Capitulo 4

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En la última media hora la pelirroja no podía estar tranquila. Caminaba de un lado a otro de la sala apretando su celular entre sus manos esperando que sonara como señal de que había recibido noticias de su amigo.

Desde que el salió por la puerta le tomo 15 minutos reaccionar para después llamarlo y que la mandara directo al buzón de voz. Fueron más de tres intentos cuando se decidió a dejarle mensajes de voz y estaba muy segura de que no los escucharía.

Rápidamente pensó en el Thomas "original" y como reaccionaria él. Primeramente nada de "esto" estaría pasando y en caso de que así fuera (lo cual no creía posible) su Tommy le contestaría las llamadas sin importar la hora, lugar o situación. En ocasiones podía llegar a llamarlo por una simple pesadilla que tuvo a mitad de la noche y aun así él le contestaba, dispuesto a escucharla y calmarla. A veces le cantaba canciones que él mismo componía o charlaban hasta que ella se quedaba dormida.

Esos recuerdos provocaron que sus ojos se empañaran de lágrimas y la idea de que el chico cariñoso, comprensivo y extrañamente callado (en ocasiones) no volviera.

Su pulgar presiono el número de Thomas, dirigió el aparato a su oreja y espero. Nuevamente el buzón de voz.

−¡Thomas! Soy nuevamente Marie. Sé que este es como el séptimo mensaje que te dejo, es solo que estoy un poco nerviosa desde que te fuiste tan repentinamente y un poco alterado. –Suspiro tratando de ordenar sus palabras – Sé que en este momento no quieres saber nada de mí, pero por favor, dame una pequeña señal de vida jeje – Trato de reír un poco pero aquello fue raro y la hizo sentir un mal – Este es el último mensaje de voz que te dejaré. – Y después de unos segundos colgó.

Fue al menú de inicio y abrió los mensajes, se dirigió a la conversación con Thomas y mando un mensaje de texto −el cual no era el primero−. Básicamente decía lo mismo que el mensaje de voz; en realidad, este estaba resumido y un poco más claro. Lo envió y se hecho en el sofá mientras cerraba los ojos tratando de descansar un poco.

Ese descanso nunca llegó pues quería saber alguna noticia de su primo. Sabía perfectamente que hacia no más de diez minutos de camino a su casa. También se le vino a la mente llamar al número de la residencia Fletcher Doofenshmirtz pero, ¿Y si todavía no llegaba?, podría preocupar a su tía Vanessa al llamar y preguntar por el castaño cuando se supone que estaría con ella.

Se levantó del sofá y restregó sus manos en su rostro. Sintió como algo se retorcía en su tobillo y observo al ornitorrinco.

¡Un momento! Perry entró al estudio y ahí una maquina se activó, el rayo le dio a Thomas y ahora él actuaba así. Muy bien, necesitaba entrar y revisar aquel lugar.

Si su padre supiera que ella entraría al estudio sin permiso estaría castigada de por vida, pero si recuperaba a su Tommy todo valdría la pena.

¡Ya estaba decidido!

º.º.º.º.º

Después de caminar un largo rato se detuvo en la entrada de un callejón y se recargo en la pared cerrando sus ojos. Al menos ahí la lluvia ya no caía tan fuerte y directo en su rostro. Durante todo ese tiempo camino por las calles sin descansar o para darse una idea de a donde se dirigía.

Sintió como la parte de su pantalón se movía un poco y saco su celular solo para ver las llamadas perdidas, los mensajes de voz y de texto de la pelirroja. Rodo los ojos y volvió a guardar el celular. Sabía perfectamente lo que decían aquellos mensajes sin la necesidad de leerlos o escucharlos. Esa chica es tan predecible.

Nuevamente volvió a caminar solo que esta vez en dirección a su casa y aguardo hasta llegar ahí para mandarle un mensaje a su prima y así demostrarle que seguía vivo y completo; en realidad, pudo mandar aquel mensaje hace minutos pero algo dentro de él le decía que no debía mentirle a Marie. Además, la creía capaz de llamar a su casa, pero, cuál fue su sorpresa al entrar y ver a su madre recibiéndolo con una cálida bienvenida en vez de un rostro de preocupación.

My Bad Boy-ThomarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora