N U E V E .

87 10 4
                                    

JADE.

Todos estos días he movido cielo, mar y tierra para poder sacar a André de ese lugar, el idiota de Miller cuando lo encerró no dejaba que nadie lo visitara ni pudiera hacer los trámites para sacarlo, pero hoy por fin volveré a su lado.

Contraté a los mejores abogados del país para sacarlo de ahí, tuve que dar todos mis ahorros de las carreras pero no me arrepiento, tendré a mi hermano de vuelta.

Voy en camino a buscarlo, él un no sabe nada, es una sorpresa.

Al llegar, saco de la guantera mi arma, le coloco un silenciador y la escondo por mi espalda, tengo que estar precavida del imbécil mayor, y como si lo fuera invocado en el momento que me bajaba del coche, él estacionaba el suyo a un lado, no le presto atención y voy rápidamente a la entrada del recinto, pero antes de poder abrir la puerta me jala del brazo.

 -Ésta me las pagas maldita perra. -me dice fríamente

-¿Es una amenaza?- le pregunto burlonamente.

-Tómalo como te dé la puta gana, pero te advierto de aquí no saldrán fácil pequeña perra. -me contesta antes de darse media vuelta e irse a su auto.

Quedo totalmente confundida pero aún así voy hasta el policía para pedir ver a André.

Ya en el pequeño cuarto, me encuentro a el único hombre de mi vida.

-Hermanito, ¿me acompañas a casa? -le pregunto con una sonrisa de oreja a oreja, él me mira un tanto extraño, frunciendo el ceño, haciendo un mohin con sus labios.

-¿Acaso estas loca, Jade? ¡ESTOY EN PRISIÓN, JODER! -me responde enfurecido, golpeando la mesa que se encontraba a su lado.

-Ya no. André, nos vamos de este lugar, ¡ERES LIBRE HERMANO! -le digo subiendo el tono de voz, y saltando en mi lugar.

Realmente no puedo explicar la cara de mi hermano en ese momento, era una mezcla de felicidad, sorpresa, confusión y un poco de... ¿lágrimas?  

Mi hermano estaba... ¿llorando?

Uff, pero esta cárcel sí que lo ha cambiado, eh.

Me acerco a él y lo abrazo dulcemente.

-¿De verdad Jade? ¿me sacaste de aquí? -me pregunta aún con lagrimas en los ojos y su voz entrecortada.

Le iba a responder pero el sonido de unos disparos me ponen alerta, por instinto tomo a mi hermano y lo coloco detrás de mi, saco el arma, me aproximo a la puerta y escucho la voz de Miller.

Maldito, pienso.

No lo consigo al instante y voy matando a cada uno de sus secuaces por la espalda, son tan estúpidos que no se dan cuenta de mi presencia, ya llegando a la entrada meto mi arma en su sitio y me encuentro con un histérico Miller gritando, dando órdenes a los pocos hombres que aún tiene, pues la mayoría están en el suelo con un charco de sangre debajo.

-Así que a esto te referías cuando me dijiste que no íbamos a salir fácilmente, parece que no me conoces Miller, ¿todo éste tiempo no te sirvió de nada? -le digo lo más burlona posible, su cara es todo un poema.

Me aproximo hasta él y lo mas seductora posible le susurro en el oído:

-¿Tanto tiempo estuve viviendo contigo y no me conoces? Qué desgracia. Qué pérdida de tiempo.

Saco mi arma nuevamente y lentamente la coloco por su espalda, siento como tiembla y tartamudea pero hace todo lo posible para que no me percate de eso.

-¿Me tienes miedo? ¿Por qué estás aquí si temes de mi? -le pregunto mientras saco una navaja que se encontraba en su bolsillo.

Le paso rápidamente mi arma a André, y retengo a Miller con la navaja.

Mientras sostengo a este idiota, mi hermano se encarga de matar a los pocos ayudantes que le quedan a Miller, hasta que no queda nadie, solo los policías y los demás reos.

Se preguntarán ¿por qué los policías no se manifiestan? Simple, les pagaron una gran cantidad para que se mantuvieran al margen.

Llevo a Miller hasta el estacionamiento y me dispongo hacerle cortes profundo por su cara y brazos, mientras él grita de dolor.

Me río en su cara y le doy un gran puñetazo en la nariz, le quito su camisa y voy cortando parte de su pecho, él sólo se dispone a sollozar como niña pequeña.

-Ésto no es nada de lo que mereces, aún no te mataré, no aún. -le susurro en su oído, no sin antes apuñalarlo con su misma navaja, veo como se desangra lentamente y yo solo puedo sonreír con orgullo.

Le hago seña a André para montarnos en el vehículo y marcharnos de allí.

Cuando vamos me entra una llamada de Kya, le digo a mi hermano que tome la llamada y la coloque el altavoz.

-Pero mira quién se digna a responder, ¿donde carajos estás?- me pregunta Kya.

Veo los ojos de mi hermano iluminarse al escuchar su voz, él siempre estuvo enamorado de ella pero nunca se lo confesó, dice que él no es lo que Kya merece.

Pero en realidad, ellos son la pareja perfecta.

-Voy en camino a la casa Kya ¿por qué? -le digo mientras le sonrío pícara a mi hermano, él sólo voltea a ver por la ventana nervioso.

-Hay una pelea, me gustaría ir ¿te animas? -André me mira al instante, junta sus manos haciendo pucheritos y me mira suplicante.

-Está bien Kya, irémos. -le digo rápidamente, ella sólo responde con un simple "nos vemos luego" y cuelga.

Miro nuevamente a André pero él no se percata de mi mirada, sólo mira la ventana distraído.

Tengo nuevamente a mi hermano junto a mi, pienso mientras le sonrío a la nada.


















ĖNIGMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora