Capítulo 6

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Unas caricias en mi cabello provoco que me removiera un poco. Abrí lentamente mis ojos, parpadeo un poco para acostumbrarme a la luz. Me doy cuenta que me dormí sosteniendo la mano de Nicole y con mi cabeza recostada en su vientre. Me levante lentamente, ya que mi espalda estaba un poco adolorida por la postura que estaba anteriormente. Nicole me observo y soltó mi mano rápidamente.

- ¿Cómo estás? –pregunte.

- Mal.

- ¿Por qué?

- Yo no debo de estar aquí, no sé porque me trajiste. Tampoco sé como llegaste a mi casa, justo en ese momento. Debiste de a verme dejado ahí, tirada.

- ¿Qué? No puedo creer que me estés diciendo esto. Solo trato de ayudarte.

- ¿Ayudarme? Te dije una vez y lo vuelvo a decir, no quiero tú ayuda. Las personas solo quieren ayudar para conseguir algo a cambio, al último te darán la espalda. Eso es lo que tú harás.

- ¿Lo que yo hare? Bien, eso dices tú. Pero créeme que si no te quisiera ayudar, si te hubiera dejado ahí tirada. Si no te quisiera ayudar, no hubiera dormido toda la noche en esta postura y ahora créeme que tengo un dolor en la espalda de mil demonios. Si no te quisiera ayudar, no te hubiera invitado a mi comida de cumpleaños y te hubiera tratado bien, hubiera hecho algo para humillare frente las personas, ¿No lo crees?

Ella agacha la mirada para observarse sus manos entrelazadas. Levante mi mano y la coloque encima de ellas, ese movimiento provoco que alzara su mirada hacia la mía.

- Nicole, solo dame una oportunidad. No te pido nada mas, solo una oportunidad. Yo realmente creí que me la habías dado, pero tal parece que tienes miedo, pero no entiendo porque.

- A que me lastimen, que jueguen conmigo nuevamente. Simplemente le tengo miedo a... la vida.

- La vida es algo maravilloso, que tarde o temprano se acaba. Es momento de disfrutarla y no de despreciar lo que tenemos. Si me dejas entrar a tú vida, te enseñare a sentir emociones que nunca habías sentido antes.

Me observo a los ojos y pude notar una pequeña sonrisa en sus labios. Una sonrisa tan tierna y adorable. Que inconscientemente provoco que acariciara su mejilla. Cerro sus ojos y recargo su rostro en mi mano, los volvió abrir para encontrarse con los míos.

- Algo me dice que eso va hacer cierto.

- ¿El qué?

- Que me harás sentir nuevas emociones en mi vida.

- Si me dejas entrar en tú vida, sin duda será así. Deja de tener miedo a las personas. Yo creo que el destino te preparara una persona especial para ti, tarde o temprano llegara. No dejes pasar las oportunidades de conocer a nuevas personas.

- Creo que mi persona especial... ya llego. –murmura.

Sonrió y me levante para depositarle un beso en la frente. Sentí que con ese pequeño tacto que hice, se relajo. Me separe de ella, sus ojos chocaron nuevamente con los míos. Realmente me encantan sus ojos.

- ¿Oh te encanta ella? –dijo una voz en mi interior.

No, solo sus ojos me gustan, solo sus ojos... creo. Me volví a sentar en mi silla, pero sus ojos seguían encima de mí.

- Ella hacia eso... -murmuro con una sonrisa triste.

- ¿Ella? ¿Qué cosa?

Sus palabras me confundieron demasiado. ¿De quién habla? y ¿sobre qué habla?

- Angélica, cuando me veía llorar, triste, deprimida, cuando tenía pesadillas o me veía preocupada. Me besaba en la frente, me abrazaba y solo así me tranquilizaba.

Mi Chica MisteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora