Sin final feliz

Fue solo nuestro.

Lo que construimos
(Natalia Lafourcade)

Miedo eso es lo que recorría el cuerpo de Kyungsoo, jamás se imaginó que Chanyeol pudiera actuar de esa manera, sabía que estaba fuera de sí, tenía que guardar la calma, si Chanyeol alguna vez sintió algo por él sería el momento para que ese sentimiento le salvase de cualquier daño por parte de su casi ex esposo.

- ¿que te parece si hablamos mañana?

- he dicho que lo haremos hoy- la voz de Chanyeol era arbitraria y demandante.

Kyungsoo posó su mano en el rostro del contrario, conectando su mirada con la de él sin decir nada, pasando algunos segundos Chanyeol comenzó a llorar, hundiendo su rostro en el cuello de Soo, este lo consoló como si fuese un niño pequeño.

- shhhh, shhhh estaremos bien

- perdóname, perdóname - entre sollozos Chanyeol suplicaba.

- mañana, será mejor hablarlo, ahora ninguno de los dos está en condiciones- Chanyeol asintió, se dejó caer a lado de Kyungsoo dando un suspiro, pasaron unos minutos.

Soo se dispuso a levantarse pero el no se lo permitió. Lo envolvió entre sus brazos - por favor déjame dormir así contigo - al notar que la expresión seria de su esposo, aclaró - estoy limpio, no he estado con nadie, por favor - no le quedó otra opción que aceptar, se giró para darle la espalda, Chanyeol lo tomó por la cintura lo atrajo hacia el, pegándolo a su cuerpo - gracias - fue lo último que se escucho en la habitación.

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Kyungsoo sabía que tenía que hablar con Chanyeol, era doloroso pero tarde o temprano tenía que ser. No pudo dormir en toda la noche, dando vueltas en su mente todos los sucesos de los últimos días, vio como poco a poco la noche quedaba atrás, la ventana de la habitación dejaba entrar el resplandor del nuevo día, estaba cansado tanto física como emocionalmente, la falta de sueño solo le había afectado a él, a diferencia de su acompañante de cama, que en cuanto sintió entre sus brazos a Soo e inhaló su aroma que le llenaba de paz consiguió quedarse dormido.

Con cuidado y sin hacer muchos movimientos se levantó de la cama, observó unos minutos a Chanyeol, estaba seguro que sería la última vez que lo vería así durmiendo tranquilamente, aunque fuese ya un hombre en esos momentos se le veía tan inocente. Fue al cuarto de baño llevando consigo un cambio de ropa cómodo y su móvil. Como si estuviera en un lugar extraño puso el seguro de la puerta, mando un mensaje a Sehun para avisarle qué tal vez no iría a trabajar, no le importo el no recibir respuesta, seguramente este dormía aún. Tomó una ducha, se vistió rápidamente y con sigilo salió, Chanyeol aún dormía. Tenía mucho que hacer, ese sería el último día que se comportaría como el esposo de Park Chanyeol y tenía planeado que fuera especial.

Bajo hasta la cocina y se encontró con Mikyung la ama de llaves, quien se disponía a preparar el desayuno, supuso que Soo no lo haría por obvias razones.

- Señor buenos días

- buenos días Mikyung ¿te puedo pedir un favor?

- claro, usted ordene

- ¿podrías hacerte cargo de los niños, mientras yo preparo el desayuno?

- por su puesto, ahora mismo voy

- gracias- con una linda sonrisa mostró cuan agradecido estaba.