XIV. Marea alta

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Por mi culpa lloró, desconsolada, toda la noche. Vivimos las peleas más hirientes de todos los tiempos, error tras error, aprendimos a llevar los conflictos. Nunca lo dudé, no sería capaz, sé que me amó, pero quién ha de acompañarme al finalizar la tormenta, si tiene fin. He de hallar el modo de mantenerme en pie.

Para que nunca olvidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora