Capítulo 2

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Liv (ahora) Anderson en multimedia :)

Salgo del coche lentamente, queriendo alargar este momento. Una vez de pie siento las piernas algo entumecidas debido a la duración del viaje. Me ajusto la chaqueta y respiro profundamente.

- Ojalá pudiera quedarme contigo.- Digo mirando la casa.

John se queda en silencio, hace que me gire hacia él poniendo sus manos sobre mis hombros gentilmente.

Me sonríe con pesar.- Ya hemos hablado de esto, Liv.- Me da un ligero apretón en los hombros antes de continuar.- Ya sabes que estoy preparándome para aplicar a un nuevo puesto, y ahora estoy haciendo más trabajo de campo que nunca. No tendría tiempo para ti, a penas lo tengo para mi mismo.

- Estoy acostumbrada a estar sola, ya lo sabes- Interrumpo antes de que pueda seguir hablando.

- Lo sé, pequeña.- Se inclina ligeramente hacia delante hasta que nuestros ojos se encuentran a la misma altura.- Pero más trabajo implica turnos de noche. No quiero que estés sola por... ya sabes, tus pesadillas.

Miro al suelo con vergüenza, tiene razón. Inclino la cabeza y sonrío ligeramente.- Está bien, lo entiendo.

John posa su brazo sobre mis hombros y comenzamos a caminar hacia la puerta.- Además, vendré a visitarte tantas veces como sea posible.

- ¿Lo prometes?- Digo parándome y extendiendo mi dedo meñique en su dirección.

- Lo prometo.- Asegura enganchando su meñique al mío. Me hace reír cuando me golpea la nariz con su índice.- No te vas a librar de mi tan facilmente.

No hay cosa en el mundo que desee menos, que John desaparezca de mi vida sería un error colosal. John levanta el puño y me guiña un ojo.- ¿Lista?

- Claro.- Digo tras unos segundos mirando su puño.

Como no sé que hacer con las manos, las entrelazo y espero con el corazón martilleando contra mis costillas. Casi pego un brinco cuando la puerta se abre prácticamente de inmediato, una mujer pelirroja de ojos azules asoma por ella. No puedo evitar poner una mueca de sorpresa al ver lo joven que parece.

 No puedo evitar poner una mueca de sorpresa al ver lo joven que parece

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- Becca.- Saluda John abrazándola.

- ¡John! Llegáis temprano, justo acabo de llegar del bufete.- Exclama alegremente.- ¡Pasad! Vamos, no os quedéis ahí.

Ambos entran en la casa charlando alegremente, a mi en cambio me toma unos segundos pasar del umbral de la puerta. Me adentro en la casa con pasos tímidos mientras observo todo y camino hacia el origen de las voces.

Cuando entro en lo que parece ser el salón, los dos se callan abruptamente. John me lanza una sonrisa de apoyo, como siempre hace. La mujer, Becca, me mira con una de las sonrisas más genuinas y brillantes que he visto en toda mi vida.

- Mmm... ¿Hola?- Pruebo con una pequeña y tímida sonrisa.

- Eres preciosa.- Dice con los ojos brillantes.- No me puedo creer que vayas a ser mi niña. Era la única mujer hasta ahora.

Tras lo que parece un tiempo demasiado largo mirándola, extiendo mi mano.- Soy Olivia, encantada de concerte.

- Eso ya lo sé, cielo.- Comenta haciendo un gesto con la mano, la misma que después estira en mi dirección para arrastrarme hacia ella, dando como resultado un abrazo algo extraño, pero un abrazo al fin y al cabo.

Tardo un poco en deshacerme de la rigidez de mi cuerpo causada por el contacto, pero sorprendentemente no me lleva mucho. Sin apenas darme cuenta la abrazo de vuelta y sonrío ligeramente. Esto se siente bien.

Cuando nos separamos Becca me sigue mirando con esa sonrisa tan suya y sin decir ninguna palabra más desaparece por una puerta que hay la derecha, que intuyo, es la cocina.

- John, ¡ni tan siquiera me has dicho sus nombres!- Medio lo regaño en un susurro.- Ellos saben de mí, pero yo de ellos no.

No le da tiempo a replicar ya que Becca vuelve con una bandeja enorme, con cuidado la deja sobre la mesita de centro y me hace señas para que me siente a su lado.

- Espero que te guste.- Sonríe mientras me sirve un vaso de limonada.

-Sí, me encanta la limonada. Gracias, Becca.- Agradezco mientras agarro el vaso.

Nos pasamos un buen ratos hablando de cosas triviales, es muy fácil hablar con ella. Es alegre, inteligente y muy familiar.

De repente se levanta y me tiende la mano, la cojo con algo de confusión.- Ven, quiero mostrarte unas fotos.

Becca me guía hasta quedar frente a una pared repleta de fotos. Justo en el centro de todas hay una que destaca por su gran tamaño; en ella se aparecen Becca, quien está abrazando de lado a un hombre, que sostiene a un niño pequeño, mientras que con su otro brazo descansa sobre los hombros de un adolescente. Observo la foto, curiosa.

Ladeo la cabeza y sonrío, se ven muy felices y unidos.

- Este es Landon, mi marido.- Comienza a explicar, asiento con una sonrisa. Ahora señala a los dos chicos.- Estos son mis hijos, aunque no lo parezcan. El mayor, de tu edad, Kyle. Y Thommy, mi bebé de seis años. Serán tus hermanos.

Giro tan rápido la cabeza que hasta puedo sentir un ligero mareo:- ¡¿Hermanos?!

Looking for happinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora