Durante la noche - Capítulo 1

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Después de todas las transformaciones extrañas sufridas me sentía más ligera, fuerte, rápida. Todo esto que me pasaba iba de mal en peor, por las noches tenía pesadillas de lo más raras, del nivel de estar en medio del bosque y correr hacia ningún lugar y sentir ruido de ramas rompiéndose en la lejanía; alguien me perseguía, casi todos los sueños eran iguales aunque no siempre me perseguía en el mismo escenario; a veces era una carretera, la playa, la ciudad, la montaña... Cada día que pasaba estaba más y más asustada, y en cada sueño sentía que los pasos se me acercaban más; no sabía qué hacer.

Iba a mi trabajo cansada y somnolienta. Hasta casi un día me despiden, pero como era la cara bonita hacia el público decidieron no hacerlo, y se lo pensaron mejor, cosa que agradecí muchísimo, ya que sino no tendría donde trabajar.

Hoy por hoy había sido un día agotador, estaba hecha polvo, estaba segura de que si alguien no me aguantaba me caería. Como pude me fui a mi habitación e intenté dormir pero fue algo imposible, casi al llegar me caí pero recobré el equilibrio en seguida cosa extraña en mí, ya que era muy torpe.

Ya en medio de la noche (aún no sé cómo me dormí) me desperté y me dolía fuertemente todo el cuerpo, no entendía nada de nada. Salí de mi casa y me empezó a doler todo el cuerpo, no me había fijado pero había luna llena y me empecé a extrañar ¿Qué me pasaba? Me caí al piso, me dolía mucho, no podía moverme, los huesos me empezaban a doler, se me rompían gritaba de dolor, empecé a llorar no podía más ese sí que era mi fin pensé, pero no fue así. De un momento a otro cesó y me extrañé mucho, pero al final no le di importancia hasta que me cercioré de que estaba de 4 patas y tenía muchísimo pelo por todo el cuerpo; en ese momento me fijé en la vista y el olfato, los tenía mucho más agudizados, sentí pasos de como mínimo 5 o 6 calles más allá, me asusté todo aquello era sumamente extraño por no decir extrañísimo.

Me sentía rara y con ganas de correr y eso hice, corrí como una loca por las calles, era de madrugada, no se veía ningún carro en movimiento. Me sentía super bien al correr, el aire rozaba mi pelaje, me hacía sentir libre y despertaba mi instinto animal más primitivo.

No me di cuenta hasta que estuve en el bosque, era increíble había llegado al bosque a unos 10 km de mi casa, estaba flipando y conmocionada. Me sentía capaz de correr una maratón y no cansarme en lo absoluto.

En ese instante sentí un ruido lejano que me puso en alerta máxima, ¿Qué era eso? Lo que sabía es que no me iba a quedar a averiguarlo, empecé a correr lo más rápido que pude pero ese ruido molesto también se acercaba y sentía que corría rápido. Así que intenté no encontrármelo y corrí rapidísimo hasta que llegué en un punto donde olía raro. No entendía el porqué pero ya no me seguía nada. Al adentrarme más no vi ni oí nada, que extraño pensé, aunque siempre he sido una persona muy curiosa así que no paré hasta que llegué como a un pueblo en medio de la nada rodeado del bosque. No se oía ni una mosca, así que decidí pasearme por las calles del pueblo. Era muy bonito y rústico, me encantaba, estaba todo puesto en su lugar con sus lámparas de aceite.

Oí un ruido y me giré, delante de mí tenía una bestia enorme, parecía un lobo blanco super peludo, aunque no podía ser, los lobos no eran ni la mitad de grandes ni de altos, debían de ser imaginaciones mías, la falta de sueño me afectaba duramente. O eso creía hasta que se puso a hablar y me quedé impresionada podía hablar, así que no me reprimí y le pregunté:

ㅡ¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?ㅡsabía que hablaba pero que me contestara ya era otra cosa.

ㅡEsto como lo llama usted, es un pueblo; y estás en territorio de la manada Cuarto menguante, serías tan amable de acompañarme hasta la casa del alfaㅡdijo ese lobo increíblemente grande, para empezar no sé qué es una manada y mucho menos un alfa pero seguramente sería mejor sitio que en mitad del bosque.

No dije nada y me limité a seguirlo por detrás prudentemente hasta llegar a la casa que él había indicado. Al entrar me sorprendí de que por dentro fuera tan grande y moderna, creía que aquí todo eran casitas muy rústicas sin internet solo con libros, leyendo delante del hogar. Extrañada vi bajar a una persona, así que pregunté:

ㅡ¿Aquí no erais todos lobos?ㅡEl hombre que bajaba se rio de mí, yo no le veía la gracia; aunque enseguida se puso serio.

ㅡ¿Qué haces aquí perdida? No se supone que no deberías pasar, el alfa cuando lo sepa se va a enfadar mucho, será mejor que no se entere, mejor vete que si no el que voy a ser castigado seré yo. A, y Julian, gracias por encontrarla y llevármela. He tenido suerte que patrullaras tú.

El tal Julius se fue y yo me quedé sola con el señor Mr. Antipático, solo me daba malas caras hasta que me hizo una seña para que lo siguiera y me encerró en una habitación y me dieron un buen golpe en la cabeza.

Me desperté, estaba desnuda, maniatada a una silla en una habitación muy oscura, estaba sola con las cuatro paredes, no había ventanas y no había ningún tipo de luz.

Al rato sentí que alguien venía a abrir la puerta. Era un hombre alto con el pelo marrón y ojos azules como el mar en los que podrías perderte en los días de sequedad, eran unos ojos preciosos y hechizantes.

ㅡ¿Qué haces aquí exactamente? ¿Quién eres y a qué has venido a hacer en mi territorio? loba rastreraㅡ¿loba? Si algo humana que mosca le había picado.

ㅡLa verdad es que me perdí por el bosque y me asusté así que empecé a correr hacia ningún sitio en concreto sentía unas pisadas muy cercanas y no quería quedarme para descubrir qué era.

ㅡMe llamo Icíar y soy la recepcionista de una importante empresa de la ciudad. ¿Quieres saber algo más?ㅡLe pregunté sarcástica. No me caía nada bien ese chico me hablaba con autoridad y arrogancia.

ㅡLa verdad me gustaría saber sí eres una espía de mi hermano, seguramente trabajas en su empresa, te ves sospechosa y desnuda, lo siento voy a traerte algoㅡY se marchó dejándome más confusa aún.

Cuando llegó me desató y arropó con una camisa que olía a él y me la abotoné, tenía frío. Luego volvió a preguntar con insistencia:

ㅡQue haces en mi territorio me parece que no eres de por aquí se te ve desorientada y confusa, me gustaría ofrecerte mi hospitalidad pero no te conozco de nada y pareces de paradero dudosoㅡdijo trastornado.

ㅡMe preguntaba que razón te impulsó a llamarme loba, está claro que no lo soy pero ¿Vosotros sois lobos verdad?

ㅡSí, aquí todos somos hombres lobos, incluida tú- me dijo mirándome con esos ojos azules que me hipnotizabanㅡen todo caso quédate, te unirás a la manada, siento este mal recibimiento, por cierto, me llamo Paul y soy el alfa de esta manada.

¿Por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora