Capítulo 7

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Capítulo 7

Y justo cuando quise quitar mis labios de los de ella, Camila profundizo el beso y sentí una alegría en mi interior. Fue como la mismísima gloria, como si había muerto y vuelto a revivir. Nuestros labios se movían sin pudor, su sabor era tan delicioso era con el mismo paraíso, mis manos se posaron en su cintura y la atraje hacía mí, sus brazos se enredaron en mi cuello. En ese momento no importaba Keaton, no importaba nadie más que ella y yo y aquel beso que nos estábamos dando.

La satisfacción de tenerla en mis brazos, de probar sus labios era algo para mí que nunca pensé experimentar. Tímidamente mi lengua quiso entrar en su boca y ella me dejo entrar, nuestras lenguas comenzaron una batalla desenfrenada. La falta de aire hizo que nuestro beso terminara, pero no fue todo.

Tomé su mano y la conduje hasta mi habitación. Cuando llegamos a ella, puse seguro, no quería que nadie nos molestara. Volví a capturar sus labios con los míos y una vez más volví a besarla como si no existiera el tiempo, como si de ese beso dependieran nuestras vidas.  Mis manos se aferraron a su cintura y ella tomo mi cara entre sus manos y volvimos a besarnos, esta vez sin cordura, sin frenos ni ataduras.

Fui caminando hasta quedarme sentada en la orilla de mi cama y con Camila sentada en mi regazo. Los besos se hacían cada vez más voraces y hambrientos, no tenía llene alguno de los labios de Camila, sentía que la excitación crecía más y más hasta el punto de querer despojarla de su ropa y tenerla desnuda entre mis brazos, sin embargo yo no tenía experiencia alguna en ese ámbito y por muy cursi que sonara, quería que mi primera vez fuera especial.

Sentía que mis labios dolían pero no quería despegarme de Camila, no obstante y al final de cuenta ambas suspiramos y terminamos nuestro beso. Camila seguía sentada en mi regazo y yo suevamente acariciaba su espalda, nuestras frentes quedaron pegadas y nuestros ojos se miraban profundamente. Le di un pequeño beso en sus labios y ella hizo lo mismo.

Camila….yo—pero ella puso un dedo en mis labios callando todo lo que le iba a decir

No sabes cuánto había soñado con esto.

¿Qué?—ella sonrió y se bajó de mi regazo para sentarse a un lado mío.

Desde la vez que te vi en la cafetería, sentí como un flechazo contigo. Tus ojos…ellos fueron como un instrumento hipnótico. Llegue a casa y lo único en lo que pensaba era en ti y en tus maravillosos ojos. Quería pasar todo el tiempo contigo, pero cuando me di cuenta de que me gustabas como más que una amiga, me asuste y por eso empecé a hablar con Keaton, yo sabía que el sentía cosas por mí y pensé que tal vez estando con él, averiguaría si era lo mismo estar contigo.

Una vez más quede completamente perpleja, no podía creer lo que Camila me acababa de decir. La chica de mi sueños, en lo que no dejo de pensar desde que cruzamos miradas, sentía lo mismo que yo desde el mismo tiempo que yo y por miedo no paso lo que tenía que haber pasado.

Camila…

Quiero estar contigo, Lauren—sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho—pero no puedo dejar a Keaton—y sentí que mi corazón fue extraído de mi pecho y aplastado en ese momento.

Yo me levante de la casa y camine hasta mi ventana viendo lo que pasaba abajo—Yo quiero que estés conmigo, Camz, pero de igual manera no quiero que le rompas el corazón a mi hermano—sentí como sus pequeños brazos me abrazan por detrás y besaba mi espalda.

Te propongo algo…

Dos es Mejor que Uno (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora