D O S .

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DAMIEN.

Estaba con mis amigos en la cafetería, y veo una cabellera castaña entrando, me quedo observando y es ella -no me cansaré de decir que es realmente hermosa-. Ella me ve y frunce el ceño, rueda los ojos y se va.

-La de intercambio está buena. -dice Gaël con una sonrisa maliciosa en su rostro.

-Hay mejores. -responde Emilien

Yo sólo me limito a escuchar, no volví a ver a la castaña por el resto de la jornada. Al culminar todas las clases, me fui a casa a descansar y prepararme para una pelea, de pequeño me gustó mucho lo que era el boxeo, la lucha libre y todo eso, pero nada como las peleas clandestinas, sin reglas, donde es tu vida o la de tu rival.

Tomé mis cosas y me fui al lugar donde se realizaba dicha pelea.

Al llegar pude observar a mis dos mejores amigos, los dos estaban conversando mientras tomaban una cerveza, los saludé.

Fui a la mesa de inscripción, di mis datos y me asignaron una habitación, donde practiqué algunos golpes, patadas y demás.

Minutos más tarde, escuché mi nombre por los parlantes del lugar, y los gritos desesperados de las personas que se encontraban allí, en el ring ya estaba mi rival, medía aproximadamente 1.89, cabello castaño y tenía una mirada que podría intimidar a cualquiera, no me preocupé pues estaba seguro de mi mismo, él comenzó a dar el primer golpe, en ese momento noté su debilidad, era demasiado apresurado, le gustaba todo rápido, dejé que se cansara, que me lanzara golpe tras golpe, hasta que al fin llegó mi momento, sólo de un puñetazo lo dejé inconsciente, las personas gritaban con euforia y yo solo mantenía una mirada neutra, me dieron el dinero de las apuestas, y me aproximé a mis amigos para marcharnos a la carrera de Gaël.

• • •
Cuando llegamos, mi amigo fue a prepararse.

Me encontraba con Emilien charlando, me comentaba que estaba enamorado de alguien que no le correspondía, pero dejé de prestarle atención al fijarme en aquella preciosidad de moto, aquella que en horas de la mañana se encontraba aparcada a un lado de mi coche, de eso estaba completamente seguro.

Al salir de mi trance, Emilien seguía hablando y hablando, pero de igual manera no le presté atención, lo interrumpí y le dije que fuéramos a ver la carrera, ya que se estaban posicionando todos en su respectivo lugar, escuche rugir un motor, volteé a ver de quién trataba, y me encontré con un sujeto desconocido, en la moto que tanto me gustaba; se colocó a un lado de Gaël y se escucharon por los parlantes:

-Pero miren a quién tenemos aquí, tanto tiempo sin verte, ¡RECIBAN A ÉNIGME CON UN APLAUSO!

Todos gritaban y aplaudían. El corredor sólo asintió e hizo rugir el motor dando a entender que ya estaba listo para comenzar.

Una chica casi desnuda se aproximó a la calle, a la mitad de las motocicletas, levantando una bandera, dando inicio a la carrera, Gaël pisó el acelerador, su rival iba lento pero seguro, cuando faltaba poco para llegar a la meta el tal Énigme como lo habían llamado minutos antes, pisó el acelerador a todo lo que podía y finalizó la carrera, obviamente ganando el rival de Gaël, le dieron lo que el público apostó, y se quitó el casco. Era ella.

Uff, pero chica.

En eso si te apoyo.

Gracias gracias, créditos al subconsciente de Damien por favor.

¡Jesús! 

Estaba boquiabierto. Emilien me miraba extraño, pero no me importó, aparte no sabía el porqué.

Gaël la miró extraño pero igual le tendió la mano, ella la aceptó pero rápidamente su mirada se dirigió a mí, -tal vez porque no le quitaba la mirada de encima ¿no?- me observó pero no dijo nada, hizo una mueca y se alejó, se subió a su motocicleta y se fue dejando solamente el rastro de humo.

Dios, eso fue extraño, o sea me refiero el verla ahí, compitiendo, ¿una mujer compitiendo?

Capaz y un día de estos me encuentro peleando también con una chica.

Realmente no tengo palabras, estoy muy sorprendido, veo caminar a mis amigos en mi dirección, cuando Gaël llega a mí junto con una mirada de sorpresa me dice:

-¿Viste a mi rival? Era una chica, la chica que está jodidamente buena.

-Esa chica será un gran problema. -nos cuenta Emilien con una ceja levantada, pero lo dijo para si mismo, pues lo susurró, aunque yo logré escucharlo.

Ignoré las palabras de Emilien y le contesté a Gaël:

-Esa chica es una diosa. Ella será mi diosa.

ĖNIGMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora