—Grayson, idiota. Eso no está bien —Nick últimamente se la vivía en quejas, era gracioso como molestaba a Grayson sobre cada cosa que hacía mal. Como ahora, que ambos eran un completo desastre al armar las tiendas de campaña, Grayson no estaba feliz, lo supe cuando le arrojó lo que parecía una rama—. Mierda, me pusiste sacar un puto ojo, imbécil.
—Deja de quejarte entonces, porque tu hijo tendrá un padre tuerto si sigues molestándome.
Ambos gruñeron, decidí alejarme y dejarlos con su riña tonta. Thamy comía malvaviscos con Magui, mientras Thom y Adam se quejaban de Bridget haciendo trampa. Ésta los ignoraba con una sonrisa triunfante y me pregunté si yo solía hacer eso unos años atrás, según Nick, era peor.
La tarde pasó con las constantes peleas de Nick y Grayson, con los mellizos comiendo todo lo que podían junto a Magui. Un Adam que se quejaba de Bridget y un Brandon rodando los ojos constantemente.
Cuando por fin la noche cayó Bridget nos hizo dudar un poco sobre si un espíritu maligno se había apoderado de ella cuando no dejó de asustarnos con sus historias ocurrentes de miedo. Después de quemar los malvaviscos en la fogata, nos dividimos para dormir. Nick y Magui tendrían una tienda de campaña para ellos, los mellizos en una y los chicos en otra, lo que me dejaba compartir una con Adam y el muy astuto de Grayson tenía una para él solo.
—Abigail, deja de moverte —Sí, al parecer Adam era muy sensible al movimiento. Y no ayudaba el hecho de que no pudiera dejar de moverme inquieta.
—Lo siento —Hablé con un toque de culpabilidad por no dejarlo dormir—, creo que saldré a tomar un poco de aire fresco.
Él abrió un ojo, se giró y tomó su móvil a un lado. Luego me dirigió una mirada poco amigable.
—¿A las 3:27 am? —Habló, claramente Adam pensaba que estaba loca, no lo cuestionaba en absoluto. Dejó su móvil de lado y volvió a cerrar los ojos—. Procura que no te devore un oso.
Rodé los ojos abriendo silenciosamente la tienda, tomé el libro que le había robado a Thamy y salí hasta sentarme alado de la fogata que empezaba a perder intensidad.
—Supongo que no soy el único con insomnio. —Asentí en silencio, percibiendo como tomaba asiento a mi lado arrojando pequeñas hojas secas a la fogata.
Esto era tan incómodo.
En sí, nunca había hablado mucho con Grayson. Sólo lo trataba como un amigo de Nick durante estos dos meses en los que había estado viviendo con nosotros. Y, aunque no tenía mucha confianza en él, sabía que era alguien en que se podía confiar pues mi hermano no llevaría simplemente un extraño a casa.
Tragué el nudo que se formó en mi garganta, y un poco temerosa decidí que tal vez éste era un buen momento para entablar una linda conversación.
—Es una linda noche —Habló, después de varios minutos de completo silencio— ¿Puedo preguntarte algo?
Asentí con inseguridad y temor, pues no conocía cual sería la gran pregunta que Grayson me haría.
—¿Tú piensas que el tiempo lo cura todo?
Su pregunta me puso repentinamente nerviosa, me había tomado por sorpresa. Y aunque conocía la respuesta, me cuestionaba si esa sería solo mi opinión. Ya que no todos pensábamos lo mismo.
—No —Contesté con completa sinceridad, me atreví a observarlo fijamente, cerrando el libro en mis manos y dejándolo de lado. Ahora él me observaba con toda su atención, suspiré fuertemente—. El tiempo no cura ni hace olvidar absolutamente nada. Solo es el recordatorio de lo que sucedió, la cicatriz que nunca se olvidará ni con todo el paso de los años. Más bien considero que el tiempo es la manera en la notamos que todo sigue igual a pesar de los años transcurridos.
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Destrozos del alma© [ IL#1 ]
Novela JuvenilAbby sufre la pérdida de su novio en las carreras ilegales, ella sabe que por desgracia, eso es lo que pasa cuando estás metido en ese mundo. Adentrándose con su hermano cuando tenían 14 años para poder alimentar a sus hermanos pequeños, aún cuando...