Hace unos días había comenzado a escribir todas las cosas que me sucedían, era un consejo de mi psiquiatra, y fácilmente había aceptado hacerlo. Mi mano se mueve con una velocidad impresionante, escribiendo las dos ideas completamente distintas de mi cabeza.
"No te hagas daño, cuídate"
"Recuerda, a la chica, la navaja, puedo matarla"
"Tranquilo, eso no sucederá"
"Oh, te volverás loco cuando la veas desangrada"
Era una mezcla de ambas identidades en mi cabeza, lo que más me preocupaba era ver al chico todo el tiempo, y no saber casi nada acerca de él, vestía de negro de arriba a abajo, su cabello blanco era lo único diferente en él.
Pocas veces me había podido comunicar con él, era bastante difícil sacarle información, más aun cuando sabía que era parte de mi cabeza.
Una idea broto en mi cabeza, quizás pueda saber más de él, sin la necesidad de hablarle.
"¿Quién eres? ¿Por qué estás en mi cabeza?"
Anoté. Tardo un tiempo en contestar la otra voz, parecía un poco molesto por descubrir la manera de comunicarme con él.
"Alex, mi nombre es Alex, ¿te recuerda a alguien?"
Escuche su voz en mi cabeza, y rápidamente escribí, cuando anoté las últimas palabras, mi pecho se oprimió, él quería debilitarme.
"¿Por qué te llamas así? ¿Piensas hacerme sentir débil?"
No contesto, por una hora o dos, la verdad era que no las contaba, solo veía las manecillas del reloj moverse, minuto por minuto, cuando él físicamente se encontraba frente a mí, observándome, con sus grandes ojos oscuros, atento a cualquier movimiento
"No quiero olvidar el nombre del chico a quien maté, Connor, y tampoco quiero que tú lo hagas, además, ¿Qué mejor que verte sufrir cada vez que me llames por el nombre de tu amigo fallecido?"
No me di cuenta de que mis lágrimas caían hasta que la tinta se corrió por el agua de mis ojos, se me hacía difícil escribir todo esto, pero luego olvidaría esta conversación, y lo sabía.
Esta vez era yo quien no respondía, cerré el diario bruscamente, y camine a su lado sin mirarlo, ni prestarle atención, quería que se sintiese olvidado, que sintiese que no me importaba su presencia, que supiera que no me controlaría, ni hoy ni nunca.
Me serví un vaso de leche cuando mi madre llego de las compras, llena de bolsas por todos lados, un poco complicada. La ayude, y al bajar una de las bolsas que llevaba colgada en el cuello, vi como Alex tenía mi navaja en su arteria.
–No te atrevas. – le dije, alterado. –¡No toques a mi madre!
Mamá se quedó quita, paralizada, sin saber qué hacer.
–Amor, cariño, debes calmarte.
–Él está aquí, quiere dañarte, desea cortarte el cuello.
Ella trago saliva. –No existe, Connor. Es tu imaginación, debes tomártelo con calma.
En el fondo yo lo sabía, él era mi imaginación, era falso, pero parecía tan real, y el daño que lograba hacerme, era tan real como mis lágrimas.
"Yo... quiero matarla, Connor, lo ansió demasiado"
Cerré los ojos, aún frente a mi madre.
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Géminis
Paranormal"Cada voz en tu cabeza... Te exige salir a la luz" Entra a una historia en donde la locura es la mayor adicción. Las voces de su cabeza se han vuelto exigentes y desean liberarse de su mente, las maldiciones duran toda la...