- Baño, sala, comedor I

128 18 2
                                    


Jared había regresado finalmente del viaje con su amigo, Dean por su parte había continuado con su rutina mientras el más alto estaba ausente. Lo extrañaba, era más que evidente y unos pequeños celos salían a brote cada que nuevas fotos de su viaje con su amigo aparecían en las redes, ambos se veían bastante contentos pero no debía confundir las cosas, al menos no por ahora.

De hecho había aprovechado esa pequeña ausencia para redecorar el apartamento, darle más luz, más calor de hogar ya que regresando del viaje, Jared se mudaría donde su compañero, compartirán juntos los días aun más unidos.

Lo más raro, continuaban sin formalizar algo.

Eso le encantaba a Dean, crear momentos y divertidas historias para contar a sus futuros nietos, bueno, si es que llegaba a tener algún día.

Llegó el día; Jared al llegar al apartamento casi corriendo fue hasta donde Dean, donde lo sorprendió durmiendo en el sofá y claramente tanto ruido lo despertó con un susto pero, al distinguir después de unos segundos el autor de tal desastre sonrío. Abrazo a Jared como si no se hubiesen visto en meses, dos semanas habían sido mucho para el, y no fue el único en pensar eso, de inmediato comenzaron a besarse, despacio, lento, disfrutando el dulce néctar de cada centímetro de piel que pudiesen probar.

— Sentí que fue una eternidad —confesó Jared, quien ya estaba encima de Dean apresandolo contra el sofá.

— Pero al menos te la pasaste bien —no había sido su intención sonar celoso, pero su subconsciente lo traiciono en el momento menos adecuado.

Jared solo pudo emitir una ligera risa, ¿Dean celoso? eso si que era jodidamente adorable. En respuesta, le beso la punta de la nariz, sin dejar de darle un leve masaje en el estómago.

— Vaya, alguien está celoso —le reto, era bastante divertido descubrir ese lado suyo.

— Pff, estas confundiendo las cosas Padalecki, ¿de que estaría celoso? ¿De tu mejor amigo? Si claro —el tono sarcástico que había utilizado en sus palabras habían puesto a Jared un tanto cachondo, de una forma inexplicable.

Bien, volvía y lo primero que hacia era querer coger a la de ya.

— Sí, la verdad la pase muy bien —continuo aquel pequeño juego, moviendo su pelvis de forma circular contra la entrepierna de su pareja.

Dean soltó un gemido que no creyó que había salido de su garganta, aunque frunció el ceño un tanto por las palabras del más alto. En venganza, colocó una mano directamente sobre el pene de Jared, dándole un apretando tan delicioso, que el otro tuvo que contener sus impulsos por fornicar a Dean en ese preciso instante. El rubio sonrío, sabia que ahora tenía a su chico a su total merced.

— Eres solo mío, ¿entendiste? —que Dean tomase las riendas esta vez lo excitaba, solo atino a afirmar con la cabeza, el rubio aun tenia la mano sobre su miembro— Buen chico —sonrío, comenzando a masturbarle despacio por encima de la ropa.

No pasaron ni cinco minutos cuando ya las prendas estaban sobre el suelo, pantalones, camisas, incluso los calcetines estaban por ahí en alguna parte de la sala de forma al azar.

Jared entonces atacó al cuello de Dean cual animal en celo, dejando desde las clavículas hasta la garganta ligeros hematomas sin culpa alguna, todo el mundo debería notar que Dean era solo suyo, ambos se pertenecían mutuamente. Estando ambos desnudos, sentían el calor corporal del otro, abrazados con intensidad mientras las bocas se mantenían ocupadas en una constante batalla de besuqueos, mordiscos y alguna que otra lamida, dejando salir un par de ruidos obsenos que hacían excitar más a Dean, el sexo sucio era claramente una de sus debilidades y placeres. Manos recorriendo torax, brazos, muslos, era un ritual de lujuria misma que Dean no estaba dispuesto a dejar que acabese tan fácilmente. Jared comenzó a dejar pequeños hematomas por sobre las clavículas de su amigo, bajando lentamente hasta las aureolas de sus pezones, donde lamió en un ritmo circular donde disfrutaba de los jadeos que salían de la boca del rubio. Bajo un poco más, delineando con besos y con el tacto de sus dedos las marcas del abdomen del rubio, no era muy marcado pero tampoco demasiado delgado, tenía la anatomía perfecta.

La espera estaba matando a Dean, por lo cual tomo el rostro de su chico, obligándolo a bajar de inmediato hasta su pene, necesitaba de un jodido oral ahora mismo o se volvería loco. Pronto sintió el calor húmedo en el glande, inclinado ligeramente hacia atrás su rostro en señal de que el placer estaba comenzando.

— ¿Te gusta esto, Dean?—la lujuria en la boca de Jared era evidente, de inmediato colocó la lengua bajo el miembro ajeno, dando una pequeña succión en donde iniciaba la base de los testículos.

— Dios, sí—exigió, tirando del cabello de Jared con fuerza en señal de que no se detuviera.

El pelilargo fue directo al testículo derecho del rubio, introduciendolo dentro de toda su boca, apretando tan solo ligeramente con los dientes y soltandolo de golpe; realizó lo mismo con el izquierdo y, matando la poca paciencia que Dean poseía, finalmente comenzó a deslizar su lengua en toda la extensión del miembro ajeno, deteniéndose especialmente en la punta, la cual comenzó a comer como si de un postre de tratara. No, era un postre. Dean era su delicioso manjar, del cual nunca se cansaría de probar y llenarse de cada átomo que poseía.

— Cometela entera, joder—ahí estaban las maldiciones, buena señal de que Dean estaba prácticamente sobre la palma de la mano de su chico.

Obediente, Jared se introdujo a la boca aquel delicioso pene. Teniendo claro cuidado de lo lastimarlo con los dientes, realizó un movimiento hacia atrás y adelante con la cabeza, a la vez que los dedos de su mano derecha tanteaban el cupo de su amante. Los gemidos por parte de ambos eran más que audibles, descarados, imparables...solo rogaban a que los vecinos no llamaran a la policía pensando que quizá estaban matando a un animal. Dean, con suavidad movió sus caderas al mismo ritmo que la cabeza de Jared pero teniendo cuidado de no lastimarle la garganta. Próximamente el ritmo de ambos era más eficaz, el interior de la boca de Jared era tan húmeda y caliente que, no tardo demasiado en que el líquido preseminal saliera de su polla. Para lograr ambos el tan deseado orgasmo, Jared con su mano izquierda masajeo los testículos de su amante, mientras que Dean con su mano derecha apretaba sin nada de delicadeza sus pezones.

— Jared, no aguanto...

Y ahí estaba, los espasmos recorrieron el cuerpo del rubio desde la punta de los pies hasta donde un hormigueo en la lengua. El pelilargo se separó despacio, de la boca le escurría el semen caliente que había expulsado su amante, y sin dudarlo se lo trago con total satisfacción. Las respiraciones agitadas aun no se detenían y, Jared con una gran sonrisa en el rostro y fuerza en el estómago, tomo entre sus brazos al más bajo con claras intenciones de llevarlo a otra habitación...¿quizá vendría un segundo round?

— ¿Jared?—expreso con clara confusión el menor, manteniendo aun así sus brazos alrededor del cuello ajeno para no caer.

— Es hora de un baño, ¿no es así? —un tono tentador dejo salir de sus labios, caminando con lentitud hasta el baño de aquel apartamento.

Agradecía que era lo bastante espacioso y con tina, donde probarían cada posición, caricia, y compartirían sus almas sin pudor alguno.

Disculpen por la tardanza, había tenido un pequeño bloqueo pero estoy de vuelta.♡

Doppelgänger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora