2. El proceso de escritura (novela)

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¿Proceso? ¿Qué proceso? Yo solo escribo

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¿Proceso? ¿Qué proceso? Yo solo escribo. Punto. Matilda escribió su nombre aunque su madre no le había enseñado las letras, así que yo escribo mi historia sin necesidad de planearla antes. Así, directo.

Todo lleva su tiempo. Uno no agarra una bala y ya sabe perfectamente como lanzarla a lo Tronchatoro (sí que tengo algo con Matilda hoy, eh). Ojalá, pero no es así. Con las historias pasa lo mismo. No es que de un segundo para el otro ya tenés planeada cada palabra de la historia en tu cabeza. Si te pasa eso, buena suerte; pero no lo esperes o vas a esperar toda tu vida. Para que este proceso fuese más simple, se lo dividió en un total de cuatro partes; la pre-escritura, el borrador, la revisión y la edición, etapas que van a ser profundizadas a continuación.

La pre-escritura es el momento en el que planeas todo lo que sea relevante. Es donde necesitás la verdadera "inspiración" (un mitazo más grande que Atlantis del que hablaremos en otra oportunidad), porque tenés que tener montones de ideas; por no agregar que necesitas decidir ciertos aspectos de tu trabajo como el género, los temas que vas a tratar y la audiencia a la que tu novela va dirigida. Las temáticas que vas a trabajar deben ser investigadas a fondo. De tratarse de emociones o ideologías, recomendaría que tratases de entrevistar a algunas personas para que te den su opinión (los escritores somos, por naturaleza, introvertidos; yo solo trato de obligarte a interactuar con la gente). Sería conveniente que le hicieses estas preguntas a la que será tu audiencia (si escribes en Wattpad, supondré que adolescentes). Hay muchos métodos disponibles hoy en día para desarrollar tus ideas: generar una tormenta de ideas (brainstorming), anotar todo eso que se te ocurra o creas que puede ser relevante, o crear personajes; el único límite es... Bueno, digamos que no hay límite conocido. Algunos escritores (véase escritores mapa, de los que hablaré en el siguiente post) tienden a crear unas escaletas o planos de los sucesos que transcurrirán a lo largo de la novela, lo que ayuda muchísimo en especial para escribir sagas, trilogías o bilogías.

El borrador es lo que se considera lo más fácil, porque es la tarea más sencilla de todas: sentarte frente al teclado y escribir. Busca un horario que te sea conveniente entre tus jornadas escolares/laborales para escribir (e intenta conseguir un mínimo de seis horas de sueño, o escribir será una patada ya sabes dónde). ¿Mi consejo personal para esta parte? Escribí sin parar. No vuelvas atrás a cambiar cosas, no te preocupes demasiado por tu ortografía y sintaxis y no te estanques en un momento de la historia. Las lagunas se presentan cuando vas de brújula (véase opuesto a los escritores mapas, en el capítulo siguiente.), sin un mapa diseñado con la cronología de eventos, y no sabes hacia dónde se dirige tu historia. Si esto te pasa a menudo, el segundo martes de julio te enseñaré a planear un mapa cronológico, así que no te preocupes.

La tercera y la cuarta parte son, en opinión pública, las peores partes del proceso de escritura (y, como van de la mano, las trataré juntas). La revisión y la edición consisten en pulir nuestra novela, en perfeccionar todo lo escrito. Acá es cuando importan toda la ortografía que escribiste mal, todas las oraciones sin sentido que escribiste y todas las palabras de más que usaste en una descripción. La regla de las tres erres versión escritores les dará una pista de lo que deberán hacer: recortar, reducir y reorganizar. El borrador solo es la primera versión de tu historia, es la manera en la que vos llegás a conocer lo que sucede en tu novela. La edición y revisión se encargan de que lo que escribas pueda ser leído y mejore a cada revisión.

Una vez que terminaste estos cuatro pasos, vienen los más importantes en caso de que quieras publicar tu libro: los lectores beta y los agentes literarios. Los lectores beta leerán tu novela con ojo crítico y te marcarán cada error que encuentren. Es su trabajo, después de todo. Te darán una devolución final junto con cosas que ellos creen que deberías arreglar. Escucha a tus lectores beta, que ellos saben (intenta que sean profesionales, o que al menos sean buenos escritores y lean un montonazo). No me adentraré mucho en el tema de los agentes literarios, pero ellos vienen después de terminar con los lectores beta. Ellos serán quienes lleven tus textos a las editoriales (aunque, en la actualidad, podés hacerlo vos mismo). También podés autopublicarte en páginas como Amazon o Kindle, y que la gente compre tus libros en formato digital.

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