Estaba sentada frente a ella, apoyada en la pared contraria. Podía notar la mirada que la otra gema le mandaba, pero se negaba a abrir los ojos.Si lo hacía, se enfrentaría a la verdad; que ahora estaba en una celda y por su culpa, la única amiga que había tenido se encontraba en la misma situación.
—Perla, por favor háblame.
Pero ella no quería hablar, no debía. Si hubiera seguido su instinto desde el principio, y no le hubiera dirigido la palabra Rubí o no se hubiera dejado enganchar por la mirada de la baja, probablemente ninguna estuviera ahí. O por lo menos era lo que la delgada con los ojos cerrados pensaba.
—Mírame por lo menos— Suplicó la persona en la habitación.
Pasó un largo tiempo en que ninguna hizo o dijo algo.
Y la rubí sin poder pasar más en ese silenció, se paró de donde está y se dirigió a la perla hasta quedar arrodillada frente a ella.
Con delicadeza puso su mano en la mejilla de la otra y volvió a preguntar, como por tercera vez en su vida.
—¿Estás bien Perla?— Solo que fue mucho más suave esta vez.
—No— Susurró Perla, abriendo lentamente los ojos; dejando ver las lágrimas que había estado conteniendo todo este tiempo.
—Lamentó mucho que estés aquí— Continuó la delgada mientras derramaba una lagrima.
—Yo no— Dijo Rubí a la vez que cuidadosamente limpiaba la lagrima. —Piensa en ello, esto es lo mejor que nos a pasado en nuestras vidas— Dijo sonriendo ampliamente.
—¿Cómo esto puede ser bueno? — Preguntó derramando más lagrimas mientras señalaba a su alrededor.
—Muy sencillo, tú por fin podrás descansar y yo podré pasar tiempo contigo— dijo amablemente la más baja.
Tomó solo un instante en el que Perla proceso las palabras, para que ahora ella sonriera tan ampliamente como Rubí.
—Así es como me gusta verte —Dijo cariñosa Rubí.
—A mi también—Dijo apenas audible Perla.
—¿Eh?
— También me gusta verte sonriendo— Dijo fuerte y claro está vez mirando directamente a la rojiza.
—¿Qué haremos hasta que alguien se acuerde de nosotras?— Respondió Rubí sonrojada, cambiando bruscamente el tema. Ni ella sabía que cosas podía decir si la conversación continuaba en ese rumbo.
—Mmm, tal vez podríamos tratar de divertirnos, para variar— Dijo pensativa Perla.
—¡Podemos jugar a imitar!—Gritó Rubí entusiasmada.
—Bien, bien— Río la más delgada— Pero no hables tan fuerte, estamos en un castigo ¿Recuerdas?.
—Yo empiezo— Gritó en un susurro Rubí.
Y sin darle tiempo a su compañera de contestar en un resplandor de luz, aumente su tamaño casi el triple y cambiando su ropa por un vestido. Obtuvo una réplica casi exacta de Morganite, solo que de color rojo.
El grito que soltó "su" perla, la detuvo de alardear de su grandiosa imitación.
—¿Rubí?— Dijo temerosa la ahora más baja de cabello rosa.
—¿Si?
—¿Cómo has hecho eso?— Volvió a decir temerosa pero con un deje de curiosidad en su voz.
Rápidamente Rubí volvió a su forma original y mirando de una curiosa manera le preguntó.
—¿A que te refieres?
—¡Cambiaste completamente de forma!— Casi grito la otra, claramente aliviadas de ver en su aspecto normal a su amiga.
—No es la gran cosa— Dijo lentamente Rubí— Tu también puedes hacerlo.
—No— Dijo insegura la rosada.
—¡Claro que si! ¡Yo te enseñaré!— Dijo segura la guerrera.
Y así pasaron una buena cantidad de tiempo, Rubí tratando de explicar algo que para ella era natural y Perla tratando de sacar poderes que Rubí aseguraba que tenía, pero que nunca nadie le había mencionado en ninguno momento desde que salió de la tierra.
—Ya vi el problema— Dijo la baja— Estás demasiado tensa...
Y diciendo eso se para junto a Perla en el centro de la habitación y puso su mano es su hombro.
—Relájate.
Y tomando su mano la hizo dar unas cuantas vueltas de baile tratando de quitar toda la tensión de la Perla.
El plan funcionó perfectamente, porque pronto Perla se encontraba riendo y su risa se mezclaba con la de Rubí.
Dieron más vueltas, algunas veces giraba Rubí y otras Perla.
Ninguna se dio cuenta de lo que estaba pasando, hasta que fue muy tarde. Pero ya saben lo que dicen.
Las mejores fusiones son por accidente.
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Aquella Perla.
FanfictionLa historia de Rhodonite antes de ser ella misma. Como una Rubí y una Perla se conocieron y enamoraron.