Subí lo mas rápido que pude las escaleras del edificio donde vivía Agustín mientras acomodaba mi cabello.
Camine con cuidado por el pasillo sin que mis zapatos de tacón hagan mucho ruido, me detuve en la puerta con la enorme D pintada de negro, toque el timbre 3 veces y espere, mis manos temblaban y estaba nerviosa no iba a dudarlo.
La puerta se abrió y me encontré con un muy guapo y arreglado Agustín, traía una camisa blanca con los dos botones de arriba desabrochados, vaqueros negros, zapatos negros y el pelo alborotado.
Sus ojos me miraban de arriba a bajo como sorprendido.
- Disculpe creo que se equivocó, espero a alguien - dijo con una sonrisa.
- Ja,ja,ja, ¿me veo muy ridícula? - pregunte mirando mis pies, sentí como él se acercaba a mí después agarraba mi mentón y me subía la cabeza para que lo mirara directamente a los ojos.
Aquellos ojos color miel hacían que mi mundo desapareciera por completo.
- Creo que no te has visto mas hermosa en toda tu vida - susurro cerca de mis labios cerré los ojos y sentí la cercanía de sus labios.
- Ademas creo que con una bolsa de papel - dijo y me hizo reír, agache la mirada y Agus me robo un beso.
Me ruborice pero no dije nada.
- Ven, entremos - dijo y agarro mi mano, me hizo pasar y cerró la puerta, un exquisito olor inundo mi nariz haciendo que mi estomago rugiera.
- Que rico olor ¿qué es? - pregunte dejando la cartera y la chaqueta en un perchero junto la puerta.
- Canelones con salsa blanca - dijo y yo lo mire extrañada
- ¿Canelones? - pregunte
- Comida italiana - dijo y yo asentí comprendiendo todo.
- ¿Te gusta mucho la comida italiana? - pregunte.
- Si, su comida es riquísima y ademas me gusta su acento es lindo - dijo y sonrió, se acerco a mi oreja y en un susurro dijo.
- "Sei Bellissima"
La piel se me erizo y sonreí bobamente.
- ¿ Tu tenias la receta o te la pasaron? - pregunte algo dudosa.
- La verdad no, le pedí la receta a Rugge y también me enseño algunas palabras en italiano, pero en estos momentos no hay que hablar de eso si.
- Okey
Agus se alejo de mi y me beso mi mejilla.
Recorrí la habitación con la mirada y me centre en la parte donde estaban los sillones.
La mesa ratonera que estaba en el centro de los dos sillones estaba decorada con platos, copas y velas, muy romántico y dulce, eso hizo que me sonrojara.
Había cojines sobre el piso, tal vez comeremos como los chinos o japoneses en el suelo, eso me resultaba divertido porque nada que ver con ka comida que íbamos a comer.
- Siéntate en los cojines, en un minuto traigo la comida - dijo y se dirigió a la cocina, me acerque a la mesa y me senté de tal forma que el vestido no se me subiera y no se viera nada.
Acomode mi cabello mientras Agus estaba en la cocina.
Minutos después apareció con dos platos en la mano.
Agustín los puso en la mesa y se sentó en uno de los cojines al lado mío.
Mire la comida y no pude diferenciar que era, jamas había comido eso y no sabia si me iba a gustar o no, no quería hacer sentir mal a Agustín por todo su esfuerzo, era algo grueso y largo, creo que era masa con carne cocinada adentro no podía ver bien, tenia una especie de salsa blanca arriba de eso.
- ¿Has comido alguna vez esto? - pregunto Agustín cuando me vio como miraba a los "canelones".
- Am...La verdad...es que nunca - dije sintiéndome pésima, no quería hacerlo pasar un mal momento por mi culpa.
Este sonrió de costado y agarro un tenedor, partió un pedazo chiquito de mi plato y lo pincho con el tenedor.
Con la mirada en mis ojos acerco la comida a mi boca.
- Abre la boca - dijo con un tono dulce.
