Tras años viviendo como esclavo, Lay finalmente logra escapar.
Pero con el cuerpo molido y lleno de golpes, no logra llegar realmente muy lejos...sin saber como queda en manos de un desconocido que dice querer ayudarlo y sin fuerzas para defenderse...
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Sentía su cuerpo totalmente pesado, no tenía la fuerza suficiente para levantarse. Quería seguir durmiendo, y por la condición en la que se encontraba, su cuerpo realmente necesitaba un buen descanso; pero algo parecía insistir en querer despertarlo. Miles de imágenes pasaron por su cabeza en cuestión de segundos, y solo entonces recordó, todo lo ocurrido el día anterior y aún contra su voluntad, despertó.
El hecho de estar en un lugar completamente desconocido lo aterró, pero el saber que estaba siendo desvestido lo altero aún más.
-Espera...Cálmate, sé que esto se ve mal...Pero en verdad, no es lo que parece.
Aquella voz...No, no podía ser.
¿Realmente se tomó la molestia de traerlo en taxi hasta su casa solo para abusar de él? Pudo haberlo hecho en cualquier otro lugar y dejarlo tirado en la calle...definitivamente hubiera preferido aquello, ya que no tenía idea de cómo iba a escapar del lugar en el que se encontraba.
Pero si creía que abusar de él iba a ser fácil, estaba muy equivocado. No iba a dejarse, por lo menos esta vez iba a defenderse. Antes de que el otro pudiera inmovilizarlo, lo pateo con todas sus fuerzas, haciendo que cayera de la cama y acto seguido, envolvió su cuerpo con las sabanas. Desde donde se encontraba pudo ver que... ¿Cómo era que se llamaba? Estaba seguro que le había dicho su nombre, pero lo había olvidado. No, ni siquiera le tomo importancia cuando se lo había dicho. Bueno, no importaba demasiado el cómo se llamara aquel sujeto, solo esperaba que se quedara aturdido en el suelo un rato más, en lo que buscaba con la mirada algún objeto con el que pudiera volver a golpearlo en caso de que intentara volver a acercársele.
Se sintió aliviado al hallar una pequeña lámpara, sobre la cómoda que estaba al lado de la cama. La tomo rápidamente entre sus manos, totalmente dispuesto a usarla, de ser necesario.
-Auch, eso en verdad dolió. No tenías que hacer eso, aunque considerando la situación, entiendo porque lo hiciste.
Todo eso lo dijo estando aún en el suelo ¿Acaso estaba intentando disculparse? Porque si era así, no tenía ningún sentido. Un agresor no se disculpa con su víctima antes de abusar de ella.
Al notar que el sujeto se estaba levantando, sujetó con más fuerza la lámpara entre sus manos, dirigiéndola en dirección a él.
-Aléjate de mí, te lo advierto.
-Ya te lo había dicho antes, solo quiero ayudarte. Oye, espera ¿De dónde sacaste eso? ¿Pensabas golpearme con eso? ¿En serio? Joder... deja eso donde estaba y escucha lo que estoy tratando de decirte.
¿En serio pensaba que iba a ser tan estúpido como para hacerle caso?
-¿En serio piensas que hare lo que dices? ¿Por qué tendría que hacerlo?
