Tras años viviendo como esclavo, Lay finalmente logra escapar.
Pero con el cuerpo molido y lleno de golpes, no logra llegar realmente muy lejos...sin saber como queda en manos de un desconocido que dice querer ayudarlo y sin fuerzas para defenderse...
Tenía pensado publicar este capítulo en una sola parte, pero terminé dividiéndolo en dos partes xD mañana publicaré la siguiente
Debido a las "vacaciones" que tomé de la universidad, estaba sobrecargado de trabajos y exposiciones todo el tiempo, pese a que entregaba todo a tiempo, aún me faltaba ponerme al día con los otros cursos a los que me había apuntado para ganar créditos extra. Ya ni siquiera podía dormir correctamente, y no es que me molestara...era mi responsabilidad después de todo, sin embargo, me frustraba no poder pasar tiempo con Lay.
Hoy era otro de esos días, en los que no podría dormir... aún no terminaba las diapositivas para la presentación de mañana y todavía faltaba escribir un ensayo sobre la historia de la dinastía Joseon.
El reloj marcó las 4 de la mañana para cuando logré terminarlo todo. Estaba realmente cansado, no tenía energía ni para levantarme de la silla e ir a la cama, por lo que simplemente me quedé dormido allí, encima de todos los apuntes que estaban esparcidos sobre el pequeño escritorio.
Un sonido estruendoso resonó por toda la habitación, despertándome al instante. Miré el reloj que estaba pegado a la pared y aún eran las 6 am, mis clases no empezaban hasta las 9 am, por lo que disponía del tiempo suficiente para alistarme y desayunar con Lay....Lay... ¡Sabía que había olvidado algo!
Ya era una costumbre que cada noche el pequeño tocara la puerta de su habitación y se acostara a su lado abrazándolo hasta el día siguiente... no podía describir lo feliz que se sentía cada vez que despertaba y lo encontraba acurrucado en su pecho, con sus brazos rodeando su cintura posesivamente.
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Con el pasar de los días, un pedazo más de su corazón era robado por ese chico de lindos hoyuelos, y aun así, sabía que no podía ilusionarse, Yixing solo lo veía como su salvador y nada más...
Aunque le doliera saber que jamás podría cambiar la relación que tenían actualmente, no estaba dispuesto a dejar al chico a su suerte, prometió cuidarlo y protegerlo en todo momento, y eso es precisamente lo que haría.
No obstante...el cansancio lo había vencido y olvidó por completo el hecho de que Lay no tocó la puerta de su habitación en la noche, no durmió a su lado... quizá estaba preocupándose en vano y solo extrañó el calor del cuerpo ajeno, o eso esperaba...
No era el momento para ponerse a pelear con sus pensamientos, por lo que, dejando sus dudas a un lado, corrió escaleras abajo, en busca de Lay. Buscó en la cocina, en la sala, y finalmente lo encontró, echado en el sofá, cubierto a medias por una delgada manta.
No quería molestarlo, aún era temprano para despertarlo....
Estuve a punto de cargarlo, para llevarlo a su habitación y que pudiera seguir durmiendo cómodamente, sin embargo, su cuerpo empezó a temblar, lágrimas caían de su rostro y tenía una expresión aterrada... era obvio que estaba teniendo una pesadilla; por lo que; sacudí su cuerpo, en un intento por despertarlo, más no funcionó.
- ¿Lay? ¡Lay!
Intenté llamarlo, obteniendo mismo resultado...
-¡Lay! ¿Estás bien? ¿Por qué no despiertas? Me estás preocupando, despierta por favor...
-¿Suho?
Un alivio recorrió mi cuerpo al ver que finalmente me había respondido.
-¿Estabas despierto? ¡No me asustes así! Pensé que algo malo te había pasado...
-¡Suho! ¡¿Estás bien?!
Aquello me sorprendió...pensé que su pesadilla tenía alguna relación con su pasado, pero ese no parecía ser el caso.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos abruptamente cuando Lay se abalanzó sobre mí y se abrazó a mi cuerpo, tan fuerte que no podía diferenciar donde terminaba mi cuerpo y empezaba el suyo...
-¿Lay? Claro que estoy bien ¿Por qué no habría de estarlo?
-Porque por mi culpa tú tuviste que...
No entendía que estaba tratando de decir... ¿Qué tuve que hacer? ¿Qué había soñado?
-¿Por qué estás llorando? Dime la verdad ¿Qué paso?
Más lágrimas seguían adornando su rostro y aquello en verdad me dolía....me dolía verlo sufrir de esa manera y no comprender el motivo por el que lo hacía...
Lo que es peor, él no parecía querer responder y era en verdad frustrante.
Al ver que no obtendría una respuesta, intenté alejarme un poco para limpiar las lágrimas de su rostro, más me fue imposible pues en lugar de alejarme, terminé aún más cerca de Lay.... Al sentir que estaba tratando de terminar el abrazo, él simplemente se pegó aún más a mí, hasta el punto en que llegué a sentirme asfixiado, el aire estaba empezando a faltarme.
-Lay, me gusta el hecho de que quieras abrazarme, pero me estás lastimando ¿Podrías soltarme un poco para que podamos hablar?
No me soltó, pero se alejó lo suficiente para que la sensación de asfixia desapareciera.
-Bien, eso basta ¿Ahora si me dirás porque llorabas? Es por mi culpa ¿Verdad? Tuviste otra pesadilla porque te dormiste aquí en lugar de en mi habitación...
Una sensación de culpa me invadió...si no me hubiera quedado dormido y lo hubiera llevado a mi habitación, esto no habría pasado.
-¿Fue todo solo una pesadilla? ¿No te hicieron daño? ¿En verdad estás bien?
¿Por qué estaba tan asustado?
Tras lo que dije finalmente pareció calmarse, pues deshizo el abrazo y empezó a mirarme detenidamente...como si buscará algo.
-En verdad estoy bien Lay, no tienes que preocuparte por nada, aquí estás a salvo. Discúlpame, quizá tocaste la puerta de mi habitación y no te escuché...
Nuevamente no respondió, solo se quedé absorto mirándome.
- .....
-¿Lay?
¿Qué podría estar pensando para quedarse absorto por tanto tiempo? ¿Tendría relación con su pesadilla? ¿Por qué no quería decirme que había soñado?
Repentinamente Lay tomó mi rostro entre sus manos y ante mi total asombro acortó la poca distancia que nos separaba...no podía creerlo, en verdad...él en verdad me estaba besando... pasaron algunos segundos, antes de que pudiera asimilarlo y pudiera corresponderle. Me besaba con tanta... ¿Desesperación? Como si su vida dependiera de aquel beso.... Al final, fue la falta de aire la que hizo que tuviéramos que separarnos.
Podía sentir mi cara ardiendo y no pude hacer otra cosa más que dirigirle una mirada de asombro y expectación... ¿Por qué me besó? ¿También fue por curiosidad? No...la manera en la que lo había besado....
Antes de que tuviera el tiempo de decirle algo, se puso de pie y salió corriendo....pude escuchar claramente el sonido de una puerta cerrándose...
