________: si me vuelves a poner un dedo encima vieja asquerosa, te juro que muevo cielo y tierra para que cierren este lugar y te metan a la carcel por agresión--dije después que la Madre Rosa me jaloneó de los cabellos por responderle feo.
M.Rosa: ya lo han intentado, no funciona--dijo y gruñí.--tus padres firmaron un papel en el que dice que no importa cómo, debemos corregir tu comportamiento.
________: ¿Qué se siente?--frunció el ceño--ser una vieja amargada que encuentra placer haciendo sufrir a otros.
M.Rosa: no te pases de lista, mocosa, ahora termina el desayuno--dijo y se fue, alejé el plato negándome a comer una vez más, mi estómago rugía y dolía pero quería hacer una huelga de hambre de cierta forma.
Al acabar el desayuno nos dirigimos como soldados a las clases, no tenía idea de qué rayos es lo que me tocaba, de todas maneras no iba a prestar atención, a menos que sea algo interesante, como historia y esas cosas que parecen un lindo cuento para dormir y que no te estresan como matemática o física.
A la hora de almuerzo también negué la comida y en las clases después del almuerzo no pude evitar quedar dormida porque no tenía energías para nada, incluso veía la pizarra medio borrosa y escuchaba mal.
Me desperté por un sonido fuerte, era la mano de una profesora sobre mi carpeta, levante la mano y esta mujer traía un atuendo deportivo, debe ser la que nos hace hacer ejercicios. Tallé mis ojos y vi como todas salían del salón, yo las seguí como una oveja a todo el rebaño, al parecer se dirigían a sus habitaciones. Debe ser la hora de dormir. Entré a mi habitación y ahí estaban mis compañeras de habitación que vi en la mañana de las cuales no me acordaba sus nombres.
Me eché en mi cama, lista para dormir a pesar de traer el uniforme.
XxxX: ________, ¿Qué crees que haces? Tenemos que ir al patio, toca hacer ejercicio.
________: ¿Quién eres? ¿a caso no es la hora de dormir?--pregunté adormilada.
XxxX: soy Fernanda, tu compañera de cuarto, prácticamente la Madre Rosa nos puso a cargo tuyo, a mí y a Melissa, no queremos ganarnos un castigo por tu culpa asì que será mejor que te levantes--dijo y suspiré, me senté en la cama y sentí que todo daba vueltas, se pasó y me levanté, ambas se cambiaban con el buzo que nos dieron para ir a hacer ejercicio, me cambié también y salí con ellas.
Fuimos al patio donde estaban todas y comenzamos a ejercitarnos, yo no podía aún así quisiera, me costaba respirar y sentía que mis oídos se tapaban, veía borroso y sentía que mis piernas no me sostenían. Debe ser producto de no haber comido en màs de 36 horas.
Fernanda: tenemos que correr--me dijo empujándome suavemente, asentí y empezamos a correr, yo di como 5 pasos antes de caer al piso.
* * * * * * *
________: ¿Dónde estoy?--pregunté desconcertada, pues me encontraba en una habitación blanca, genial, un hospital, me moví un poco y quise tapar mi ojos pues la luz era muy fuerte, fue cuando me di cuenta que tenía un vía en el brazo que me pasaba suero, me estiré un poco para poder tocar el botón para llamar a una enfermera. En unos minutos tenía a una pequeña señorita vestida de blanco a mi lado.--¿Por qué estoy aquí?
Enfermera: según esto--dijo revisando papeles--te desmayaste y te trajo una monja--dijo y rodé los ojos--¿Cómo te sientes?
________: feliz--dije y carcajeó un poco.
Enfermera: eres la primera persona que escucho decir eso dentro de un hospital, me refería a cómo te sientes, débil, mareada...