Epilogo.

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Kyungsoo bajo de su automóvil con dificultad, tomó su portafolio y una botella de agua que ahora cargaba para todos lados, bebiendo un poco de ella cuando lo necesitaba, entró a la empresa a paso lento, le dolían los pies a muerte, el sentir la fr...

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Kyungsoo bajo de su automóvil con dificultad, tomó su portafolio y una botella de agua que ahora cargaba para todos lados, bebiendo un poco de ella cuando lo necesitaba, entró a la empresa a paso lento, le dolían los pies a muerte, el sentir la frescura que proporcionaba el aire acondicionado del edificio le hizo sentir alivio, saludo cariñosamente a la recepcionista, quien conociéndolo mejor que nadie, le pasó revista.

- Hola Ma.

- ¿cómo te sientes? te veo cansado.

- mucho, no aguanto los pies.

- deberías cambiar de calzado.

- lo sé, pero tenía una reunión muy importante.

- ¿quieres que pida comida?

- te lo agradecería.

- ve a descansar, te llevaré la comida en cuanto llegue.

- gracias - camino con dirección a su oficina pero vaciló, regresó sobre sus pasos- Mamá ¿Podrías pedir dos comidas?

- claro, ya lo tenía pensado, más bien iba a pedir tres, por si acaso.

- eres la mejor.

- lo sé- contesto Hyuna orgullosa.

Kyungsoo de nuevo emprendió su camino a su oficina, se sintió tentado a quitarse los zapatos e ir descalzo a esta, pero se arrepintió no quería tener otro resfriado, no ahora. Cuando se disponía a entrar a su oficina escucho las vocecitas de sus hijos, tomó fuerza extra para llegar donde aparentemente se encontraban, abrió con lentitud la puerta, tratando de no ser descubierto y de ese modo ver que estaban haciendo los niños, pudo ver que estaban sentados sobre una alfombra en medio del Studio, comiendo gajos de mandarina, sus cuatro hijos esperaban pacientemente a que el fotógrafo profesional de la empresa terminara de quitar la cascara a otra de las jugosas frutas, Kyungsoo sonrió al contemplar la escena, entro de lleno al lugar, los niños al verlo llegar se levantaron a toda velocidad para ir con el, los gemelos al ser más pequeños fueron más lento, con pasos torpes llegaron donde su madre.

- ¡mami!- le saludaron, llenándolos de besos a cada uno les pidió que regresaran a la alfombra.

Los pequeños obedientes regresaron a sentarse, mientras Jongin le daba la bienvenida a su esposo con un efusivo besó, mientras acaricia suavemente su espalda.

- Bebé, dime cómo estuvo tu día.

- cansado, hay tanto que hacer y la última reunión acabo con mis ganas de caminar ¡cárgame!

Jongin le sonrió, lo levanto con delicadeza y le llevó a la alfombra donde sus hijos ahora jugaban, Soo Hyun y Kyung Jong ayudaron poniendo muchas almohadas donde Soo se sentaría, del mismo modo, delicadamente le puso sobre la superficie acolchonada, cuando estuvo cómodamente sentado Jongin le quitó los zapatos y comenzó a darle un masaje en sus adoloridos pies, Soo tomó una de las mandarinas que Jongin estaba quitando la cascara y terminándola de limpiar repartió está a sus hijos, al final le dio gajo a Jongin y uno para el.

Sin final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora