el rostro.

— Claro, aquí tienes —extendió a la chica un billete de cincuenta— quédate con el cambio.

Gente amable como la cajera era lo más necesitaría en estos días, ni loco pensaba llamar a su madre para ir a llorarle por la ruptura, especialmente cuando hacia dos años que confesó ser gay a su familia no se llevaban tan bien desde entonces. A muy buena hora escogiste decirle de tu sexualidad a tu familia.
Dean tomo sus cosas del mostrador, saliendo apresurado de la cafetería después de recibir un mensaje de texto de una mueblería, al parecer los nuevos muebles que había solicitado para su casa habían llegado antes de lo previsto y los fleteros lo esperaban en la puerta. Tsk, esperaba tener que ocuparse de eso después.

Camino tan rápido hacia la salida, que no noto que había chocado su hombro con el brazo de un chico bastante alto que iba entrando apenas al local, ni siquiera tuvo la molestia de disculparse adecuadamente por la prisa que llevaba aunque, por los fugaces segundos que miro su rostro, le resultó bastante familiar. ¿Donde lo habría visto?