Carta 15

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Junio del 2017.


¿Qué jodidos te sucede, A?

Primero me dices que te gusto solo físicamente y ahora no paras de verme. ¿Por qué lo haces? ¿No sería mejor que dejaras de hacerlo y olvidarme? Bueno, eso yo pienso. Tienes a otra, chico. Ve con ella y mírala a ella, no a mi.

Mi amiga me ha dicho como suelen abrazarse en los entrenamientos así que ¿por qué me torturas a mi?

Mi amiga y yo hemos decidido ponerte apodos vergonzosos, y hoy hemos añadido uno más a la lista. Es tan gracioso y penoso que no me atrevería a ponerlo aquí. ¿De dónde salió? ¿Quieres saberlo?

Bueno, pues esta es la historia.

Ayer uno de mis amigos me estaba molestando demasiado a tal grado que me harte y le deje de hablar durante las horas restantes, pero eso no bastó, él me daba besos en la mejilla para que le volviera a hablar y me abrazaba también, pero no le hice caso.

Hoy mientras salíamos de una clase para entrar a la otra, se le ocurrió la magnífica idea de abrazarme, puso su brazo sobre mi cuello y así me llevo. Cuando salíamos, inmediatamente afuera tú estaba, no te vi bien por que estabas muy cerca de nosotros como para voltear.

Una de mis amigas se quedó atrás, así que cuando yo estaba esperando a entrar al aula fue hacía mi y me contó como uno de tus amigos te había dicho:

Hey, míralos.

Y nos señaló, tú solo te detuviste y nos viste un momento luego como si fueras indiferente a eso solo moviste tus hombros hacía arriba y dijiste tu siguiente apodo.

Yo reí ante eso, mi amiga y yo no dejamos de decir tu apodo y burlarnos. Mientras platicaba con otra chica me contó exactamente lo mismo ¿por qué todos ven las cosas que haces o dices pero yo no? Como aquella vez.

Estábamos esperándote para poder hacer el examen todos juntos, lamentablemente me había tocado realizar este junto a unos amigos y compañeros.

Había tres grupos ahí, A, B y C. En el primer grupo estabas tú pero al pasar la lista de los que iban a presentar el examen te pasaron de largo y no te nombraron. Cuando íbamos a comenzar, él aplicador dijo tú nombre y yo me congele, ¿enserio tenía tan mala suerte?

Mi amiga que afortunadamente estaba adelante de mi, volteó y me miró para luego sonreír. Te mandaron hablar para que fueses y cuando llegaste entraste como si fueras la máxima autoridad, tienes una complexión que te ayuda bastante, tu espalda es ancha a causa del entrenamiento que recibes y tu forma de caminar es de alguien con mucha seguridad en si mismo.

Mi amiga y yo reímos por eso, por la forma en la que llegaste, cuando acabamos la primera prueba y nos dejaron descansar sentí tu mirada en mi. Una mirada tan cargada que era difícil de manejar, me hacía sentir invisible y sentía como veías todos mis movimientos con determinación. Le pedí a mi amiga voltear a verte disimuladamente y lo hizo mal.

Volteó de una manera tan brusca y luego me dijo:

, te estaba mirando, pero cuando lo vi se hizo el distraído.

Reímos porque en ambos casos su dignidad había caído. Cuando finalicé la segunda prueba, no quería irme sola y pensaba esperar a alguien de mi salón pero vi como tú ya ibas en las últimas preguntas y entregué mi examen. Me marche sin voltear ni una sola vez hacía atrás.

CARTAS A ÉL © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora