Carta 7

82 7 0
                                    

Febrero del 2017.

A.

Hoy fue la fiesta de nuestra amiga. Ambos fuimos. Te veías bien de esa manera en la ibas vestido. Lleve un vestido negro y unos tacones que casi hacen que me caiga. No podía moverme bien y sentía como en cualquier momento caería y haría el ridículo de la noche, pero afortunadamente no pasó nada de eso.

Fui con unas amigas al baño mientras comenzaban a servir la comida y a descansar de los tacones que nos mataban, cuando volvimos, ya habías llegado.

Nos vimos y yo como una cobarde hice lo que siempre hago: ignorarte.

Me la pase con mis amigos, tu me veías en ocasiones, aunque no lo creas, vi como tomaste el lugar que estaba casi al frente de mi y varias veces volteabas a donde estaba. No sabes disimular cariño. Nunca lo has hecho bien.

Cuando iniciaron a bailar tu amigo me pidió que bailará con él y acepte, cuando comenzamos a hacerlo, él me pregunto si aún sentía algo por ti, no lo negué pero tampoco lo admití. Me dijo que solo me había invitado a bailar para que tú te animaras a pedírmelo, me dijo que me iba a llevar contigo y yo acepte.

Fuimos hasta donde estabas y él te dijo que lo hicieras, tú tomaste mi mano y juntos caminamos hasta la pista, como lo habíamos hecho antes.

Me sostenías de una forma peculiar. Tu agarre era fuerte, estábamos tan juntos y se sentía extraño pero igualmente lindo. En una ocasión intenté poner un poco de espacio entre ambos pero eso solo sirvió para que me tomaras aún más fuerte.

Chocamos con una señora y tu me dijiste que accidentalmente habías tocado su trasero, yo reí y negué con la cabeza.

Hubo un momento en el que dejé de interesarme en el baile y pare un poco, te diste cuenta y pensaste que había perdido el ritmo así que paramos y después de unos segundos en los que logre recuperarme volvimos a bailar. Tu agarre seguía siendo firme y estaba feliz. Me preguntaste si quería seguir bailando y yo respondí:

-Como tu quieras.

Entonces te lo pensaste un segundo y me dijiste que sí.

Cuando una de las canciones llegó a su fin, mientras esperábamos a que sonará otra, nos detuvimos, pero tu seguías con tu mano en mi espalda, y yo con mi brazo alrededor de ti. No sé si lo notaste, pero yo si lo hice.

Así seguimos bailando hasta que una de mis amigas llegó y me entregó mi celular que había estado sonando, intenté llamar nuevamente a mi hermano que pasaría por mi pero no respondía, tú me mirabas y me preguntaste si quería irme a un lugar donde no hubiera tanto ruido, yo negué. Me di por vencida y te pedí que me lo cuidarás, lo guardaste en tu bolsillo y continuamos bailando, hasta que ambos nos cansamos y decidimos parar, cuando nos soltamos, me guíaste a nuestro lugar y me diste mi celular de regreso. Aproveche para llamar a mi hermano, después de varios minutos él llegó por mi y yo me despedí de mis amigos. Pensaba hacerlo de ti, pero tu estabas también con tus amigos y preferí irme.

No puedo negar que la idea de besarte pasó por mi mente pero fui lo suficiente capaz para no hacerlo. Estoy feliz A. Gracias por esta noche.

CARTAS A ÉL © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora