Kristen repartió el pan lo mas rápido que sus manos le permitieron, logró terminar con la cesta y en seguida se dirigió hacia su caballo, todo con tal de volver a verle.
La noche para ella transcurrió muy lenta, no veía la hora de volver a verlo. No dejó de pensar en él ni un momento, se sentía mas alegre, mucho mas animada. Ese hombre provocó algo interesante en ella, algo que no pensó sentir estando con alguien. No le importó siquiera que Iza le estuviera riñendo todo el tiempo por ponerles la soga al cuello a todos, el Rey casi descubría lo que si hija hacía y peor aún, que todos sus sirvientes eran cómplices.
Llegó hasta el lago y ató al caballo a un árbol, corrió con la esperanza de verlo por algún lugar, y sí. Lo encontró nadando en el lago, por un momento se sintió tímida ¿Y si estaba completamente desnudo? Tampoco había pensado que ella ya no podría bañarse en el lago, al menos si no quería ser vista por él.
Quiso regresar pero justo antes de que lo hiciera él ya había salido del agua y se dirigía hacia ella, para su suerte llevaba puesta su ropa interior, fuera de eso todo su cuerpo estaba al descubierto, las pupilas de Kristen se dilataron al verlo. Se dio la vuelta y quedé de espaldas a él.
—Por favor. Vístete.
Adam la volteó y sonrió de una forma extraña a los ojos de Kristen.
—Debería entrar a nadar conmigo, el agua está maravillosa.— Sugirió él con picardía.
—Hablo en serio Adam. —Kristen posó su mano en el masculino pecho para apartarle pero sintió los potentes latidos que provenían de él.
Verlo en esa situación despertaba en ella una sensación lo suficientemente extraña como para no querer sentirla más. Parecía que en su estómago cientos de mariposas revoloteaban. De su cabello caían cristalinas gotas de agua que se perdían en su pecho. El hecho de que fuera tan alto no ayudaba en nada, solo hacía que ella se sintiera aún mas diminuta e intimidada, no se sentía igual que el día anterior cuando él la sorprendió en el lago, esta vez era diferente, ese miedo estaba mezclado con algo más. Algo que ella no podía descifrar.
Finalmente él no quiso ponerse la ropa, siguió zambulléndose en el lago mientras ella se limitaba a observarle divertida. Después de que se metiera al agua a ella ya no le molestó que estuviera semi-desnudo. Es mas, comenzó a ponerle retos como hacer cosas que pensaba solo ella podía hacer mientras nadaba, se decepcionó de que no era la única que podía hacer aquellas "increíbles" cosas. Al salir Adam del agua ella se sonrojó e intentó mirar hacia otro lado mientras se vestía, al parecer él no tenía apuro en colocarse sus prendas, se tardó tanto que ella sintió la tentación de mirarle varias veces.
Cuando estuvo vestido al fin lo vio y se dio cuenta de que llevaba mejores ropas que las del día anterior, esta vez no tenían un solo agujero y parecían ser mas finas. Lo observó nada más y se limitó a no hacer ninguna pregunta al respecto, si lo pensaba mejor esto era bastante extraño, pero prefería no arruinar sus pensamientos positivos sobre él por algo tan irrelevante.
Así fue como cada tarde Kristen se daba una escapada tras otra para poder verlo, cuando llegaba hasta su lugar favorito lo veía mientras estaba recostado en el pasto o estaba metido en el lago suplicándole a ella que entrara junto a él apenas notaba su presencia. Le había tomado una gran confianza y ni hablar de lo que creía sentir, pero no quería pensar en ello, mientras mas alejara esos pensamientos locos de su mente sería mejor. No podrían estar juntos encontrándose ella en la situación de ahora.
Es cierto que varias veces Kristen consiguió problemas por parte de su padre, ya que se quedaba hasta mas tarde en el lago y llegaba al castillo con la misma excusa de siempre, empezaba a creer que su padre ya no se lo tragaba, tenía que inventar algo mas urgente antes de que la descubrieran, lo único que deseaba es que el Rey nunca la descubriera para así verlo siempre.
No se imaginaba lo que haría su padre en un acto de ira en contra de sus sirvientes, ahora que meditaba todo de mejor manera se sentiría tremendamente culpable por lo que pudiera pasar gracias a sus escapaditas.
Adam salió del agua, su cuerpo completamente empapado hacía que Kristen se perdiera en él, en los musculosos brazos y la anchura de su espalda. Si que se sentiría protegida en medio de esos brazos, y luego estaba su sonrisa. Cada vez que le sonreía brillaban sus ojos, le encantaba también la barba que ya hace mucho dejó de afeitarse, después de que a ella se le saliera que amaba cómo se veía con barba.
¿Qué cosas podrían pasar por su mente ahora? Adam se lo preguntaba cada vez que la veía mientras posaba sus ojos en él. Deseaba entrar en su mente y descubrir cada uno de sus secretos, esos secretos que ella siempre insiste en ocultar. Él ya sabía lo suficiente de ella, por eso no la siguió cada vez que se alejaba en su caballo, él también habría podido tomar el suyo e ir tras ella, pero no quería perderle de ningún modo. Por eso se conformó con la poca información que ella le dio, aunque él también escondía secretos y por nada del mundo podría decírselos a ella.
Se sentó junto a ella mientras veía en su rostro era luminosa sonrisa que tan loco lo volvía.
—¿Y bien? —Preguntó ella. —¿Cómo ha estado el agua?
—¿No quieres averiguarlo? —Respondió él con otra pregunta.
Kristen se enrojeció enseguida y negó enérgicamente con la cabeza.
—Vamos, no seas aburrida. —Insistió él.
—No puedo...
—Se que te asusta, pero tranquila... Te prestaré mi camisa, seguro te llegará a las rodillas. —Sonríe. —Juro que no miraré nada.
Kristen no sabía si ceder, es cierto que desde hace mucho no se sumergía en su amado lago, y es cierto también que extrañaba hacerlo. Si él le prestaba alguna prenda no habría problema alguno.
—Está bien. —Respondió con las mejillas aún encendidas.
Adam se volteó y esperó a que Kristen se colocara su camisa. Cuando lo hizo efectivamente era tres veces mas grande que su pequeño cuerpo. Sonrió satisfecho, pero también en esa sonrisa ocultaba deseo, la recorrió completa con la mirada y le encantó lo que su visión le ofrecía. Kristen era completamente preciosa, su cabello estaba desordenado y los rizos caían hasta su cintura.
La adoró aún mas así como la tenía justo ahora que cuando usaba sus vestidos de costumbre, su camisa le sentaba muy bien. Su rostro aún estaba enrojecido y pudo notar como sus frágiles piernas temblaban. Kristen sabía que él la recorría con esa penetrante mirada. No le disgustaba para nada, pero si que la ponía nerviosa, sentía que se caería en cualquier momento, no quería levantar la vista del suelo, sentía que sería capaz de desmayarse ahí mismo. Un extraño calor nació en su entrepierna y no logró descifrar lo que era, pero mientras mas rápido entrara al agua Adam no lo notaría, al menos en el agua podría disimular los nervios.
—Bien, entonces vamos.
Adam sin previo aviso la tomó entre sus brazos y la levantó del suelo colocándole cobre su hombro.
—Vas a ver lo divertido que es nadar conmigo.
La llevó en su hombro hasta el lago y la lanzó al agua. Kristen salió de inmediato aún asimilando lo que Adam acabó de hacer. Le salpicó en la cara en venganza.
—Estás loco. —Dijo entre carcajadas.
Adam se acercó a ella y la abrazó, la camiseta flotaba y el cuerpo de Kristen estaba descubierto bajo el agua. Por el momento a ella no parecía importarle en lo absoluto. Él la rodeó con sus brazos por la cintura y la atrajo hacia él.
—Eres hermosa, una preciosa chica con cabello de fuego. —Susurró muy cerca de su oído.
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Kristen, Cabello de fuego
Romance¡ATENCIÓN! CONTENIDO AUDULTO... Lee bajo tú responsabilidad. Un grave error del Rey Enrique, lo llevan a él y a todo su pueblo a una interminable guerra. Kristen, la princesa se ve obligada a huir de todo y de todos, no puede confiar en nadie. Par...