¿Lo oyes? Cierra los ojos y escucharás tu melodía. La mía, desde hace tiempo, es una triste balada que sería capaz de deprimir el espíritu de cualquiera. Me he convertido en la bailarina personal de la muerte. Al principio estábamos alejadas, pero de repente, comenzaron las mentiras, el creer que estaba sonando una dulce y hermosa melodía, cuando realmente solo lograba acercarme más a la deidad. Ese engaño volvió a mi vinilo en numerosas ocasiones. Ahora estoy a una sola canción de las manos de la muerte. Tan solo quiero que alguien cambie de disco por mi y que lo haga para siempre, tristemente es imposible. Mi destino está a su lado, tomando sus huesudas y muertas manos, para la eternidad.
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UNA VENTANA A LO INEFABLE
PuisiCuando el sentimiento es tan fuerte y caótico que no encuentra cabida en ninguna definición existente, dicha emoción es llamada inefable. Esta no es una historia, no tiene argumento estructurado ni personajes a los que tomar cariño. Aquí es donde lo...