U N O .

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DAMIEN.

No quería ir, era tedioso tener que ir a la secundaria, era el inicio del año escolar, y lunes, no quería asistir pero debía, si quería heredar la empresa de mi padre. Bueno, no quería heredarla pero era necesario, porque mi hermano no quería, no iba a dejar su sueño por algo que no deseaba, él estudiaba fotografía y yo era el que seguía. Tenía un hermano de ocho años, pero era más que obvio que él no podía hasta que culminara todos sus estudios ¿no es así?

Me levanté con pesadez y fui directo al baño.

Ya cepillado, duchado, y cambiado de ropa, voy hacia la cocina.

Voy bajando las escaleras cuando escucho que mi mamá, Amellie, está cantando, no reconozco la canción al instante, pero al entrar por completo se escucha Mi Gente de J Balvin, y no, mi madre no es de esas que tienen una voz del asco, ella en sus años de juventud -que por cierto, fueron hace muchos años atrás, bueno, no es que mi mamá sea un vejestorio, pero si tiene sus años encima- fue cantante, y a mi parecer canta muy bien.
Obviando todo eso, la cocina estaba inundada por un olor que amaba con mi vida, waffles-con-chocolate, ¡Dios, pero qué gloria!

Cinco minutos después bajó mi padre, Scar, con su traje negro, impecable como era costumbre, y detrás de él, mi hermanito, Alan -que se note el sarcasmo porque es el gran hijo del demonio-.

Nos sentamos cada uno en su respectiva silla, sobraba una ya qué mi hermano mayor tenía un apartamento el cual quedaba cerca de la universidad, pero, no estamos aquí para hablar sobre él.

Los waffles que había preparado mamá minutos atrás olían delicioso. Comenzamos a comer. Mamá y papá conversaban sobre cosas de la empresa -que yo aún no entendía y creo que nunca voy a entender, verdaderamente no sé como voy a heredar la empresa si no se nada con lo que a ella respecta-, mi hermano estaba haciendo caras raras para él sólo, algo así como:

 Mamá y papá conversaban sobre cosas de la empresa -que yo aún no entendía y creo que nunca voy a entender, verdaderamente no sé como voy a heredar la empresa si no se nada con lo que a ella respecta-, mi hermano estaba haciendo caras raras para é...

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Ay no, eso ha de ser una enfermedad el ser así, pero es que ¡Santo Jesús! ¿quién en su sano juicio hace caras raras como la ya mostrada mientras desayuna? Pero bueno, cada quién con sus cosas

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Ay no, eso ha de ser una enfermedad el ser así, pero es que ¡Santo Jesús! ¿quién en su sano juicio hace caras raras como la ya mostrada mientras desayuna? Pero bueno, cada quién con sus cosas.

Y yo pues, yo estaba devorándome todos los waffles que quedaban, mientras saco mi celular para ver la hora, ¡8:36!

Joder, voy a llegar tarde, pensé

Me despedí de mamá con un beso en la mejilla, de papá con un abrazo, y de Alan con una despedida de manos especial, tomo mi mochila y las llaves de mi audi y salgo por la puerta

¿No? ¿En serio Damien? ¡Eres un genio! Yo pensé que saldrías por la ventana.

Maldito subconsciente, ¡cállate!

Milditi sibcinsciinti, ¡cílliti!

Subo al auto y lo enciendo, comienzo a manejar directo a la secundaria, al llegar veo una moto que llama mi atención, me coloco a un lado de ella, y no veo el propietario de dicho vehículo por ningún lado, lo dejo y salgo del auto.

Recojo mi horario, lo reviso y la primera clase que me toca es Historia, que suerte la mía -que se note el sarcasmo, por favorrrr-.

Al llegar a la clase, el profesor me iba a matar únicamente con la mirada de odio que me dio.

-¿Por qué no me sorprende Baker? ¿Por qué? No es la primera y deduzco que no será la última vez que llega tarde a una clase, a MI clase ¿no es así?

-Usted, profesor Smith, está en lo correcto, no es la primera y no será la última, así que si puede apartarse para que yo pueda pasar, se lo agradecería con todo el corazón -me coloco una mano en el corazón y pongo cara de perrito abandonado.

Se aparta, sin antes darme una advertencia.

Tomo asiento donde siempre y lo que me sorprende es que a mi lado no está Gaël, mi amigo de la infancia, su puesto lo ocupa una chica muy hermosa. Una chica a la cual nunca había visto. Iba a preguntarle quien era y que estaba haciendo en el puesto de mi amigo, pero una voz me interrumpió.

La horrible voz del profesor, diciendo: -Señorita Adams, ¿podría por favor levantarse y presentarse?

-Jade Adams, 17 años. -dijo.

Me fijé en ella, detallé su rostro, era realmente hermosa, sus ojos son una combinación de marrón y verde, su tez blanca, sus labios rosados y su cabello castaño despeinado, ella se percató de que la estaba observando y me lanzó una mirada matadora, pero eso hizo que llamara más mi atención.

Oh Dios, y es el primer día, pensé.

ĖNIGMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora