El momento fue rápido, fugaz frente a mis ojos, la fortaleza interna que Serena siempre proyectaba hacia los demás, esa misma que con su sonrisa y actitud como estandartes la hacían lucir fuerte a pesar de todo, se había derrumbado dejando al descubierto la inevitable fragilidad en su persona.
—No llores, por favor. — No podía sentirme más basura.
El ambiente a nuestro alrededor decayó todavía peor de cuando estaba al inicio. Completamente abatido y desarmado recargué mis palmas en la pared bajo la ventana, con la cabeza apuntando al suelo. —Olvida por completo la idea de que soy tu amigo por un tema de lastima o compromiso porque es mentira, te puedo asegurar que cada minuto que pasamos juntos lo disfruté como nunca. Las clases de guitarra, el braille, la canción que compartimos para regalarle a tu padre, nuestro baile, la primera vez que toqué para ti, hasta la forma en que nos estrechábamos las manos... Todos esos momentos fueron sinceros para mí, y las sonrisas que me regalabas en cada uno de ellos las atesoro con cariño. —
Golpeé con el puño la pared al tiempo que me aparté de la misma, alcé la mirada. —De verdad ha sido un privilegio para mí también que seamos amigos, Serena, no lo dudes. —Elevé mi mano en su dirección, ella estaba viéndome, yo sabía que sí. —Ven conmigo, déjame compensar todo esto, dame la oportunidad de disculparme como es debido, como lo mereces. —
Por segunda ocasión, cerró la ventana sin decir nada más.
Maldije entre dientes mientras sacudía con violencia mis cabellos, resoplé fuerte un par de veces y me deje caer hasta quedar sentado con los brazos recargados en mis rodillas. Tenía un sabor amargo en los labios, la decepción y la culpa me recorrían mis interiores hasta la última esquina formulando una pregunta que me golpeaba con fuerza, ¿es esta la manera en que todo acaba?
Tal vez pasaron 8 o 10 minutos en los que estuve ahí, en silencio, esperando quien sabe qué y repasando las formas en que había terminado en esta situación. Llegó un punto en que mi mente quedó totalmente en blanco, teniendo la mirada perdida en la nada.
—Ritchie. —Dije débilmente. —De todas las personas, ¿por qué tuvo que ser contra ella? —
Aun sin fijar la vista de nuevo hacia arriba, el crujir de aquel cristal contra el marco por un instante me dio esperanza, mas no me atrevía a ver para asegurarme, lo deseaba tanto que quizás solo era mala pasada de mi mente. Pero por fortuna, no lo era.
En toda la noche al fin vi la ventana abierta de par a par, totalmente deslizada y la imagen de una muchacha asomándose dejando al descubierto su rostro ligeramente cubierto por aquellas gafas me generó un bienestar inmenso, haciéndome abrir los ojos grande, con emoción.
Giraba la cabeza de lado a lado, buscando algún indicio de que todavía estaba presente.
Le admiré con calidez antes de decir cualquier cosa. —Si crees que ya me he ido, no es así. Es muy pronto para rendirse, ¿no? —Se sobresaltó ligeramente.
—Ash, tú... —Llevó la mano a su pecho. —Gracias. Aunque creo que también te debo una disculpa, ni siquiera te dejé hablar correctamente, es solo que, no es la primera vez y... —
—No tienes que hacerlo. —La interrumpí. —Puedo imaginar por lo anterior que no ha sido sencillo para ti, tranquila. —
Sonrió, para mí, otra vez lo hacía. Fue como volver a respirar.
—Hace rato mencionaste que te acompañara, pero, ¿podría saber a dónde? —
A causa de su pregunta revisé la hora en mi celular. —Si nos damos prisa lo averiguaras. —
—Bueno, espera solo un momento. —
Asentí, ella dio la vuelta retirándose y al poco rato apareció de nuevo, por lo que pude percatarme solo había ido a cambiarse su pijama. Ahora llevaba una blusa oscura y un short color rojo, además de un simpático sombrero rosa. Adorable.
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La Esencia Del Sonido (Amourshipping)
أدب الهواة"Aquel que haya forjado el termino de amor a primera vista, nunca conoció el amor a primer oído; ni siquiera sé si está bien dicho o si exista, pero sé que ella pudo sentirlo."