4 O' CLOCK . // Yoonmin // Omegaverse.

10. Quédate conmigo.

¿Por qué estás llorando?
Tú y yo somos los únicos aquí.
Tú y yo.
Oh, tú.

[...]

Un Yoongi de dieciséis años ve a un Jimin de trece años limpiar la ropa de un pequeño cachorro que se ha caído de un columpio. Lo ve desde su ventana sentado en su escritorio, que da justo al parque al lado de los departamentos. El pequeño cachorro trata de no echarse a llorar porque hay más cachorros jugando a su alrededor, pero Jimin le palmea la cabeza y le mira tan dulcemente que el pequeño empieza a sollozar con toda la cara cubierta con lágrimas y la nariz goteando, hasta que lo toma de la mano y cruzan la calle hacia la tienda donde venden helados.

Lo ve regresar con el pequeño cachorro ya contento con su helado y le encanta la sonrisa alegre de Jimin observando al cachorro irse a jugar con los demás.

Luego lo ve dirigirse hacia los departamentos, con una bolsa en la mano y lo pierde de vista. Supone que va a su piso, después de haber salido a correr como todas las mañanas.

Minutos después, escucha cinco timbrazos en la puerta.

Deja de hacer su tarea y corre hacia ella, tratando de lucir lo menos agitado posible, como si no se hubiera ilusionado con verlo en el pasillo.

Pero se había ilusionado y estaba tan feliz porque de verdad estaba allí, frente a él, mostrando dos helados de paquete frente a su rostro.

- ¿Qué te gustaría más Hyung, piña amarilla o frambruesa cereza? -dice el menor, moviendo las cejas de forma divertida.

Yoongi ni siquiera contestó, le arrebató el helado de frambuesa cereza y lo invitó a pasar con una pequeña sonrisa acompañada por una palmada suave en la cabeza.

[...]

Un Yoongi de diecisiete años ve a un Jimin de catorce años cubierto de barro, con la cabeza gacha y la mirada perdida. Está sentado en la banca donde se conocieron por primera vez y puede ver que tiene la mejilla hinchada.

Se acerca corriendo hacia él y se detiene cuando Jimin se da cuenta de su presencia. Los ojos del menor están apagados y tristes, con una expresión rígida adornando su rostro, como si estuviera aguantándose las lágrimas.

- Jiminnie, ¿Qué te pasó? -preguntó el Beta preocupado, acuclillándose frente al menor con la expresión ya titubeante-. ¿Te peleaste con alguien?

El menor asintió débilmente y Yoongi empezó a limpiar su cara con las mangas de su suéter, haciendo que algunas lágrimas cayeran de los ojos del menor, quien inmediatamente sorbió su nariz y ayudo a secarse de sus mejillas aquellas gotas escurridizas.

- Odio llorar, los Alfas no lloramos... -exclamó con molestia el menor, frunciendo el ceño.

- Oye, no hace falta que te hagas el tipo duro conmigo, ¿Lo sabes, verdad?

Yoongi ladeo la cabeza buscando la mirada casi arisca del menor y le pellizco la mejilla de forma suave, regalándole una pequeña sonrisa. El menor seguía mirando sus manos, que estaban entrelazadas encima de su regazo y suspiró pesadamente.

- Hay Alfas de mi clase que se burlan de mí porque no soy tan fuerte como ellos... uno de ellos dijo que yo no servía ni como palo de escoba, así que lo golpee y él me golpeó pero metió a sus amigos y... terminé lleno de barro.

Yoongi no pudo evitar fruncir el ceño, totalmente furioso. ¿Qué clase de ser podía hacerle daño al pequeño Jiminnie frente a él? Era la clase de chico que debían admirar, porque apostaba que ninguno de sus compañeros se levantaba tan temprano como él para hacer ejercicio o hacía sus tareas aún cuando se le daba pésimo estudiar. Era la clase de chico que siempre daba su mejor esfuerzo, con tanta perseverancia que Yoongi lo admiraba.