Sin quitar mi mirada de la suya abrí la boca un poco y el acerco la comida aun más cerca.
- Come - me insistió, mire la comida que estaba en el tenedor y después volví la mirada a sus ojos color miel, sin vacilar metí el bocado a mi boca.
La salsa blanca se disperso por mi lengua, el sabor era exquisito, lo mejor que había comido en mi vida, la masa era suave, la carne estaba bien cocida y estaba realmente espectacular.
- Dios esto es riquísimo - dije cubriéndome un poco la boca ya que tenía la comida en ella.
Agustín sonrió y comió un poco de su plato.
- De verdad esta delicioso - dije agarrando el tenedor y comiendo por mí misma.
- Gracias - dijo Agustín y sonrió.
- Si te gusto esto no me imagino el postre - dijo y comió un pedazo
- ¿Hiciste postre? - pregunte atónita, este hombre era el hombre perfecto.
- No, lo compre - dijo y rió.
Solté una carcajada y seguí comiendo.
La comida paso lento y me encanto, hablábamos, reíamos un espectacular cumpleaños, terminamos de comer y Agustín levanto todo y entre los dos limpiamos los platos.
La mesa ratonera solo quedo con dos copas llenas de sodas sobre ella
Estábamos sentados en los cojines, mi cabeza reposaba en su hombro mientras que él jugaba con mis dedos.
Su perfume era exquisito, más que el olor de la rica comida que preparo.
- Tengo algo para ti - dijo Agustín y se paro, se acerco a un mueble y abrió uno de tantos cajones.
Saco algo de los cajones, que no pude diferenciar, y después volvió a sentarse a mi lado.
- Feliz Cumpleaños - dijo mientras me entregaba una cajita color roja con un moño dorado.
- Agustín no tenias por que - dije algo avergonzada.
- No fue nada, tómalo y ábrelo - dijo
Lo mire y después solté un gran suspiro, agarre la cajita y después la abrí.
En el había un collar en forma de corazón, era algo antiguo pero verdaderamente hermoso era de un color oro con tonos plateado una preciosura.
- Agustín es hermoso - dije con una sonrisa.
Este sonrió y agacho la mirada.
- Apenas lo vi me gusto para regalártelo, era sencillo y bello igual que tu - dijo mirándome a los ojos.
Esas palabras quedaron en mi pecho, rápidamente deje el collar en su caja, que este estaba sobre mis piernas, agarre el rostro de Agustín y lo atraje hacia mi besando dulcemente sus labios.
- Todavía no acaban tus regalos - dijo cuando me separe de el, muy cerca de mis labios.
Se levanto y yo me quede sentada, se dirigió a la cocina, escuche ruidos de cubiertos y platos, después de algunos segundos apareció Agustín con una mini torta y unas velas encendidas sobre ella, sonríe bobamente mi cara era un tomate, así que agache la mirada.
Agustín dejo la torta en la mesa ratonera y se sentó a mi lado.
- Debes soplar las velitas - dijo cerca de mi oído, levante la vista y me hipnotizaron sus ojos color miel.
Se acerco a la mesa y con un encendedor prendió las 5 velitas que estaban sobre la torta, dejo el encendedor en la mesa después de prenderlas todas, agarro la torta y la acerco a mi.
Comenzó a cantar la canción de feliz cumpleaños y yo me sonroje aun mas, lo mire y el hizo un gesto con la cabeza para que apagara las velitas, sonreí y di un leve soplido.
Agustín aplaudió y yo también, después corto un pedazo de la torta y la comimos entre los dos.
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Mi Alumna Favorita Aguslina ||Completa //EN EDICIÓN
Fiksi Penggemar💚💙 " Te veo todos los días, sin embargo tengo prohibido decirte lo mucho que creo quererte, desearte, amarte" 💚💙 💚💙"Porque a veces lo prohibido y lo intocable es lo que atrae, lo que sucede, lo que hipnotiza y lo que mas cautiva" 💚💙