Soledad.

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«La otra cara del amor, se ha dicho siempre, es el sufrimiento. Enamorarse es comprar boletos para el dolor: duelen las distancias, los celos, y la indiferencia. Las discusiones y los desacuerdos. Duele esperar un gesto de cariño y saber que quien deseamos no es capaz de dárnoslo

( Julie Elizabeth)

Nos pasamos toda la vida soñando con deseos incumplidos, recordando cicatrices, construyendo artificial y con mentiras, lo que pudimos haber sido; constantemente nos estamos frenando, conteniendo, constantemente estamos engañando y engañándonos; cada vez somos menos verdaderos, más hipócritas; cada vez tenemos más vergüenza de nuestra verdad.

Seis meses después.

Harry paseaba por la pradera vecina a su casa con su perra Yuly, era una Bulldog Francés de tres años que sacó de la perrera, ya que al verla se enamoró de ella y ya no pudo dejarla allí.

La había adoptado dos meses atrás, en una salida escolar a la perrera donde los niños vieron la tristeza y crueldad de abandonar a los animales y dónde las monitoras les enseñaron como cuidaban y alimentaban a los perros abandonados, luego al final de la visita, pudieron coger en brazos unos lindos cachorritos que tenían allí.

Harry aprovechó para mirar otra vez y ahí estaba, mirándolo fijamente con ojos llorosos de súplica y se le encogió el corazón, el rizado ya no pudo salir de la perrera sin reservarla e ir por ella después, las monitoras se lo agradecieron mucho.

Harry dejó el hotel y se había instalado en una pequeña casa a las afueras de Londres, no le importaba madrugar para ir al colegio pues eran varios kilómetros a recorrer todos los días pero le merecía la pena.

Aquel era un lugar tranquilo y hermoso, era un hogar genial para Yuly pues había mucho espacio para correr y jugar para ella.

No había vuelto a ver a Louis desde la encerrona en casa de sus padres, tampoco había vuelto allí, sus padres y hermanos lo llamaban a menudo y unas veces contestaba y otras no, estaba más tranquilo y no quería volver a pensar en el amor.

Louis había sido su único gran amor y sería así siempre pero aunque lo perdonó no fue capaz de volver con él, el ojiazul lo intentó por activa y por pasiva.

De echo lo esperaba en el colegio con regalos, lo llamaba y le mandaba sms suplicando e incluso acabó averiguando su hotel y por eso Harry se acabó yendo de allí.

Era triste amar a alguien y que esa persona no supiese amar a nadie, además la distancia no sufragaba el dolor que sentía al estar alejado de él, pero debía seguir adelante, aunque también podía ser que él que no servía para estar en pareja, había estado solo por mucho tiempo antes, así que la soledad no era novedad alguna.

Louis por su parte era un fantasma, respiraba y se movía pero no estaba vivo, su alma se la había llevado Harry y no sabía donde estaba.

Muchas veces estuvo a punto de seguirlo al salir del colegio pero lo había hecho y se había ido de hotel, acabó entendiendo que Harry ya no quería saber nada de él.

Cuando cumplió los 21 años y se fue por no ver a Harry con Alex, se había centrado en su carrera de actor y su trabajo en el teatro era todo lo que necesitaba pero ahora eso tampoco lo consolaba ni le servía, nada sin Harry tenía sentido.

Llevaban seis meses sin hablarse, sin estar juntos frente a frente pues Harry se iba o no se le acercaba sus regalos y se los devolvía. No contestó a ninguna llamada ni mensaje, estaba desesperado.

El ojiazul se sentía muy triste al darse cuenta de que había perdido pero aún más triste le era pensar que no volvería a estar con Harry, ni con nadie más, ya que no podía hacerlo como una vez lo hizo con Eleonor, para intentar olvidar lo que sentía por Harry.

Tenía que olvidarse del amor o quizás el destino los volvería a unir como un día lo hizo, la esperanza nunca debería perderse.

27. Enfrentados.- Larry Stylinson.💓 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora