Capítulo 5.

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Para su buena suerte, creo que ella no diría que es "Buena suerte" pero bueno...
Christian la toma de la cintura y la recargara en la camioneta dejando caer su peso sobre ella, la estaba aplastando.

- ¿Estas bien?. Pregunta Chris mientras la miraba como un cazador que estaba apunto de atrapar a su presa.

- Si, gracias. Pone sus manos en el pecho masculino de ese hombre para apartarlo de ella pero solo ganó que la apretara más hacia él.

- ¿Qué tratas de hacer Victoria?. Le susurró.

- Yo... yo yo trataba, es que tu, yo.., me aplastas. No pudo evitar tartamudear. Mierda.

- No te pongas nerviosa Vicky, aquí sólo estamos tu y yo. Eso era lo que le preocupaba, estar así y a solas con ese... ¿hombre seductor? se preguntó.

- No estoy nerviosa, lo que pasa es que no me dejas respirar, estas aplastandome. Lo empuja un poco.

- Disculpa, creo que yo también me resbale y caí sobre ti. Sonríe y le guiña el ojo.
Al fin se separa de ella y la deja respirar.
El hombre baja los tacos y le pone seguro a la camioneta. Bueno Victoria, ya estamos aquí. Entran al edificio, suben al ascensor. Christian tenia miles de "ideas" en su cabeza sobre todo lo que podría hacerle en ese ascensor, ya pasaba mucho más de media noche y ella solo podía pensar que estaba yendo camino hacia su departamento con un hombre que no era su esposo, aunque realmente la relación de ella y Omar ya había terminado desde hace mucho, estaban juntos sólo por sus hijos, por costumbre y también por el no querer estar sola.

- Listo, llegamos. Victoria habré la puerta y lo invita a pasar.

- Que bonito departamento tienes, está súper grande como para ti sola. Voltea a verla.

- Si, esta muy grande creo, pero no siempre estoy sola a veces viene mi hijo José Eduardo o me traigo a los pollitos y se queda a dormir aquí conmigo, viene mi hermana, mi esposo... etcétera. Ahorita rara vez vienen ya que José Eduardo está trabajando, mis hijos van a la escuela y mis hermanas ni se diga, están trabajando todo el tiempo al igual que yo.

- Entonces este departamento es familiar. Suelta una carcajada.

- Algo así, ¿gustas algo de tomar?.

- No por el momento... gracias, acuérdate que compré unos refrescos en el súper sólo que están un poco caliente lo que sí te acepto es hielo para que se enfríe la bebida. Victoria arrimo un par de vasos y servilletas para poder cenar, realmente se estaba muriendo de hambre al igual que Christian.

- Ahorita vuelvo voy a mi habitación a quitarme estas botas que ya estoy muy cansada. caminando hacía su habitación.
Christian no perdió la oportunidad para observar como se alejaba la silueta de aquella mujer de sexys piernas delgadas.

- Se ve que estás muy cansada, no lo digo porque te veas mal, claro que no, sino que siento que eres de esas mujeres que llegan a su casa y se desnudan o se ponen ropa súper cómoda, si eres de esas mujeres siéntete en confianza que al cabo estás en tu casa. Sonríe pícaro. Puedes ponerte lo que tú quieras o no ponerte nada si gustas.

- Victoria sólo escucho lo primero que le dijo. Estaba en su habitación se quitó las botas y se puso unas pantuflas estaba por salir cuando decidió quitarse el chaleco que traía y ponerse una pijama, nada escotado por supuesto.
Salió de su habitación y se dirigió hacia el comedor.

- Que bueno que decidiste cambiarte y ponerte una ropa más cómoda.

- Que pena contigo pero no lo pude evitar. Le sonríe. ¿Qué te parece empezamos a cenar que realmente tengo mucha hambre.

- Por supuesto, provecho. Choca su vaso con refresco contra el de ella.

- Gracias. sonríe.
Ambos empezaron a comerse esos deliciosos tacos.

Ya pasaban de las 2 de la madrugada y apenas habían terminado de cenar. Christian ayudo a Victoria a recoger la mesa.

- Al fin, ya me estaba muriendo de hambre. Comentó el hombre ya sentado en el sofá.
¿De casualidad no tienes un poco de vino?

- Si, en un momento te sirvo. Victoria le sirvió una copa de vino y se sentó enfrente de él para acompañarlo.

- No me digas que no me vas a acompañar con una copa. La mira indignado.

¿ALGO MÁS QUE PASIÓN?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora