Capitulo 6

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(Bastian en galería)

...Olive...

Vamos a dejar algo muy en claro, a los chicos de la banda los veo como parte de mi trabajo, es una relación laboral.

Como siempre ese mantra tiene algo de mentira

El edificio contaba con un muy bien equipado gimnasio en una de las plantas bajas, por lo que tras desayunar un emparedado con un té estaba en el gimnasio, para mi muy mala suerte la sincronía del universo había determinado que minutos después los chicos hubieran ingresado al gimnasio.

En estos momentos estaba teniendo un ataque de hormonas, uno de esos que se suponen que te dan cuando hasta ahora estas madurando y tienes los sentimientos a flor de piel, bueno estaba teniendo un episodio en este instante a mis 23 años y es que debería ser un delito federal ver a estos hombres haciendo un simple ejercicio o trotando a mi lado.

Mis audífonos estaban a su máximo volumen pero mi cerebro no parecía interesarle el podcasts de historia que había elegido esta mañana, mi cerebro estaba realizando una pequeña grabación de cada flexión que realizaba Axel, y no es que los otros chicos no fueran impresionantes, es el hecho de la demanda de atención que Axel siempre a tenido en mi.

Pensar que crecer en california te vuelve inmune a los hombres haciendo ejercicios es una mentira que viví todos estos años, los de california no se ven así, claro no despreciare la belleza masculina de mi Estado, pero ninguno había movido de esta manera mis hormonas, claro me refiero a Axel.

Ver la tinta colorida de sus brazos flexionándose empieza a volverse hipnótico, mi rostro esta ardiendo pero por suerte se confunde con el esfuerzo físico que mi cuerpo esta realizando, así consuelo a mi dignidad que esta en un rincón de mi cuerpo.

Mi cerebro se dedica a recordarme todas las veces en las cuales esos brazos me cargaron o me sostuvieron, en la entrevista cuando no me dejo salir, momentos antes de el show, la mañana que mi pierna se durmió, como me sostuvo en la pista de patinaje...han sido muchas veces.

El sistema de emergencia de la trotadora se detiene abruptamente en el momento que mi pies se tropiezan golpeándome contra la baranda, maldigo por el dolor en mi pecho, Ash se acerca para asegurarse de que me encuentre bien. Parezco una niña de 12 años viendo a un hombre por primera vez, pero luego me recuerdo son hormonas nada mas, necesito agua.

El podcast me repite la historia de como el órgano de la catedral de San Petersburgo se vino abajo en un frío invierno, el golpe contra las barandas al parecer me regreso a mi estado natural por lo que en este momento agradezco el golpe y me concentro en la rutina de ejercicio que había planeado para el día de hoy, me concentro en la importante historia de ese instrumento.

Mi teléfono se ilumina al frente pero ignoro el mensaje, lo leeré cuando termine el ejercicio. Ash se acomoda a mi lado para acompañarme en el ejercicio pero llega el punto en el que quiero matarlo.

Es por eso que a pesar de mi pánico a las alturas, estoy a punto de subirme a los hombros de Axel para ser utilizada como pesa, al parecer ninguna de las pesas disponibles en todo el gimnasio le convencen y yo soy la indicada para arriesgar mi vida en estos momentos. August simplemente dice que es la mejor idea que se les pudo ocurrir en toda su vida pero yo no estoy muy convencida, me gustan mis dos pies adheridos al suelo.

Aiden que normalmente es el responsable esta apoyando la idea para mi desgracia, no quiero hacerlo. Mis ganas de hacerlo disminuyen cuando Axel se retira la delgada camisa de ejercicio, California no me preparo para esto.

Axel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora