¡Que no es mi novia!

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PDV- Jack.

¿Estaba bien lo que acababa de hacer? Dejar que la rubia viviera conmigo y sin consultarle a Adam, digo... es su casa y yo lamentablemente aún no me largo de ahí ¿Esta bien el echo de no decirle a nadie lo que ocurría con Rapunzel? y ¿Que responderemos cuando los chicos y los demás pregunten por que esta conmigo? Debo pensar en una solución rápida, para que una mentira sea buena tiene que tener una base firme que si esta por derrumbarse se sostenga de echos mas sólidos... ay que me pasa, ya estoy hablando como Adam cuando esta a en su faceta de Policía-Detective-Abogado, pero... es cierto, bien, ya se me ocurrirá algo.

-¿Que quieres hacer primero? ¿Ir a ver a los chicos o ir por tus cosas? -Mire de reojo a la rubia-

-Como era de esperar ella calló por unos momentos mientras miraba a su alrededor- No lo sé... -Acaricio su brazo- ¿que dices tu?

-Yo digo que estemos un rato con ellos, luego si quieres me acompañas o te quedas en casa o con Merida 

-Bien, hagamos eso y luego yo me quedo en... tu cuarto -Dijo dudosa sus últimas palabras- 

PDV- Rapunzel.

Llegamos a casa de Merida y cuando la puerta se abrió salio lo que podría ser un oso... pero no lo era... era un hombre grande... y cuando digo grande lo digo en el sentido mas literal posible, tenía sus mejillas rojas y su piel bronceada por los rayos naturales del sol y eso hacia que sus ojos azules destacaran mas, de una nariz grande y aguileña con un cabello un tanto largo rizado y rojizo anaranjado igual que el de Merida, supongo que es el padre.

-¡Jack! -El sujeto hablo con la voz mas alegre y entusiasta que nunca había oído lo tomo y abrazo fuertemente- ¡Hasta que llegas hombre! -Jack sonreía ampliamente-  ¿Como haz estado?

-Estoy bien, gracias por preguntar grandulon -Puso sus manos en en su cintura y dejo caer uno de sus brazos al costado- ¿Como esta Merida? -Se puso serio, apretando los labios y bajando sus cejas, tomando la cara típica de Jack-

-Oh si, que tonto soy, pasa, ahí esta....

Pero antes de que alguno de los pudiera entrar...

-¡Y este milagro que ven mis ojos! -Dijo casi gritando- ¡Jack al fin tiene una novia! ¡Y la trajo! ¡Eleonor! ¡Ven a ver esto!  -Dio unos pasos a tras del marco de la puerta donde estábamos- ¡Creí que nunca podría ver esto! 

Podían quebrar unos huevos crudos sobre mis mejillas y juro que estos se freirían en poco tiempo, estaba muda, y en esos segundos eternos Jack traba de que el hombre oso dejará de hacer escándalo, una mujer salio de una puerta dentro de la casa, era delgada y como la mitad del cuerpo de el, a diferencia de el y Merida ella tenía ojos cafés y cabello del mismo color con un pequeño mecho blanco, se puso al lado de Jack.

-¿De verdad? ¿Al fin venciste tu miedo a las relaciones serias Jack? -Hablo la mujer poniendo una mano en el hombro de Jack y con una leve sonrisa- 

-Jack puso su mano derecha en la mitad de su cara- Si tan solo me escucharan...

-Ignorando lo que había dicho el peliblanco la mujer y el hombre posaron sus ojos en mi- ¿Y como te llamas querida? -Pregunto ella, pero al parecer se dio cuenta de que el interrogatorio comenzaba y Jack y yo aún no teníamos ni un pie dentro de la casa- ¡Pero que descortés de mi parte! ¡pasen por favor! -Hizo que el oso se hiciera un lado y nos hizo pasar- 

-Tomen asiento 

Jack todo el tiempo estuvo tratando de llamar la atención de ellos pero nada daba resultado porque los dos parecían hacerse miles de pregunta en la cabeza y las decían en voz alta

Belleza mortífera. // JackunzelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora