Capítulo 9|Llegar al paraíso.

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Louis ya había perdido la cuenta de las veces que sus orbes azulados se llenaban de lágrimas. Recuerda que aquella tarde de viernes quiso morirse por un instante al ir a visitar la gran hacienda de Gonzales donde sus tres escoltas lo violaron. Iba dispuesto a confesarle absolutamente todo y mirar con sus propios ojos como Gonzales les daba su merecido; pero la sorpresa le cayó como balde de agua fría cuando al tocar la gran puerta de la finca quien lo recibió fue una señora de aproximadamente cincuenta años. El castaño, amablemente y un tanto tímido, solicitó a Gonzales pero automáticamente la señora lo miró de mala forma:

—No, chico. Me parece que estás equivocado. —dijo ella.

—De verdad no creo eso, señora. Hace poco estuve con ese señor justamente aquí.

— ¡Ah! ¡Ya sé de quién me hablas! —confesó. —Seguro es el hombre que me rentó esta finca, en realidad es mía pero en ocasiones la alquilo por unos días.

Y de nuevo, por milésima maldita vez, Louis derramó lágrimas. Se sintió engañado. Usado. Ilusionado como el joven inocente que era. No tardó en contarle a Zayn lo que había ocurrido y el moreno tampoco demoró en entrar en cólera de manera exagerada.

— ¡Pero qué hijo de puta, mentiroso, feo y mediocre! —gritó el morocho como si tuviese a Gonzales frente suyo y pudiese escucharlo. —No te preocupes, hermano. Ya me encargaré yo de esto.

El castaño se maldijo mentalmente. Quiso llorar de nuevo porqué sabía que nada de eso le estuviera pasando si jamás se hubiera aferrado a la fabulosa idea de colocarse prótesis de silicona... pero mientras más pasaban los días, más aumentaba su ambición y deseo por esa operación, más aumentaba la maldad en la alma de André, quien por cierto, ya se encontraba en preparación para un par de homicidios a domicilio, mientras más pasaban los días más su vida se iba condenando a un futuro incierto...

Zayn quiso levantarle el ánimo a su mejor amigo. Le sonrió como el buen cómplice que era y Louis le devolvió la sonrisa pero preguntándole que era lo que tenía en mente.

—Estás de suerte. Escucha. Tengo un amigo que se llama Chris. Él es dueño de una agencia de modelos, pero, es una fachada porqué en realidad lo que hace es que manda esas fotos de la agencia a los narcotraficantes para que ellos escojan a que chico quieren—guiñó el ojo—Quizá él puede hacerte una sesión de fotos, se la manda a esos tipos y alguno te escoge.

— ¿De verdad crees eso, Zayn?

Zayn aseguró que sí. Le dio esperanzas de nueva cuenta a su mejor amigo sabiendo que quizá Chris no lo escogía... pero nada perdían con intentarlo.

—Está bien. ¿Cuándo vamos? —preguntó sonriente y recibió como respuesta del moreno que mañana mismo. Louis aceptó y se dirigió a su casa en donde ya lo estaba esperando un Evan arreglado, con toda la ilusión de mirar a Louis, el niño de sus ojos, y decirle que toda la semana se había privado de almuerzos en la cafetería y hasta trabajó horas extras para que ese viernes por fin pudieran salir a algún lugar, el cine, teatro, un café o tal vez un bar de esos que frecuentan los jóvenes. Pero así como Louis recibía desilusión tras desilusión, Evan recibía lo mismo por parte del castaño al escuchar una negativa a la invitación de salir un rato.

—Estoy muy cansado, pero gracias, amor. —dijo Louis y se adentró en su cuarto dejando con el corazón roto a Evan. Jay sintió pena por él, pero desgraciadamente no podía hacer nada.

—Lástima que no está André. —Pensó Evan—lo habría invitado a él para distraerme un rato y no quedarme como un tonto acá.

***

Al día siguiente, con afán de puntualidad y soportando el frio mañanero que calaba en el cuerpo de Louis y Zayn, se dirigieron hacia la agencia de modelos de Chris.

Así Del Paraíso||Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora