Capitulo 8 (Final)

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−Pues, veras. Y-yo... −Las palabras quedaron en el aire al momento que el teléfono de la casa comenzó a sonar, pero Marie no se movió de su lugar, solo miraba fijamente a su medio primo. –¿No contestarás?

−No

−¿Por qué? –Su mirada ya lo estaba inquietando.

−No responderé hasta que tú me respondas.

El sonido del teléfono solo lo desesperaba.

−¿Y si es importante?

−Lo dudo

−Puede que sean tus padres

Marie suspiro y aceptó. Caminó a la mesa cerca de ella y tomo el aparato solo para escuchar la voz de su madre al otro lado de la línea. ¡Thomas había adivinado!

No. Aun no me contesta. Tranquilo Phineas... amor basta.

−¿Mamá?

Ho espera, ya me contesto. ¿Marie? Cariño, ¿Cómo estás?

−Estoy muy bien –Notó que Thomas la observaba con una mirada triunfadora y ella le dio la espalda sonrojada− ¿Y ustedes cómo están? ¿A qué hora vuelven?

Solo estamos un poco retrasados con el vuelo. En dos horas estoy segura que estaremos ahí.

−Pues aquí los espero –Marie se imaginó a su madre sonriendo del otro lado de la línea y ella también lo hizo.

Cariño, tu papá quiere hablar contigo.

−Claro.

Thomas observó a Marie y noto que estaba algo enterrada. Después de esa llamada él se iría para que ella estuviera decente al momento que llegaran Phineas e Isabella.

Justo en ese momento una alocada idea le paso por la mente. Ella quería saber sus sentimientos y él se los diría, no de la forma que lo había planeado pero lo haría y después escaparía como un vil cobarde.

¡Decidido!

−No papá... Si papá... Claro que sí. Me ha estado cuidando, tal y como se lo pediste.

−Eres una mentirosa. Tú te has cuidado de mí. –Thomas llego por atrás de ella y le susurro del lado contrario del teléfono.

−To-tommy –Tartamudeo en un susurro y dio un pequeño brinco, pues se había sorprendido. –Estoy hablando por teléfono.

−Sigue hablando. Has como si no estuviera aquí.

Marie se sonrojo y decidió ignorar al castaño que seguía a su lado.

−Tú me preguntaste cuales eran mis sentimientos por ti y te responderé.

La pelirroja sonrió y nuevamente susurro.

−Ahora quieres contestar mi pregunta ¿no?

−¿Marie? ¿Sigues ahí?

−Si papá. Estoy aquí.

Thomas soltó una pequeña sonrisa y continúo hablando.

−¿Sabes? Eres muy distraída que sigo sin creer que no adivines mis sentimientos por ti misma, pero no me cuesta decírtelos. −Suspiró− No mentía cuando te dije que te amaba. –Aquello provocó que Marie abriera los ojos de par en par y volteara a ver a Thomas de frente perpleja.

−Papá, espérame un momento ¿sí? No tardo. –Y bajo el teléfono sin esperar a escuchar la respuesta de Phineas, presiono un botón y presto toda su atención al castaño.

My Bad Boy-ThomarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora