¿Los clientes? ¿Qué clientes? ¿De qué está hablando? - ________ miró a su alrededor frenéticamente. Ansiosos, hombres hambrientos ya estaban haciendo fila detrás de ella. Tragando saliva, pensó en la peor de las posibilidades que pudo imaginar - ¿Usted es... Este es uno de esos lugares donde las chicas bailan sin... Sin ropa?-
No veía cómo podían subirse a un escenario y quitarse la ropa delante de un montón de hombres, pero ¿Qué otra cosa podría querer este sonriente gordo apestoso, que decía que ella le pertenecía?
- ¡Oh, no, chica , ese no es el tipo de negocio que tengo aquí - Gordo Sam sacudió la cabeza, la barbilla sucia de su cuello rebotaba.
- Oh, bueno - ________ sintió una oleada instantánea de alivio, pero duró poco.
- No, La Zona Erógena no es de strippers, es un burdel. Uno verdadero de clase alta también, debo añadir... No como los que están en el camino, el Palacio del Coño y La Polla Hábil - Se limpió las uñas ennegrecidas en el chaleco manchado de rojo, pareciendo satisfecho de sí mismo - Y ahora que estás aquí, apuesto a que subirá aún más. Sí, creo que podemos empezar a recibir reales caballeros como clientes una vez que te anunciemos y que sepan que tu apretado coño de convento está a la venta.-
- ¡Oh mi diosa! - _______ se puso una mano en la boca para cubrir el grito que quería salir.
Ciertamente no estaba diciendo lo que pensaba que estaba diciendo. Seguramente no la quería para que fuera una... Una... Pero la mente de ________ ni siquiera podía pensar en la palabra.
Gordo Sam pareció molesto.
- No te preocupes tú, lindo ser, todo va a funcionar, chica. No eres la primera que tiene que vender un pedazo de trasero para hacerse camino en la galaxia. Y te diré algo, si eres buena en lo que haces te dejaré quedarte después de los diez meses que estés y hacerte un pequeño retoque. Puedes tener una vida agradable abriendo tus piernas, y proporcionándoles el trato adecuado a los clientes y darles lo que quieres.-
- Pero...Pero no puedo. Simplemente no puedo - Declaró ________ - Por favor, yo... Nunca he hecho nada como esto antes. Estaba a punto de hacer un voto de celibato y convertirme en una sacerdotisa de la Diosa de la Luz. No puedo quedarme aquí en este lugar y hacer... Lo que me está pidiendo que haga.-
La frente del Gordo Sam se endureció como lo había hecho durante toda noche.
- Puedes y lo harás, chica. No lo olvides, ahora me perteneces. Si te digo que atiendas a veinte clientes al día, lo harás. Chuparás penes, follaras penes y los tomara en tu coño y por el culo, ambos al mismo tiempo si decido alquilarte para fiestas… Y adorarás cada minuto de ello o al menos pretenderás lo contrario o más…-
_______ retrocedió ante sus crudas palabras y las feas imágenes que se plantaron en su mente. Diosa, realmente esperaba que hiciera eso, realmente esperaba que abriera las piernas a cualquier hombre que la quisiera por dinero ¿Qué iba a hacer? ________ respiró hondo, temblorosa. Para empezar, tenía que alejarse de la codiciosa mirada de sus ojos, de sus diminutos ojos de cerdo que se arrastraban sobre su cuerpo, sin duda pensando en la cantidad de venta que ganaría.
- Necesito usar su sanitario, por favor - Dijo con voz débil.
Gordo Sam frunció el ceño y acomodo su considerable volumen detrás del barato escritorio de madera.
- El baño está allí, en la esquina - Dijo, asintiendo hacia una estrecha puerta en la esquina de su oficina - Y no creas que vas a escapar trepando por la ventana, no. Tiene barrotes y la única salida es la entrada.-
Sin decir una palabra, _______ se levantó de la silla de plástico duro, donde había estado sentada y caminó con las piernas temblorosas al pequeño y estrecho baño que Gordo Sam le había indicado. El interior no era más grande que un armario y un olor fétido salía desde la agrietada taza. _______ puso la tapa y se derrumbó sobre ella, con el rostro entre las manos.
Todo es culpa mía. Todo es mi culpa. Es un castigo de la diosa y ¡Todo es mi culpa!
La idea se movía a través de su mente y ______ sabía que tenía razón. La situación en la que se encontraba en ese momento era causa de sus malos pensamientos y deseos pecaminosos. Era porque no tenía muchas ganas de ir al templo y convertirse en una sacerdotisa y vivir una vida de humildad, pobreza y celibato. Secretamente había pensado que la parte de la humildad y la pobreza no serían tan malas, pero la idea de no casarse, de no tener un hombre entre sus piernas, aunque fuera una vez en su vida era terrible.
________ siempre había sido una niña curiosa y en su adolescencia había descubierto un montón de videos porno en el extremo posterior del ático donde nadie iba. Al principio había estado sorprendida y ligeramente disgustada por las extrañas acciones que veía pero con el tiempo se volvió intrigada y excitada. Se quedaba en la oscuridad de noche y pensaba en lo que había visto y soñaba que estaba haciendo las cosas que veía al hombre que ella quería, un hombre que despertaba su cuerpo y la dejaba dolorida por su toque. Sería alto, moreno y musculoso, igual que el hombre de su video favorito, y estaría desnudo y le haría cosas indescriptiblemente deliciosas a su cuerpo.
Cuando sus pensamientos se volvieron insoportables, ______ llegó hasta sus piernas y se tocó en la zona más prohibida. Era el lugar que se suponía que debía evitar a menos que se estuviera lavando, su madre le había dado instrucciones severamente, y hasta entonces había tenido que lavarse rápidamente y no rezagarse. Pero a pesar de que sabía que estaba mal, ________ no podía evitarlo. No podía dejar de separar los labios hinchados de su vagina y acariciar el latido que brotaba de su clítoris hasta tener sensaciones demasiado maravillosas y terribles de nombrar que se apoderaban de ella poniéndola rígida en su estrecha cama, mordiéndose el labio inferior para no gemir en voz alta.
Y ahora esto... Este era su castigo por tales pensamientos y acciones, estaba segura. La Diosa de la Luz veía todo, vio todo lo que había hecho, a pesar de que lo había hecho en la oscuridad de la noche, y ahora _________ tendría que pagarlo.