Vuelta a casa - Capítulo 6

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Paul

ㅡ¿Por qué me salvaste?ㅡpregunté cansado.

ㅡ¿Porque eres mi hermanito?ㅡdijo con sarcasmo.

ㅡO vamos eso yo no me lo trago. Dime el porquéㅡdije ya un poco mosqueado.

ㅡBien, tengo una peticiónㅡdijo sonriendo en demasía.

ㅡY ¿puedo saber de qué se trata?ㅡdije esperándome lo peor.

Iciar

A partir de ese momento dejé de tener ese horrible sueño. Aunque las cosas por la manada no mejoraron nada. Ahora se respiraba un aire a culpabilidad generalizado y yo me sentía el principal foco de ese sentimiento. Era yo la que había tenido esos sueños y que sin embargo había tardado en avisar. Aunque por otra parte ¿Cómo podía saber que alguien me estaba llamando? Todo esto de superpoderes y transformaciones me venía de nuevo.

Mortificantemente pasaron meses desde que intentaron encontrarlo y reapareció. Esos meses fueron agotadores, la manada no estaba con ánimos de nada y yo lo que intentaba era subirselos haciendo actividades, preparando fiestas o semanas temáticas sobre ciertos temas.

Un día como cualquier otro estábamos en medio de la semana temática de la madre naturaleza cuando coches muy caros fueron avistados en la frontera de nuestra manada. Todas las unidades fueron enviadas para ver qué querían.

La sorpresa fue generalizada cuando dieron con Paul, el alfa, en uno de esos coches. No me lo podía creer ya lo teníamos aquí. Todo el mundo fue a recibirlo con alegría, tanto a quién le gustaba como a quién no. Él se dejaba abrazar resignado pero se le notaba en su complexión física los meses que había restado encerrado. Más tarde se retiró en su habitación para poder descansar en plena paz.

Todo el mundo ya auguraba que este año no se celebrarían las fiestas primaverales. Fiestas donde el cortejo y los rituales ancestrales de apareamiento estaban a la orden del día.

Pero tiempo después de su llegada nos sorprendió a todos diciendo que por mucho que aquel año él no estuviera en las mejores condiciones se haría. Era una tradición que se había mantenido hasta en tiempos de guerra, no veía porque no se debía hacer aquel año.

Uno de los momentos más esperados de la fiesta era cuando un reducido séquito de la manada, escogido mediante duras pruebas físicas debía buscar por las cuevas de la montaña a un grupo escondido de lobas elegidas mediante la votación (en caso de no contar con unas cuevas, algún sitio donde fueran difícil de encontrar). En ese acto se olvidaban los lazos por mate y toda clase de compromisos ya que el primer lobo que encontrara la cueva era merecedor de mantener relaciones ilícitas con una de las lobas que él debía escoger. Luego del affair este debía marcharse enseguida con la loba escogida y pasar la noche juntos. El segundo que llegará debía hacer lo mismo, y se continuaba el ritual hasta que no hubiera hembras con las cuales disponer. Para hacerlo menos ilícito a las hembras se les tapaba la cara con unas máscaras, se les quitaba el olor corporal mediante pociones de brujas, se les tapaba el cuerpo con blancos batines y se les prohibía hablar hasta que el macho en cuestión hubiera escogido. Todo aquello se hacía porque los lobos fueran imparciales pero a la hora de la verdad no siempre era de tal manera. Algunos hacían trampas para conseguir oírlas hablar antes de escoger por eso también se preparaba bien a les muchachas en el arte de mantenerse calladas. Los hombres debían transformarse en lobos y empezar a rastrear por el bosque. Se les hacía transformarse para mantener la identidad aunque cuando se llegara a la cueva en cuestión era obligada la destransformación. Esta fiesta no era muy bien vista por muchos ya que la tachaban de inmoral y rastrera pero sorprendentemente se continuaba celebrando como una de las fiestas más esperadas del año. Era tradición que el alfa fuera obligatoriamente parte de ese séquito, por esa razón muchos vieron peligrar su tan estimada celebración primaveral.

Todo esto hacía que la manada rebosara de alegría con los preparativos. Paul por su lado continuaba en sus aposentos sin ninguna pizca de mejora cosa que impacientaba a todo aquel fanático de las fiestas primaverales.

Cada vez se acercaba más el día señalado y Paul no mejoraba, había gente histérica. En uno de esos días Paul hizo otro comunicado, él no pensaba presentarse para ser elegido. Los últimos meses maniatado le habían menguado el espíritu luchador y la fuerza física, así que aquel año haciendo una excepción, unirían la fiesta con otra manada, justamente la manada que lo había salvado. Así quedaba solucionado el problema del Alfa, un alfa ya participaría pero la cuestión es que no sería él. En ninguna parte se dictaminaba que el que debía participar fuera el alfa de la manada.

Llegados a este punto, se hicieron las votaciones para decidir que hembras debían participar. Muchas de las escogidas fueron mujeres lobo de la otra manada, chicas que no conocía y que eran famosas por su fogosidad. De nuestra manada solo fueron escogidas dos mujeres. ¿Sois capaces de endevinar quién? Vamos no es muy complicado. No hace falta que os devanéis tanto el cerebro, es muy fácil. Sí, exacto eso que estás pensando, las escogidas de esta manada fuimos Layla y yo. Las mujeres elegidas podían negarse si así lo creían conveniente, pero como solo fuimos escogidas dos de esta manada Paul digamos que casi nos obligó a participar en el evento sexual sin menos pudor del año. Sinceramente a mí no me pareció del todo mal, no es como si no me gustase ser objeto de deseo de los hombres pero no era mi principal predilección. Layla por otra parte entendía que no podía negarse cosa que la frustraba porque es lo que le hubiera gustado hacer. Se resignó a participar, pero yo la veía desganada y un poco aterrorizada por el esperado evento. Una de esas veces en las que se echó a llorar, Julian la consoló.

Los machos que pasaron las pruebas físicas fueron en gran parte machos de la otra manada, entre ellos el alfa, y sus más allegados. De esta manada Julian y alguno de los guardias más bien entrenados también la pasaron.

Todo se estaba preparando con gran excitación y ya poco faltaba para que diera comienzo el gran evento.

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