03

24 4 0
                                    


Desperté de mal humor gracias a un irritable sonido que no dejaba de escucharse por todo el internado, al parecer esa era la manera más efectiva de levantar a todos de sus camas.

Me estire lentamente, no había dormido del todo bien, apenas había podido cerrar los ojos alrededor de las tres de la noche. Y cuando recién pude dormir plácidamente, uno que otro grito estruendoso me despertaba agitado. Cambie mi vestuario a otro buzo gris, y a otra polera gris, al parecer todos vestían de gris, acá todo era gris.

Sentí como empezaron a golpear las puertas de los demás, hasta llegar a la mía.

–Vamos, debes bajar. –dijo un joven que aparentaba unos veintitrés años, tenía bata blanca, y se veía bastante animado.

Asentí, y el joven siguió su camino, al salir de mi habitación, vi como otros dos chicos salían de las suyas, y estos al verse se agarraron de las manos, pero solo uno de ellos sonrió.

El más alto de ambos lucia intimidante, vigoroso, su piel era morena, tenía ojeras y el cabello castaño oscuro despeinado, no sonreía, y de hecho lucia demasiado serio, en cambio, él otro chico estaba feliz, observaba con alegría y ternura al otro, este tenía unos ojos fascinantes, eran color azul claro, el cabello negro opaco, con algunos flecos despeinados y otros más ordenados, no se había tomado el tiempo de arreglarlo, su piel era clara, y tenía un par de pecas de bajo de los ojos.

Me miraron por bastante tiempo, quizás preguntándose, ¿Quién diablos soy?

–Hola. –habló el chico de ojos asombrosos. –Bienvenido, soy Niall.

–Gracias, mi nombre es Connor. –le sonreí.

Él otro chico agarro con más fuerza la mano de Niall, un poco molesto, pero la verdad apenas expresaba algo.

–Me llamo Nicholas, un gusto– dijo, pero no parecía estar a gusto con mi presencia.

– ¿Nos acompañas al desayuno, Connor? –preguntó Niall.

–Claro.

Caminamos por los pasillos por mientras que veíamos a los demás salir de sus habitaciones, creí ver por un momento la hermosa cabellera de Emeline, pero de todas maneras no creo que ella este tan grave como para venir aquí.

–Y cuéntanos, nuevo amigo, ¿por qué eres especial? –cuestiono nuevamente Niall, al parecer es un chico energético.

–No entiendo a qué te refieres.

–Por algo te han traído aquí, ¿Qué tienes, retraso mental? –espetó Nick, causando risillas en Niall.

–Tengo doble personalidad, y alucinaciones. –solté, un poco asustado a cómo reaccionarían.

–Yo soy gay, y ahora tengo un estrés postraumático, dile gracias a mi padre por eso. –confesó Niall.

–Soy alexitímico.

La última respuesta no me la esperaba, creí leer en algún artículo que tener alexitimia era no poder expresar emociones, solo ser distante e insensible. Ahora comprendía la mala cara de Nick hacia mí.

–Pero, creo que está mejorando. Ya no se resiste a mis besos como antes. –comentó el chico de cabello opaco, con un tono tierno y seductor.

–Y Niall, ¿tú no deberías estar depresivo, o algo similar?

–Oh claro que si, Connor, la verdad es que ya lo supere, pero estar aquí es la única manera de estar junto a Nick, y lejos de mi padre, por lo tanto este lugar es perfecto.

GéminisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora