9. Pequeñas Obsesiones.

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En un sombrío parque
un pájaro anónimo canta
"¿Dónde estás?"
Oh, tú.

[...]

Todos tenemos pequeñas obsesiones.

O puede sólo se trate de simples costumbres.

Jimin tenía las suyas, como comer cereales Chim Chim's por las mañanas, solo usar camisetas negras para dormir, hacer ejercicio en las tardes y correr en el atardecer por los alrededores, comprar una caja de leche de chocolate en la máquina expendedora cuando sale de la universidad, tomar un vaso de agua antes de dormir, cantar canciones de niños cuando está tomando el autobús, escuchar sus canciones favoritas cuando se está bañando, dormir abrazando alguna almohada y, por lo menos, tener una discusión al día con algún Alfa estúpido. Podrían ser cosas realmente comunes, pero eran sus pequeñas obsesiones porque no podía dejar de hacer ninguna de ellas, incluso si se lo propusiera.

Como levantarse temprano para en el momento justo encontrarse con Yoongi saliendo de su departamento, verlo bostezar, estirarse como un gatito y caminar con prisa hacia la universidad. Le daría una ventaja de dos cuadras e iría detrás, viendo como saca algún libro y se pone a hojearlo mientras camina. Una habilidad que le conoce desde que fueron al mismo instituto y, ahora, a la misma universidad. Luego correría y lo interceptaría justo cuando alguna persona está demasiado cerca de él, lo mira o lo saluda.

Como ahora, que ve como Hoseok se acerca a él, sonriente, y pasa su brazo por los hombros del Beta. Quiere interceptarlos, pero por primera vez no se siente capaz.

Y Jimin no puede evitar pensar que Yoongi es la obsesión más grande que tiene, porque no puede dejar de mirarlo, de mirarlo de verdad tanto como se puede contemplar a alguien que te parece el ser más precioso de la tierra. De ver sus pequeñas pestañas, su boca, sus mejillas, sus pequeños lunares, sus manos, el incesante movimiento de su pecho cuando respira y sentir el hormigueo en los dedos deseosos de tocar. Tocar su cabello, su hombro, sus mejillas, sus manos, su nariz, su estómago, su nuca, su pecho, su corazón, su existencia.

Es su más grande obsesión, porque dejaría de comer sus cereales sólo si él se lo pidiera, aunque nunca lo haría porque él jamás se lo pediría, porque sabe que le encantan. Y Yoongi odia esos cereales porque son muy dulces.

Jimin camina detrás de Yoongi, sabiendo que él aun no sabe de su presencia. Y la mayoría del tiempo es así, o eso es lo que el menor cree.

Recuerda hace dos días atrás, cuando estaban en la sala de pesas y Jimin se había puesto a horcadas encima de Yoongi. A veces lo hacía de forma juguetona cuando luchaban por tener el control remoto, algún bocadillo del otro que querían comer o cuando Jimin quiere tanto la atención de Yoongi que termina por quitarle sus libros o cuando él se venga y le quita su reproductor de música. Durante todo el tiempo que llevan conociéndose, solo pelean por cosas banales como quién pagará la entrada del cine, qué película verán, qué música escucharán o qué comerán. Jimin sabe que entre ellos existía el acuerdo tácito de confiar en el otro, aún cuando no lo decían, porque era casi instintivo. Y el menor no puede decir en qué momento todo cambió, si fue cuando la rabia de sus frustraciones empezó a ser más fuerte que su racionalidad. No podía controlar la rabia que lo carcomía por dentro, su pelea constante con su lobo.

Ir en contra de tu propia naturaleza, de lo que eres sin importar cuanto luches para ser diferente, se siente como intoxicarte con tu propio veneno, un veneno que sin darte cuenta has creado, diseminándose por toda el alma.

Jimin no sabía de otra forma para sacar todo ese veneno que el pelear con Alfas, toda esa masa de rabia en su estómago solo se liberaba cuando se desquitaba con alguien de esa forma.

4 O' CLOCK . // Yoonmin // Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora