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—DaeSung, por favor —Su voz salió mucho más aguda de lo que pretendía—. No hagas esto más difícil.

—¿Qué no? —El fornido Alfa frunció más el ceño observando todo el lugar asegurándose que nada estuviese fuera de lo normal— ¿Por qué el aroma de mi cuñada está aquí? ¿La conoces? ¿por qué me estás evitando? ¿qué me ocultas? ¿Acaso ya no quieres estar conmigo? Respóndeme, JiMin. Por alguna razón HyeWoo estuvo insistiendo para que te dejara tranquilo todo este tiempo, y solo le creí porque también es Omega como tú y supuse que sabe lo que se siente y porque sé que aún no te sientes listo para la Marca...

Si JiMin pudiese responder a todo eso de manera clara y calmada, lo hubiese hecho de inmediato, mirando directamente a los ojos cafés de su novio sin rechistar puesto que él no es el tipo de persona que se contiene los pensamientos y se guarda todas las opiniones para sí mismo, no obstante, ahí estaba, mirando al suelo, con el labio inferior entre los dientes intentando pensar bien las respuestas a cada pregunta pero nada salía de su boca. Poco a poco, DaeSung caía en la desesperación, estaba tan necesitado de respuestas al tremendo cambio de comportamiento de su pareja, que no sabía si quiera como empezar a investigar.

A pesar de todos estos puntos que los frustraba a ambos, JiMin fue el primero en responder; no con palabras, por supuesto, con un abrazo. DaeSung se había tardado unos milisegundos en responder a aquel gesto físico que le brindaba su novio, su pequeño Omega liberaba sus feromonas con cautela para lograr calmarlo, pero él estaba incluso mucho más impaciente que su Alfa ¿cómo podría explicarle lo que sucedía de manera coherente sin poner en peligro al Alfa menor de los dos hermanos Jeon? ¿Cómo?

—Mi amor... —la suave voz de JiMin apareció luego de un rato rellenando el tenebroso y sutil terror que ambos sin pensar los cubría—. Dame algo de tiempo —continuó—, aún no sé cómo... pero lo resolveré... y te lo diré

—¿No confías en mí, Chim? —JiMin tembló, sentía el alma despedazarse tan pronto presintió que DaeSung estaba en su límite. Estaba a punto de echarse a llorar como un cachorro al perder de vista a su mamá

JiMin se alejó de él tan solo unos centímetros, solo con el pretexto de querer llevar sus manos al rostro de su pareja, su verdadera pareja, sonrió tanto como pudo porque a decir la verdad, estaba muriéndose por dentro; acarició sus pómulos con devoción mientras observaba a detalle cada facción que lo hizo querer tanto a ese torpe Alfa. El tiempo parecía inexistente en ese instante, donde ambos se contemplaban, como si llevaran años sin encontrarse y extrañaban el contacto, como si esos años juntos nunca fuesen existido y apenas se conocieran en ese instante.

Como si fueran una pareja destinada a encontrarse y estar juntas para toda la vida.

Ahora, era el oxígeno que parecía inexistente, puesto que DaeSung en un anhelo por mantener a JiMin cerca suyo cerró la distancia entre sus rostros y trazó con sus labios una figura difícil de reconocer para JiMin pero que era un hábito para el Alfa. El menor le costó seguirle la corriente, su pecho dolía, su Omega estaba rechazando al hombre que una vez lo llenó de tanta felicidad y confort, y ahí estaba ese lado humano, odiando cada vez más a su lado lobuno y al destino tan maldito.

La danza de sus labios siguió por minutos enteros, hasta que JiMin decidió que era suficiente o literalmente moriría en ese momento del dolor. Le regaló a DaeSung otro pequeño e infantil beso, que lo hizo reír y a la vez soltar unas cuantas lágrimas.

—Confío en ti, Dae —exclamó, no se había percatado en qué momento se había puesto de puntitas pero era lo que menos le importaba—. En quien no confío es en mí.

DaeSung quiso preguntar, pero JiMin se lo impidió, estaba llorando en silencio, su garganta estaba tan oprimida en ese momento que ni para respirar bien funcionaba. El Omega lo volvió a abrazar, esta vez con la tarea de atrapar el aroma del Alfa y mantenerlo en él. Escuchó el reloj de pared ubicado en la cocina sonar, eran las seis de la tarde y sabía que el tiempo había terminado.

Âmes Soeurs ✾ KOOKMIN AU [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora