—¿Que hacen ustedes dos aquí?— Dijo una peridot de primera era que miraba a las dos rubies con desaprobación.—N-nosotros... e-estábamos— Trato de decir la Rubí con la gema en el estomago.
—Estamos vigilando la puerta— Dijo la otra completamente calmada.
—¿De verdad?— Dijeron al mismo tiempo Peridot y la otra Rubí.
—Si— Respondió increíblemente segura— así que si nos permites seguir con nuestro trabajo...
La Rubí más atrevida tomo nuevamente a su amiga de la muñeca y bajo la mirada insegura de Peridot, las rubies entraron al salón.
Cuando estuvieron suficientemente alejadas de la puerta, ambas se relajaron visiblemente.
—Estamos vivas— Dijo sorprendida la nerviosa.
Y cuando la otra iba a contestar un fuerte ruido agudo la interrumpió.
—Todas acérquense — Dijo, casi grito, una Aguamarina que volaba sobre las demás — La repartición está a punto de comenzar.
Y todas las gemas en el salón, formaron un no tan perfecto círculo alrededor de las gemas de bajo estatus.
— Zafiro Gh6K, pasa y elige tu Perla.
Una pequeña figura con vestido se alejó de todas las gemas que la adulaban y paseo entre las perlas.
—Tú no me duraras, tu traerás problemas, tú no me agradaras— Decía mientras inspeccionaba las perlas. Hasta que encontró la que era perfecta con ella y se la llevó de ahí.
A partir de ella, Aguamarina iba nombrando una gema y está elegía. Algunas eran rápidas, mientras que otras tardaban muchísimo.
Rubí, miró todo el proceso entre asombrada y aterrada. Y cada vez que alguien parecía a punto de elegir a su– autoproclamada– Perla, sentía que algo en su pecho se detenía.
—Morganite C3bV
La Rubí con la gema en la frente, tomo a su compañera que miraba hipnotizada la selection y ambas se escondieron tras el vestido de una gema alta.
—¿Qué haces? ¡no puedo ver!— Reprochó la otra rubi.
— ¡Salvándonos la vida!—Gritó en susurros la otra. — ¿Recuerdas que no deberíamos estar aquí?
Ambas rubies se miraron con miedo y tomadas del brazo, corrieron escondidas entre vestidos a la salida.
—No pude ver con quien se va— Susurró la gema con la joya en el estomago, mientras dejaba atrás la puerta y se apresuraba a llegar donde Morganite las había dejado.
Apenas llegaron y adoptaron posición de firmes, escucharon una voz que decía.
— ¡Te encantará mi templo! ¡Es espacioso y hermoso! Escuche que a los de tu clase les gusta limpiar, así que te dejare hacerlo— Reí la voz.
—Si, mi lady, gracias, mi lady— Le respondía una voz apagaba y en el fondo temerosa.
Los pasos y las voces se hacían cada vez más fuertes, hasta que, por el mismo pasillo por el que el par de amigas habían llegado corriendo. Aparecieron dos figuras una grande y alta, y la otra pequeña y delgada; ambas de color rosa.
Cuando Rubí pudo fijarse bien, casi salta de alegría.
"Su" Perla era la que acompañaba a su dueña y si bien no era de ella, podría verla muy seguido.
—¡Chicas! Le presento a mi Perla— Dijo de extrañamente buen humor la gema más alta.
—Un gusto— Dijo Rubí con la gema en la frente.
—Hola— Susurró Rubí con la gema en el estomago sin dejar de mirar a la delgada.
Perla, sin mirar directamente a nadie hizo una pobre reverencia, que pudo ser causa de castigo si su nueva dueña no estuviera tan entretenida pensando en cómo la presumiría con sus "amigas".
—Vámonos— Mando, la alta y pasó por delante de las demás hasta el portal directamente fuera de las puertas de las instalaciones. Y cuando estuvieron todas arriba, fueron directamente al Templo de la morganite.
Todo el camino, está parloteo sobre la fiesta que organizaría, una de las rubies se encontraba completamente formal y la otra no dejaba de mirar nada disimulada a la Perla. Mientras que la Perla tenia la cabeza gacha y por el rabillo de los ojos miraba a la que no dejaba de mirarla.
—¿Rubí?
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Aquella Perla.
FanfictionLa historia de Rhodonite antes de ser ella misma. Como una Rubí y una Perla se conocieron y enamoraron.