Capitulo 6

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Al girar muy rápido, la visión y los sentidos parecen  nublarse o distorsionarse, hay un momento mientras estás girando que lo único que notas son los colores pasar rápidamente. Y cuando te detienes cuesta bastante tiempo volver a moverte con normalidad y precisión.

Y algo así fue lo que sintieron Rubí y Perla en la transición de ser dos a una.

Al principio la nueva figura se quedo completamente quieta en el centro del cuarto.

No lograba entender que había pasado con su compañera.

—¿Rubí?—Dijo una voz completamente diferente a la de Perla, al tiempo que Rubí sentía que lo anterior también salía de su boca.

—¿Perla?— Y la misma voz, que no era para nada la de Rubí hablo, haciendo que Perla sintiera que eso también había venido de ella.

La figura empezando a ponerse muy nerviosa, llevo sus manos a su cara y grande fue su sorpresa que en el momento que puso sus manos sobre su mejilla otro par de manos las cubrió.

Asustada por fin se miró de arriba a abajo. Podía ver sus piernas gruesas y largas, la gema en su estómago justo en medio de sus brazos  y su otra gema en medio de su otro par de brazos.

Y gritó.

Mientras gritaba camino para atrás hasta chocar con la pared y tapo sus ojos.

Pero las cosas no volvieron a salir bien, si otro par de manos tapo su boca y aunque estaba completamente segura de que tenía los ojos tapados podía seguir viendo.

"¡Perla, cálmate!" Resonó en la mente de la criatura.

"¡Rubí! Estoy tan asustada ¿que pasa?"

"Te diré, solo cálmate"

Lentamente la fusión separó sus manos de la boca, también quito las otras manos de los ojos y lentamente recorrió su cara para encontrarse que no solo tenía dos gemas y dos pares de brazos, sino también dos pares de ojos.

—Por accidente nos funcionamos— Dijo la fusión—  Podemos separarnos.

La fusión medito por un momento sus propias palabras.

—¿Eso significa que estamos unidas?— Se respondió.

—Mezcladas en un solo ser, sip— Continuó hablando sola.

Claramente más calmada la figura dio unos pasó por la habitación y se empezó a reír.

Se sentía bien, después del que el susto pasara, podía notar lo cómoda que estaba ella sola sin nadie que le diera órdenes.

—Rhodonite— Susurró la fusión sabiendo que ese era su nombre.

Poco tiempo tardó para que Rhodonite se sintiera completamente cómoda con todas las cosas nuevas.

Pero fue cruelmente interrumpida por el sonido de la puerta que se abría.

Apenas escucharon la primera vuelta de llave, la fusión exploto lanzando a amabas gemas a distintas partes del cuarto. 

Cuando la puerta estuvo completamente abierta, una pequeña figura se dejó ver.

—Ya pueden salir, pero primero Morganite quiere verlas en el salón— Dijo la Rubí que estuvo súper preocupada todo el tiempo desde el accidente de la roca.

Apenas dio el anuncio, se dirigió la piso de arriba a velocidad de carrera.

La primera en hacer algo fue Perla, que se levando de donde había caído y ayudó a Rubí a levantarse.

—¿Vamos?—Dijo sonriente.

Rubí solo asintió y la siguió a la salida. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no notó, que Perla se había quedado unos pasos atrás de ella.

—¿Rubí?— La llamó Perla cuando estaban en la escalera.

La baja que se encontraba solo dos escalones más arriba volteo para mirar casi directamente a los ojos a Perla.

—¿Si?

—Gracias por ayudarme a estar bien— Dijo la delgada mientras se acercaba a la más pequeña y cuando estuvo suficientemente cerca, junto sus labios con la otra que estaba completamente congelada.

Fue tan rápido y inocente, que antes de que Rubí pudiera decir algo, Perla ya se alejaba a toda velocidad hasta dónde está Morganite.

—De nada— Dijo Rubí a la nada mientras tocaba sus labios.

Aquella Perla. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora