Deja Vu

Too Late, I Do It.

Habían varias nubes cubriendo el sol y el azul cielo. En las calles, ahí estaba yo, caminando entre aquel tumulto de gente.

Escuchando nuestro playlist, pensando en dónde estará. Hasta que entre a Starbucks, comprándome allí adentro un frappe de caramelo, para después buscar una mesa y sentarme en una silla.

Solté un suspiro, subí la música hasta el tope y decidí colocar mi mochila debajo de la silla en la que estaba sentada. Deje las lágrimas salir libremente, mientras tenía mi mirada en el vidrio mirando parejas agarradas de las manos pasar, veía a familias, amigos y parejas tomarse fotos...

Esos pequeños detalles me recuerdan a cada día en el que mi chico del autobús y yo nos veíamos, y estábamos así de felices.

Deje mi vaso en la mesa, observando algún punto ciego allí. Ahí fue cuando vi su mano agarrar la mía y acariciarla. O eso pensé. Levante mi mirada con una sonrisa.

Cuando acerque mi mano a su mejilla, simplemente desapareció. Todo fue parte de mi imaginación.

Y el sentimiento de vacío que sentía sin él.

Suspiré y cerré los ojos fuertemente evitando llorar. Cuando realmente pensé que iba a llorar porque no podía seguir siendo fuerte... unas manos habían tapado mis ojos. Los abrí, aunque veía todo color negro, logre adivinar quién era acariciando las manos. Al darme cuenta de quién era, sonreí.

—Sé que eres tú.—digo, sonriendo confiada.

Él quita sus manos de mis ojos y yo levanto mi mirada mirándolo fijamente a sus ojos, aún sonriendo como torpe enamorada. Él se sienta enfrente mío sonriendo con su capucha puesta, como siempre.

Agarre una de sus manos, ya que su otra mano libre había tomado mi barbilla para acercarme a él y darme un beso, con pasión y cariño.

Cuando al fin nos separamos para tomar aire, sonreí un poco y decidí decir algo.

—Ámame.—susurró algo agitada sobre sus labios, mirándolos, con deseo.

—Muy tarde, ya lo hago. —susurró él mirando mis labios, y luego su mirada subió fijamente a mis ojos.