Nos encontrábamos en mi habitación, ya eran las 10:30 de la noche, hace una hora más o menos que estábamos aquí, se supone que Juno tenía que descansar pero no quería.
______: tenemos que pensar en nombres para tu hijo o hija, y buscarle las cosas que necesitará.—dije emocionada.
Juno: mejor vamos buscando un vestido para la fiesta de promoción.—dijo emocionada—. Tienes que ir por mí, lo sabes.
______: sí sé pero no me emociona.
Juno: ¿por qué no?
______: porque Manuel ya me dijo que no puede venir esa fecha y la verdad es que no quiero andar buscando pareja.
Juno: pero puedes ir sola, harías la diferencia.
______: lo sé, pero mi mamá no me dejará hacer eso, es capaz de traer a mi primo Javier para que sea mi pareja.
Juno: ¿dime cuándo le has hecho caso a tu mamá?
______: buen punto.—dije y reímos—. Igual no quiero ir.
Juno: ¿pero por qué no?—cuestionó.
______: porque mi mejor amiga no va a estar ahí.—dije con puchero y ella automáticamente hizo lo mismo—. Aparte... he llegado a un punto en el que nada me emociona, o bueno las cosas que deberían emocionarme, como la fiesta, la graduación, ir a la universidad y todo, me llegan al pincho, o sea, estoy como perdida.
Juno: ¿perdida?
______: no lo sé mujer, no lo sé. Estoy... triste, ningún adolescente debería ir a un internado de monjas, a menos que hayas hecho cosas realmente malas. Los adolescentes de por sí estamos destinados a cagarla, porque si no la cagamos ahora, más tarde, cuando seamos viejos, traerán peores consecuencias... y... ¿Juno?—cuando voltee a verla, estaba dormida—. No puedo culparte por tu embarazo, aparte, hablo huevadas.—dije y me levanté de la cama con cuidado, la tapé con las frazadas y al salir apagué la luz, cerré la puerta y me dirigí a la habitación de mi hermano, me acosté y hablé un poco con Manuel. Mis padres todavía no habían llegado, lo que me parecía raro. No le di mucha importancia y me dormí.
Al día siguiente desperté como despertaba todos los días, con el ruido de la licuadora y mis padres gritando cosas por toda la casa como "¿has visto mi corbata azul?" "¿Dónde rayos están mis aretes?". Me levanté refunfuñando porque odiaba despertarme de esa forma, fui hacia mi habitación y Juno seguía durmiendo, que suerte tiene. Cuando iba de vuelta a intentar dormir vi a mi mamá saliendo de su habitación.
Mamá: ______, ¿en qué momento llegaste a la casa? ¿No te escapaste o sí?—preguntó y tallé mis ojos.
______: no mamá, ayer salía del internado, gracias por recogerme ah.—dije con una sonrisa fingida—. ¿Pueden dejar de gritar? Estoy tratando de dormir.
Mamá: ¿dormir? Pero si es Lunes, tienes que ir al colegio.—dijo e hice una mueca—. Tienes que ponerte al día con lo que han avanzado, no puedes seguir faltando.
______: mamá hoy no, quiero descansar.
Mamá: no, no, cámbiate e irás al colegio.—dijo y me crucé de brazos en frente de ella.
______: oblígame.—dije y se puso súper seria.
Mamá: te pones el uniforme y te vas al colegio o te mando al internado de nuevo.—dijo y no respondí, gruñí y fui a buscar mi uniforme. Cuando estaba vestida pasé por la mesa donde estaban tomando desayuno.
Papá: hija, que bueno verte de nuevo.—dijo mientras leía el periódico.
______: ni siquiera me has visto.—murmuré sacando una caja de leche y tomando la caja de cereal—. Gracias por ser los mejores padres del mundo y darme la mejor bienvenida de todas. Se pasan.—dije y me dirigí a la puerta.