Me mantengo escondida entre los árboles mientras oigo como las ramas se rompen y sus patas pisan la tierra. No me asomo, me quedo quieta sin soltar un suspiro cuando veo un pelaje blanco.
Me ha visto, tengo que correr.
Empiezo a dar zancadas lo más rápido que puedo, mientras me giro y no encuentro nada.
Paro frunciendo el ceño, agotada y confundida.
Una chica rubia con un alo de luz aparece en mi campo de visión, tiene los ojos negros y el pelo corto. Un aura blanca le rodea y corre escapando de algo, o de alguien.
El lobo blanco esta a sus espaldas, estiro mi brazo para que lo coja y cuando creo que está a salvo un lobo gigantesco con estrellas en su pelaje se cruza.
Ella abre los ojos y frena de golpe mientras él corre hacia el lobo blanco, su corazón brilla y la chica grita, cuando se da la vuelta sus ojos conectan con los míos y me veo reflejada en ella.
¿Mamá?
Cuando giro y caigo al suelo me doy cuenta de dos cosas.
Una, que estoy en mi habitación, y dos, que no sé cómo he llegado aquí.
Sobo mi cabeza y rasco mi estomago mientras me levanto, mirando alrededor perdida, con mi pijama puesto y con el frío helandome los huesos. Me acomodo y me pongo una chaqueta bajando por las escaleras, mamá esta bebiendo café y me mira sobre la taza.
-Vaya, que madrugadora.
-¿Qué hora es?
-Las siete y cuarto -dejo de mirar a la nada para mirarla a ella estupefacta.
-¿Y cómo me has dejado levantarme? -pregunto moviendo mis brazos.
-Tienes razón, soy una madre horrible -desaparece por el pasillo y se asoma por el baño con un cepillo de dientes en la boca- podrías hacer algo productivo para variar.
-Yo hago muchas cosas durante el día -la interrumpo comiendo una tostada- duermo, y veo la tele, y también duermo.
-Hoy no es mi día, que desconsiderada soy -habla sarcásticamente, rodeo los ojos mientras me besa en la mejilla y va hacia la puerta- pórtate bien.
-Claro mamá, porque yo monto fiestas cuando te vas.
-Adiós -habla pasando de mi.
Ya no puedo meterme con ella como antes, estoy perdiendo práctica.
Dejo la comida en la encimera y salto de la silla para ir arriba y ducharme, ahora va a ser imposible dormirme otra vez.
Oigo un ruido entre los platos.
Me giro rápidamente y un bol rueda, mis ojos salen prácticamente de sus órbitas.
-¿Rush? -pregunto al aire pero no hay respuesta.
Agarro con una rapidez increíble el mantel y lo tiro encima de los platos para luego salir corriendo hacia arriba.
¿Hay bichos en esta casa?
Abro la regadera de la bañera y pongo agua hirviendo en ella, me meto y me quedo treinta minutos en ella.
Me pongo unos vaqueros negros cuando ya estoy seca y la chaqueta de papá.
Cuando bajo llaman al timbre.
-¿Quién es? -pregunto levantando mi pie y sonriendo dulcemente, soy casi como la cenicienta.
-El lobo feroz, abre -contestan secamente.
-¡Oh, no! ¡¿qué voy a hacer?!
Se oye un silencio y después una risa.
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Creatures
FantasyEse pueblo era raro, eso estaba claro. Frío, poco poblado y con mucha naturaleza. Algunas leyendas decían que existían lobos tan grandes que hasta los hombres más fuertes se asustaban. Otros, que las brujas reinaban en el pasado ordenando a la pobla...