Mi gatito Innie ® - KaiSoo.

Capítulo 1. «Lana Roja»

Desde pequeño mi abuela me contaba muchas historias sobre criaturas fantásticas, brujas, dragones, príncipes encantados y princesas que besaban sapos. En fin, nunca creí en esas cosas, solo disfrutaba de esos cuentos para soñar en el momento, pero jamás pensé siquiera que existían.

Grabe error

Era mi cumpleaños número dieciocho, no tenía amigos así que no es como si fuera a celebrar o algo así, sólo tenía a mi abuela, la cual me había prometido que me mostraría algo interesante.

Iba camino a mi casa, la cual era diferente a todas las de este distrito, era muy grande, con un área verde muy hermoso y todas esas cosas, me gustaba y al lado de la casa había un árbol, grande y frondoso en el cual yo me sentaba a dormir desde pequeño, siempre sentía que nada en el mundo me podía hacer daño mientras estuviera ahí, ¡Pff! Suposiciones mías.

- ¿Mh? ¿Qué es esto? - Susurré al pasar a patear algo color negro azulado con mi pie, me acerque y lo tomé con cuidado.- ¿Lana? - Miré a todos lados, era imposible que a alguien se le hubiera caído eso, si este no era un lugar público, era mi casa.- ¿tal vez, un ladrón?, claro y de todas las cosas de la casa se le ocurrió robarle la lana a mi abuela, no seas tonto Kyungsoo- Me dije a mí mismo abofeteándome mentalmente.- ¿y si era un violador?, y quería amarrarme con esa lana y abusar de mi pequeño cuerpo virginal. No, para esos casos es mejor algo más firme, creo yo, ok ahora estoy pensando como un violador profesional, brillante Kyungsoo.

- Am. . .Cof-cof. . .eso es mío - Dijo alguien a mis espaldas, me giré y vi un chico cuyo rostro estaba oculto bajo la sombra que le producía el gorro que tenía puesto.

- ¿Hablas de la lana? - Pregunte confundido, mirándolo con curiosidad, tratando de acercarme disimuladamente para ver su rostro.

- S-sí. . .dámela - Insistió estirando su mano con demanda, en serio ¿lana? ¿Existe realmente un chico que le guste tejer?

- ¿Qué hacías aquí chico tejedor? - Pregunté alzando una ceja, y el chico tosió.

- Hey, por favor, no te pido nada más que la lana, tengo prisa, no debería estar aquí - Insistió dando un paso más hacia mí, yo retrocedí a lo que él avanzo y reí ante su nerviosismo.- no estoy jugando.

- Tengo derecho a saber lo que hacías en los territorios de mi familia, no te pido nada más que eso - Insistí divertido alzando el ovillo de lana inútilmente pues él era notablemente más alto que yo.

- ¡Dámela! - Exclamó el chico ya enojado tratando de quitármelo de las manos, hasta que de repente el ovillo saltó lejos y yo me caí con fuerza hacia el piso, el chico reacciono nerviosamente al ver como la lana se movía, sin embargo me miró ahí tirado en el piso adolorido y resopló para luego acercarse a mí y ponerse a mi altura.- ¿estás bien? - Me preguntó preocupado.

- C-creo que no - Respondí tratando de pararme, puesto que en el momento en que mi pie tocó el suelo con fuerza un agudo dolor recorrió mi pie sin piedad.

- Demonios - Murmuró mirando hacia todos lados.

- ¡Hey! si te produce tantos problemas tienes toda la libertad de dejarme aquí - Espeté mirándolo con el ceño fruncido.- Ve por tu lanita.

- Eh, no me mires así, que todo esto fue por tu culpa - Me dijo y era verdad, suspiré derrotado, el volvió a mirar a todos lados como si alguien lo estuviera espiando, era muy raro este chico.-Ven - Dijo antes de tomarme en sus brazos estilo princesa.- ¿en dónde te dejo? - Me preguntó.

- ¿Ves esa casa de ahí? - Le dije apuntando a una gran casa y el asintió caminando rápidamente hasta allá, entramos y me dejó en el sillón. -. . .siento lo de tu lana - Me disculpé avergonzado y el chico suspiro quizás para no tener que gritarme a modo de descarga.