No despiertes [Yoonmin]

Capitulo 3

La pregunta no era como se supone que me debía tomar su actitud, si no más bien, ¿Por qué me hacía sentir así? ¿Qué eran estos sentimientos? Aunque lo sabía perfectamente.

Quizá estar tanto tiempo con él como fuese posible; me hizo dependiente, me hizo necesitar estar con él las veinticuatro horas del día, sentir su calor. Pensé que quizá si me alejaba un poco esto podría ser suficiente para poder parar lo que siento, pero fue inútil, fue realmente inútil. Lo único que conseguí fue extrañarlo de la manera más necesitada que existe, no podía continuar con lo que yo mismo había comenzado. Fue ahí cuando comprendí que debía verlo feliz, incluso si no es conmigo, incluso si no soy quien provoque esas sonrisas... incluso si es una mujer, porque así debe ser, así debería hacerlo yo, pero no puedo y ya no se que hacer. Lo único que espero es que el día que se enamore de una hermosa chica, pueda felicitarlo con todo mi corazón sin que duela.

Terminamos de comer y le pedí que durmiera un poco, se le notaban las ojeras y el cansancio en su rostro. Su cuerpo casi y no aguantaba.

—Quiero darme una ducha y después dormiré —dijo ordenando y limpiando la pequeña mesita en la que habíamos comido.

—Pero no puede manejar en las condiciones en la que está Hyung —dije un poco preocupado por su salud.

—¿Qué dices, Jimin? —sonrió— no voy a manejar, hasta yo soy consiente de mi estado —dijo mientras continuaba limpiando— nos iremos en taxi.

—Está bien —sonreí un poco avergonzado y lo ayude a limpiar y ordenar un poco.

Salimos de la empresa y comenzamos a caminar en busca de un taxi mientras procurábamos que las fans no nos reconocieran. Encontramos uno y nos dispusimos a subir y ya estando dentro le pagamos al chofer y dimos la dirección de la casa. Íbamos de camino y Suga se quedo dormido hacia el lado de la ventana, cómo íbamos los dos atrás yo veía que a veces se quejaba por los pequeños golpecitos que se daba en la frente así que me acerqué y pase mi brazo alrededor de su cuello y subí mi mano hasta su frente sin saber que iba a ser tan incomodo. Mi brazo estaba a punto de acalambrarse.

El chofer se detuvo al frente de la casa avisándonos que ya habíamos llegado.
Desperté con cuidado a Suga sin antes mover mi mano para que no se diera cuenta de que la había puesto para que dejara de golpearse.
Suga me miró confundido.

—¿Qué día es? ¿En donde estamos? —preguntó sobándose los ojos para ver mejor.

—Estamos en la casa, baja y ve a dormir hyung, después podrás tomar una ducha —dije ayudándolo a bajarse.

Entramos a la casa y se fue directamente a la habitación que compartía con Jin. Me senté en el sillón un poco cansado y prendí el televisor para ver algo y no quedarme dormido. No había nada interesante. Taehyung se sentó a mi lado y me pidió el control, a lo que yo cedí y comenzó a cambiar los canales. Llego a uno que le llamó la atención, "los Backyardigans"

—¡¡¡Kookie!!! —gritó para que este fuera

—¿Qué quiere, hyung? —respondió el menor que para nuestra sorpresa estaba detrás de nosotros parado viendo la TV.

—Mira Kookie, ahí están tus amigos —dijo Tae burlándose de Jungkook por ser el menor a lo que yo comencé a reír.

—Sí, por eso apareces ahí —dijo Jungkook señalando a Pablo el pingüino —ahora él se reía y yo aún más. Taehyung se quedó callado y cambio el canal.

Jungkook se sentó al lado de Tae y puso su brazo al rededor del cuello de su mayor. Taehyung solo atinó a poner su cabeza en el hombro del maknae y yo sigilosamente me fui, solo estaba estorbando o eso sentía.

Fui a la cocina a buscar algo para comer y vi a Jin hyung besando a Namjoon hyung. Dios ¿es enserio?

Me fui a mi habitación y me recosté sobre la cama pensando en todo y a la vez en nada. Decidí aclarar mis pensamientos respecto a Suga.

Los dos somos hombres y aunque yo lo acepte, aunque yo acepte que el me gusta, él no lo va a hacer, por más que implore o por más lágrimas que derrame pensando en eso, nunca va a pasar o al menos así lo veo. No tengo por qué gustarle, yo para él soy alguien pasajero en su vida y él lo debería ser para mí, pero, ¿por qué duele tanto pensar en eso?
Tenía ganas de llorar, sentía ese dolor en el pecho, pero me negué a derramar lágrimas alguna, no porque fuese débil, más bien porque no me iba a detener después.

Me pregunto si saliendo con alguien podré olvidarlo...
Me quede dormido y desperté al rededor de las 9:00 pm, me levante, me perdí el almuerzo por lo que tenía hambre y fui a la cocina, no quería estar en la casa así que me hice un sándwich y salí al estudio de baile, sin antes ir a mi habitación, cambiarme de ropa, preparar un bolso con ropa de cambio y ponerme una chaqueta abrigada. Salí de la casa al rededor de las 9:36 y me dispuse a ir al estudio. Cuando estaba allí prendí las luces y deje el bolso en el suelo, puse un poco de música y comencé a bailar al compás de esta. Eso me ayudaba a no pensar tanto en hyung, cuando mi cuerpo no pudo más se tiro sobre el suelo, quede mirando las luces del techo, no quería levantarme, aún no. Había perdido la noción del tiempo, no sabía quién era, en donde estaba, o lo que hacía. Por un momento me convertí en Park Jimin, no en el idol, si no en el Park Jimin tímido, el que tenía miedo con solo unas ligeras amenazas, me comencé a sentir pequeño de nuevo, recordé como se sentía no tener nada y que otras personas fuesen mejores que tú en todo. Comencé a sentir la frustración de mi actuar, el porqué era así y lagrimas comenzaron a caer de mis ojos. Puse un brazo encima de mi rostro y solté una pequeña risa, burlándome de mi mismo.

—Así que volviste Park Jimin —susurre para mí mismo.

—¿Con quién hablas, niño? —escuché la puerta abrirse con una voz que se me hacía bastante conocida.

—¿Yoongi hyung? —pregunté.

—¿Quién más? Jiminie —dijo mostrándose al fin.

—¿Qué está haciendo aquí hyung? —dije enderezándome y haciendo como si no hubiesen caído lagrimas.

—Estábamos preocupados por ti, ¿Sabes qué hora es? —dijo mirando el reloj— es bastante tarde, J-hope, V y JK fueron a buscarte en los parques Jin y RM al estudio y a mi me tocó venir a buscarte aquí, aunque ya sabía en donde estabas —su cara no tenía expresión— al menos deberías contestar el celular —susurró

¿Qué se supone que debería hacer ahora?