Capítulo 4.

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- ¿Qué dijiste?. Volteo a ver inmediatamente a Christian con cara de susto.

- Es broma mi Victoria, quita esa cara que parece que viste un fantasma. carcajea.
Le abre la puerta de la camioneta. Anda entra. espero unos momentos hasta que por fin entró.

- ¿Qué estas haciendo Victoria?, sal ahora de esta camioneta, ¿estas loca?. Se decía ella misma.

- ¿En que tanto piensas?. Enciende la camioneta y arranca.

- En nada de importacia, pienso en si hacerme un sándwich o en comprarme unos tacos para cenar. Mentía.

- ¿Un sandwich?, Entonces es cierto... carcajeo mientras iba manejando, primero llegó a una gasolinera cerca de ahí.

- ¿Qué cosa es "cierto"?. Frunce el ceño.

- Qué lo de la cocina no se te da. ríe.

- Para que te digo que si, si no.
Después él estacionó la camioneta enfrente de una tienda-super. Voy a comprar algo de beber, tengo un poco de sed, ¿gustas acompañarme?

- Si. Christian se bajo y le abrió la puerta. Entraron a la tienda, decidieron un par de botellas de agua y un par de refrescos, el insistio en pagar las bebidas; Después regresaron a la camioneta, Christian arranca.

- ¿Ahora a donde vamos? volteo a verla.

- A mi departamento si no es mucha molestia.

- Sabes que no mi Reyna.
Vic se puso nerviosa y le dio la dirección. ya estaban por llegar cuando Christian pregunta.

- ¿Ya te decidiste?

- ¿Decidir, sobre qué?  Confundida.

- ¿En comer Tacos o Sándwich?

- Aún no lo sé, ríe.

- Te digo por que yo muero de hambre y voy a pedir unos tacos para llevar, dicen que esos están buenísimos. voltea a ver a unos tacos muy cerca de ellos.

- Creo que también pediré unos tacos para llevar. Sonríe.

- Perfecto, yo invito los tacos y tu invitas la mesa.

- ¿La mesa?. Frunce el ceño.

- Si. Christian baja de la camioneta y va a pedir dos órdenes de tacos.

- ¿Dios mío y ahora que le digo? La mesa, osea que comamos en mi departamento, Victoria ¿que vas a hacer?, si le dices que no sería una gran grosería. ¡No!, grosería lo que hizo él al besarme de esa manera. ¡Ahh! ¿Qué hago?, él se ofreció a llevarme a mi departamento y ahora compra la comida, soy una tonta, debí de llamar un taxi, pero ya es muy tarde para lamentarme, de seguro el tiene novia o una pareja, no creo que de si le digo que si de verdad vaya. Suspira frustrada.

- ¡Listo! aquí están nuestros deliciosos tacos. Entra a la camioneta y arranca hacia el departamento de Victoria.

- Tacos, siempre como tacos o comida para engordar más. Ríe. - Es que son deliciosos.

- ¿Engordar?, pero si estas flaquísima, tienes muy bonita figura. Vic no pudo evitarlo y se puso nerviosa por el comentario de Chris, ¿por qué demonios se ponía nerviosa o incómoda cuando él le hacia cualquier comentario referido a su forma de ser, su físico o de como hace las cosas?.

- No sé de donde me ves lo delgada pero bueno, gracias por tu amabilidad. Sonríe.

- Lo digo encerio, eres una mujer muy atractiva, estas hermosa.

- Gracias. Sonríe. Te agradezco mucho que te hayas ofrecido a llevarme a mi departamento y a comprarme la cena, pero realmente no es necesario que te quedes a cenar conmigo en mi departamento, entiendo que tengas muchas cosas mucho más importantes que hacer que cenar conmigo, no quiero causarte problemas con la persona que esté contigo o que te esté esperando en tu casa o departamento, ¿Si me explico?.

- No me des las gracias y no te preocupes, para mí no es ningún problema acompañarte a cenar al contrario, sería un honor y por la persona que me está esperando en mi departamento no te preocupes porque no existe, estoy completamente solito por el momento. El plan de Victoria fracaso, esta noche cenará con el hombre de ojos miel. Al fin llegaron al departamento, entraron al estacionamiento, Christian apago la camioneta, se bajo y fue abrirle la puerta. Al momento de que Victoria bajó de la camioneta se tropezó ya que traía unas botas que aunque eran de tacón bajo fueron las culpables de que casi cayera al suelo.

¿ALGO MÁS QUE PASIÓN?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora