Capítulo 7

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Shiloh

Me levanté precipitadamente por el chirrido en mi ventana. Llevé mi mano a mi pecho, estaba bastante sobresaltada. No otra vez. Busqué a tientas mi móvil y vi la hora; eran las cuatro de la mañana. Quité mis mantas de encima y me dirigí al lugar de donde había venido el sonido. Nada. Negué varias veces tratando de aclarar mis ideas, me estremecí. No lo quería aceptar, pero tenía miedo.

Me había levantado por segunda vez, más tarde de lo que debía. Estaba retrasada para llegar a mi primera clase, y eso sin contar que el instituto no estaba tan cerca de mi casa como hubiera querido. Lo gracioso de esta mañana —sin contar aquel susto de muerte—. fue que seguía sin querer levantarme; me sentía más bien cómoda. Estaba hecha un ovillo en mi cama, respirando el aroma de la sudadera. ¿Cuál sudadera?  Abrí los ojos como platos, me había dormido con la sudadera de Ronnie puesta. Me sonrojé, no podía creer lo que había pasado la noche anterior. El hecho de que había hablado hasta entrada la noche con Ronnie era muy extraño, ¿quién diría que yo algún día haría algo así? Pero eso no es tan importante como el que ¡le haya dado un beso de buenas noches! aún cuando fue en la mejilla, fue vergonzoso. No estuve conciente de que lo  hice hasta que entré a mi habitación. Ciertamente, yo tenía mucho sueño... No lo hubiera hecho con mis cinco sentidos puestos.

—¿Shiloh? ¿Me estás prestando atención? —Era la hora del almuerzo, Stella estaba sentada a mi lado en una mesa a la izquierda de la cafetería. —En realidad no, —admití—. Lo siento. 

—Lo supuse, no es de sorprenderse. Pero bueno, hablaba de que hoy hay ensayo de la banda... Bueno, yo tengo ensayo. ¿Qué harás esta tarde? —Me miró curiosa. 

—Lo que ella hará esta tarde... —Ambas volteamos al mismo tiempo al escucharle. No podía creer que estuviera aquí. Stella tampoco se lo esperaba, y su mirada viajaba de él a mí—. será venir conmigo a dar una vuelta. —Sonrió, mostrando todos sus dientes. Yo me sentí sonrojar.

—Ja- James...  —Fijó su mirada en mí. Tenía una polo verde que se ajustaba a su cuerpo y unos vaqueros oscuros. Acomodó su cabello. Se veía realmente bien, quizás demasiado para mi buen juicio. 

—Hola bonita, —se acercó un poco y acarició mi mejilla con la punta de sus dedos antes de llevar un mechón de cabello tras mi oreja. Stella veía todo petrificada, ni siquiera se había movido. Yo sonreí, o hice el intento. Él solo se sentó a mi lado y me miró—. entonces... ¿me dejas llevarte a dar una vuelta?

 —Yo eh... —No sabía muy bien qué decir. En realidad no estaba esperando esto, ni por asomo. —Ella dice que sí... —Dijo Stella, hablando de repente. Él pareció reparar en ella por primera vez. No parecía muy contento.

—Yo creí que Shiloh sabía hablar... —Sonrió sin humor. Stella se puso roja, sin previo aviso se levantó de la mesa, sobre ésta su manzana a medio comer. No me dijo adiós, solo se marchó de ahí a grandes zancadas—. 

—Bueno hermosa, ¿qué dices? —James había regresado su atención a mí. Yo estaba aún mirando la puerta de la cafetería girar. —¿Por qué hiciste eso? 

—¿Qué cosa hice? —Volteo su cabeza hacia la salida—. ¿Defender tu turno de hablar? Oh vamos.

—La lastimaste.

—No le hice nada, las palabras no duelen. No la lastimé, si se da por aludida no es en lo asoluto mi culpa.

—¿Acaso no la viste irse? 

—¡Solo está enojada por Dios! Creo que la consientes demasiado Shiloh. —Susurró la última parte, lo miré fijo—. Bueno discúlpame ¿si? Tuve una mala mañana. 

—Creo que deberías salir a tomar aire y calmarte, estás muy alterado y bipolar... —Sin embargo quien se levantó fui yo. Me dirigí a buscar a Stella y a pedirle disculpas de parte de James, aunque no existieran. Llevaba mi mirada fija en el suelo cuando abrí la puerta y me choqué con otra persona:

Ronnie.

—Disculp... —Su mirada se endureció. Calló de repente. Seguí el recorrido de su mirada.

James estaba tras de mí, a medio metro de distancia.

No esperé a observar qué sucedía, me aparté de ahí lo más rápido que pude y no volteé a ver. Cuando iba a medio camino noté que había empezado a lloviznar, vaya. Me pasé todo el tiempo del almuerzo recorriendo un poco más del instituto pero no la encontré. Ahora tenía que ir a clase de Español, Stella estaría ahí... y Ronnie también.

Salí corriendo lo más rápido que pude rezando para no tropezar y dañarme la cara en el asfalto que ahora yacía mojado y embarrado.

Cuando llegué a clase, Stella estaba sentada en su asiento habitual, su bolso descansaba en el mío. Elevó su rostro cuando me acerqué, rápidamente dejó mi asiento libre y me senté a su lado. Ella no estaba mojada, yo por mi parte, lo estaba y mucho.

—¿Qué te sucedió? —Me dijo a penas tomé asiento. Saqué mi cuaderno de apuntes antes de responderle. 

—Ha empezado a llover y yo he estado afuera para recibirle. —Sonreí, ella no lo hizo—. En realidad... estaba buscándote. 

—Pues ya me has encontrado. —Sanjó el tema con una sonrisa. Yo rasqué mi nuca, incómoda.  En ese momento la chica que se sienta a mi izquierda, —que había escuchado unos días antes, se llamaba Anna—. me tendió un papel pulcramente doblado, no tenía remitente escrito.

—Te lo manda él... —Dijo en susurros señalando tras ella a la última banca de la tercera columna. Un chico pelinegro miraba al frente con sus ojos grises a la maestra, haciendo de ésta la persona más interesante del mundo. Al parecer no pudo soportar el peso de mi mirada y desvió su mirada en mi dirección. Me pareció ver un intento de una sonrisa, me sonrojé. Dejé de mirarlo para agradecer a Anna, ella asintió sonriendo levemente.

"Creo que eres demasiado ingenua para mi propio bien, trata de ser más cuidadosa. Por cierto, creo que debes devolverme algo. Espero que hayas dormido cálidamente. 

De seguro te sientes especial por recibir notitas de mi parte. Estoy aburrido.

Ronnie."

Probablemente en este momento estaba sonriendo, que tonto es me dije. ¿Cómo se le ocurre andar enviando notitas como niño de escuela en la clase de español? Si la profesora lo notaba quizás nos mataría a ambos. "Estoy aburrido"  gracioso, lo había escrito en español. La parte que no entendía era lo de ingenua, ¿de que hablaba? ¿por qué eso? 

— ¿Qué es eso Shi? —Dijo Stella regresándome a la Tierra. No, no sabía a dónde mi mente se había ido.

—Una notita —Respondí lo obvio. Ella asintió—. creo que la responderé.

—¿Acaso es de Ronnie?  —Susurró Stell cerca de mí con su boca formando una perfecta "o" ni siquiera le importó que estuviera mojada. Por suerte había doblado la nota antes de que estuviera en su campo de visión—. ¿Por qué te manda notitas?

—Está aburrido —Respondí sin pensar. Acto seguido tomé el lápiz y me dispuse a responderle, no sin antes guardar su pulcra notita entre las hojas de mi cuaderno, de las cuales arranqué una y empecé a escirbir. Traté de no ir más allá con el primer tema, no me quería estresar.

"Oh, eso... Debo devolvértela cuanto antes. Disculpa.

Y sí, dormí muy bien, gracias por preocuparte. ¿Sabes que es absurdo que nos estemos pasando notitas? No somos de primaria.

Y si estás aburrido es tu asunto, no el mío. 

Ps: No me siento especial, tonto."

Asientí satifecha y me dispuse a doblarla, le pedí a Anna que me ayudara a dársela, no se negó. Me acomodé en el asiento para atender la clase cuando la profesora habló:

—Me podría decir la respuesta... ¿Shiloh Knox?

Simplemente perfecto.

Your Guardian AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora