Los llantos de un bebé era lo único que se escuchaba en aquel departamento, un preocupado pelinegro trataba de encontrar la razón del llanto del niño mientras que un alterado peliazul trataba de no perder la poca cordura que le quedaba.
-Ah! carajo Shiryu cállalo ya!!- gritó mientras cubría sus oídos para no seguir escuchando ese martirio
-es que...no puedo, no se que tiene- respondió al filo del llanto el más bajo
-maldita la hora en que aceptaste cuidar al hijo de tu hermano, por algo no hemos tenido hijos nosotros
-en lugar de estarte quejando deberías de ayudarme!- al ver que su pareja estaba por llorar se levanto de su asiento y se acercó a ellos
-no le dolerá algo?- se preguntó más a si mismo que al contrario- ya le diste de comer?
-yo...- en ese momento lo recordó, había olvidado el biberón- lo olvide, fuiste por la leche a la tienda?
Ikki se golpeó mentalmente, ya decía que su día estaba muy tranquilo como para ser normal
-no- Shiryu puso los ojos en blanco
-enciende el auto, iré por su mochila y un chupete para que no llore en el camino
En menos de cinco minutos ya estaban dentro del auto camino al supermercado, el pequeño niño había dejado de llorar pues se entretenía con aquel chupete en su boca, ambos jóvenes-adultos suspiraron de alivio al ya no escuchar el persistente llanto de su sobrino, pasó poco tiempo para que llegaran a su destino, ambos bajaron del auto y comenzaron a dirigirse hacia la entrada hasta que a medio camino se dieron cuenta de que les faltaba algo.
-EL BEBÉ!!!- corriendo ambos regresaron al auto por el infante que al parecer no se había dado cuenta de que había sido olvidado.
Ahora todos juntos entraron al lugar. Tomaron un carrito con una pequeña silla para bebés, comenzaron a caminar hasta llegar a el pasillo que tenía todo lo necesario para detener su martirio, todo estaba bien hasta que vieron como el bebé estaba por empezar a llorar, esto asusto a ambos chicos y con todas las formas posibles trataron de que el bebé no llorara.
-no llores pequeño Mu, tío Shiryu y tío Ikki están aquí- en ese momento sucedió lo inevitable, el pequeño saco aquel juguete de su boca y comenzó a llorar otra vez.
-no otra vez- se quejaba el de cabellos azules
-solo ve por la leche y pañales, te espero en la caja, así será más fácil y nos iremos más rápido
Cada quien tomó su rumbo, Shiryu al ver que su sobrino no se callaba, lo saco del carrito y lo tomo en brazos, no sirvió de nada pero al menos ya podía salir corriendo de ahí si la gente intentaba golpearlo por tanto ruido.
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Ambos chicos estaban sentados en el sillón de la sala de estar, el de cabellos largos alimentaba al pequeño bebé pues este había despertado a las seis de la mañana porque tenía hambre, Ikki trataba de no cerrar los ojos pues el sueño que tenía era bastante intenso, lo mismo pasaba con Shiryu
-qué hora es?- preguntó el de cabellos largos al ver que el bebé había terminado de beber su biberón y ahora dormía de nuevo
-las 7:39- Ikki estaba sentado en el suelo con los brazos cruzados, Shiryu se recostó en el sofá mientras ponía al pequeño sobre su pecho y le daba leves palmadas en su espaldita
-no debemos dormir- dijo con tono somnoliento Shiryu- Shion y Dohko vendrán por Mu en...un rato- el sueño venció al pobre chico
-tienen llaves- tomó uno de los juguetes del bebé-...podrán...entrar- ahora ambos chicos dormían profundamente junto al niño
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-de verdad fue buena idea Dohko? Siento que dejar al niño con tu hermano fue un castigo muy duro- decía un chico de cabellos verdes al ver a su hijo, cuñado y el esposo de este dormidos en el sofá.
-no te preocupes Shion, eso les pasa por querer crecer antes de tiempo- se burlo el de cabellos castaños al ver tan adorable escena.